Para ti Rom

Your dying Heart by Adrian von Ziegler on Grooveshark

viernes, 22 de noviembre de 2013

El mágico golpe del maestro leñador. 1855 - 1864. Richard Dadd (Kent, Inglaterra. 1817 - 1886)

El mágico golpe del maestro leñador. 1855 - 1864. Óleo sobre lienzo. 39,4 x 54 cm.
(The Fairy Feller's Master Stroke)
Tate Britain. Londres



Si visitamos la Tate Britain Gallery de Londres, donde tantas obras maestras esperan a ser admiradas, merece sin duda una atención especial por la historia de este artista, una de las obras más singulares poco conocidas y menos frecuentadas: The fairy-feller's masterstroke ( El mágico golpe del maestro leñador ), que fue pintada en el manicomio de Bethlem entre los años 1855 y 1864. Su autor, Richard Dadd, artista, parricida y demente, murió tras haber pasado 42 años encerrado en varios centros de reclusión para dementes, lo que conocemos como manicomios.

En su encierro, efectuó apuntes exquisitamente sombríos de la vida rutinaria de un manicomio, Pero, sin duda, la más memorable de sus creaciones fue un pequeño óleo de 39,4 x 54 cm. Donde se retrata el magistral golpe mágico del leñador para abrir una castaña. cuya realización le ocupó casi 10 años y que dejó inacabado al ser trasladado al manicomio de Broadmoor.

Nos presenta un escenario lleno de estridencia, enredo, lío, mezcla, confusión, desorden, disparidad, complejidad, maraña, heterogeneidad, en un abigarramiento obsesivo, pintado al microscopio, sin huecos ni alivio para la vista y los sentidos. Donde nos representa en un pequeño lienzo una escena en la que un anónimo leñador se dispone eternamente a descargar su hachazo definitivo sobre una gigantesca castaña. Estando presentes como si de una ejecución pública se tratase diversos personajes de fábula, elegántemente vestidos, hechizados o grotescos, margaritas atentas, juncos, frutos caídos, observan con aliento suspenso la ejecución de lo inminente. Quizás esperen ser rescatados de su hechizo o condenas gracias a ese sacrificio incruento e implacable de la castaña, duplicación en la mente de un enfermo de aquel otro sangriento por el cual está encerrado cumpliendo condena, siendo representado el manicomio como un jardín alucinante en el cual están esclavizados. Siendo la vivencia desgarradora del tiempo detenido en la acción lo que está allí pintado.

Octavio Paz dijo lo siguiente de esta obra:
"La espera es eterna: anula el tiempo; la espera es instantánea, está al acecho de lo inminente, de aquello que va a ocurrir de un momento a otro: acelera el tiempo"

En el pequeño óleo no se distingue ni una pincelada: las figuras no parecen pintadas, sino injertadas en un decorado tangible. Consiguiendo un particular sentido de lo infinito, sucediendo todas las acciones rapidamente haciéndonos llevar la vista de un lugar a otro de la obra sin parpadear por si se nos escapa la acción y la perdemos en el tiempo, creando un entorno juntamente opresivo y fascinante.

Trasladado a Broadmoor, Richard Dadd regaló su obra maestra inacabada a uno de sus enfermeros. En su nueva penitenciaría sobrevivió aún 21 años, hasta su fallecimiento el 8 de enero de 1886. 

Esta pintura es hoy una de las obras maestras de la colección de la Tate Gallery de Londres, y hasta el mismísimo grupo Queen le dedicó una canción escrita por Freddy Mercury: The fairy feller’s master-stroke.

(The Fairy Feller's Master Stroke). Detalle.

Eh tú, si tú,
visitante de la Tate Gallery, 
cuerdo entre los orates
deten tus pasos un instante
ante este momento 
del maestro leñador que mágicamente
detenido en el tiempo, 
reflexiona sobre el peso 
sentenciado de lo irrevocable 
y da gracias por tu frágil cordura 
al oscuro destino que tu mente ignora.
  
JVA 

(The Fairy Feller's Master Stroke). Detalle.
 
(The Fairy Feller's Master Stroke). Detalle.

(The Fairy Feller's Master Stroke). Detalle.

Richard Dadd nació en agosto de 1817 en Chatham (Kent), hijo de un distinguido químico que unos años más tarde se instaló en Londres. En esta capital realizó sus estudios de arte y pronto se hizo notar por obras de delicada fantasía plasmada con preciso realismo, como Puck, Titania sleeping y, sobre todo, Come into these yellow sands, una cabalgata de danzantes feéricos en una playa a la luz de la luna que fue la sensación de la exposición anual de la Royal Academy en 1842. Dadd tenía 25 años, y en esa misma fecha partió con su amigo sir Thomas Philips, antiguo alcalde de Newport, a un viaje iniciático por Italia, Grecia, Turquía y Egipto. En el trayecto realizó numerosos esbozos -la Salute de Venecia, olivos de Atenas, camellos turcos, paisajes de Rodas...- y algunos óleos de tinte oriental, muy dentro del gusto victoriano que comenzaba a perfilarse.


Autorretrato - 1823

Contradiction entre Titania y Oberon. 1854 - 1858

Cierto día en El Cairo, se unió a un grupo de hombres que estaban fumando opio en esas famosas pipas de agua. Parece ser que a Richard esto le acabó gustando, porque continuó fumando ininterrumpidamente durante cinco días con sus noches.

A estas pipas de agua los ingleses las llaman “hubble bubble”, por el característico sonido que emiten con sus burbujas al bombear aire a través del agua. Richard Dadd creyó haber descubierto que ese gorgoteo era un lenguaje, y esos cinco días fumó sin parar, tratando de descifrar aquel código. El asunto es que tanto opio, acabó por ocasionarle trastornos en el cerebro.

A partir de entonces su imaginación se desbocó por rumbos infernales y peligrosos.

Titania durmiendo

Su compañero de viaje se dio cuenta de los cambios en la conducta de su amigo, y lo envió de regreso a Inglaterra. Allí, Richard Dadd explica a los psiquiatras que se encontraba poseído por el dios egipcio Osiris, quien le había encomendado una tarea. Los médicos le diagnosticaron insolación, y le recomendaron una temporada de reposo en el manicomio, pero su padre se resistía a aceptar la locura de su hijo, y creyó que lo más conveniente era trasladarlo al campo para que descanse y respire aire fresco, así que se lo llevó consigo.


Caravana en Mylasa - 1845 - 30,5 x 21,3 cm.

DaddCome unto These YellowSands 1842

Una tarde soleada ambos salieron a caminar por la campiña inglesa, y allí, cerca de un claro, Richard asesinó a su padre de un machetazo en la cabeza, y luego, procedió a desmembrar su cuerpo. El cadáver fue encontrado el día siguiente, pero Richard ya había huido a Francia, donde el dios Osiris iba a mostrarle a quien debía seguir asesinando. Al poco tiempo fue arrestado cerca de Fointainebleau cuando estaba a punto de degollar a un desconocido en un tren. Entre sus pertenencias la policía encontró una larga lista de personas que Richard debía asesinar, entre las que se encontraban personalidades como el Papa y el Emperador de Austria. Su propio padre aparecía encabezando la lista. Enseguida fue internado de por vida en el State Criminal Lunatic Asylum, donde dio por terminada su misión con el dios egipcio, y se dedicó completamente a su oficio de pintor. Tenía apenas 27 años. )


Hombre joven - 1853 - 50 x 60 cm.

La huida de Egipto - 1849 - 126,4 x 101 cm

Negación - 1860 - 34,3 x 50,8 cm.
David perdona la vida a Saul - 1854

Músicos errantes - 1878 - 51 x 61 cm.

Parada en el desierto - 1845 - 70,7 x 36,8 cm.



Inspirado en un artículo de Fernando Savater aparecido en el diario "El País" el 24 de enero de 1986.

Fuente: Tate Britain Gallery de Londres.
http://www.tate.org.uk/art/artworks/dadd-the-fairy-fellers-master-stroke-t00598


Atte: Jeús... Arsenal Le Comte.

viernes, 18 de octubre de 2013

Sir Thomas Brock (Inglaterra, 1847 - 1922) - Eva. Marmol. 1900.

Sir Thomas Brock (Inglaterra, 1847 - 1922) - Eva. Marmol. 1900.
Tate Britain, Millbank, Londres, Inglaterra.
 

Brock exhibió esta mujer desnuda de tamaño natural, como un molde de yeso en la Royal Academy en 1898. Al año siguiente la realizó en marmol y la presentó en la Exposición Universal de París de 1900. Los críticos elogiaron su combinación de naturalismo junto a su espiritualismo, además de su sutileza en el modelado y la expresión de los sentimientos.



Excepcionalmente, Brock en esta obra, a Eva no nos la presenta como una tentadora. En su lugar, se muestra como absorta en sí misma, con la cabeza agachada como avergonzada y su brazo izquierdo, colocado como protegiéndose sobre su pecho.
Brock también produjo una serie de pequeñas réplicas en bronce de este tema.











 

jueves, 17 de octubre de 2013

Si dardos punzantes

Pierre-Maximilien Delafontaine (1774-1860) - Venus y Cupido. 1860. Óleo sobre lienzo. 124 x 51 cm.
Hampel Fine Art Auctions. Munich, Alemanía.

Si dardos punzantes
de una mirada brillante
el pecho me hieren.

Si en alegría de amor
derriten mi corazón
de noche y de día ufff que dolor.

Si un rostro divino
que esta alma robó,
si amar es el destino.

Resistirme no puedo.
JVA... Jeús.

Palacio sumergido de Cleopatra, Portus Magnus de Alejandría, Bahía de Abukir, norte de Egipto.

Leon de piedra del palacio de Cleopatra, situado en el mítico Portus Magnus, en la ciudad
sumergida de Alejandría, Bahía de Abukir, en el norte de Egipto. Pieza descubierta por el
arqueólogo submarino Franck Goddio, que desde 1992 dirige los trabajos arqueológicos de
ciudades sumergidas como Canopo, Heraclion y Alejandría.


La llamada Ciudad de los Mil Palacios, fundada por Alejandro Magno, y otras legendarias ciudades de la región canópica de Egipto se hundieron en el agua y el fango porque el suelo no soportó el enorme peso de los suntuosos templos y edificios de aquél momento, incluyendo el Palacio de Cleopatra, situado en el mítico Portus Magnus de Alejandría, el mayor instrumento de poder que había en el mundo en aquél momento.

Recreación de la ciudad de Alejandría, con un punto rojo, la posible ubicación del faro y del palacio de Cleopatra.

Eran obras colosales. El peso de estos edificios y el desplazamiento del agua hicieron que ciudades como Heraclion, Canopo y el Portus Magnus de Alejandría se hundieran. La monumentalidad de estas construcciones fueron la causa de su hundimiento.

Esfinge del palacio de Cleopatra




Antes de que los desastres naturales (maremotos y 'tsunamis') cambiaran el perfil de las costas del Norte de Egipto, allá por el año 303 A.C. las ciudades que se localizaban en esta región africana fueron víctimas del llamado «fenómeno de liquefacción» y los enormes y pesados templos y palacios provocaron que el suelo se abriera y se los tragara literalmente.








El lodo del Nilo está compuesto por cristales que, a su vez, contienen agua dentro. Si se ejerce una presión muy grande sobre esta superficie, los cristales se juntan y dejan escapar esa agua que, en una fracción de segundos, es evacuada provocando que la tierra pierda entre el 50 y 60% de su volumen, por lo que todo lo que esté construido sobre este suelo se viene abajo.



















miércoles, 16 de octubre de 2013

Desterrado.

Gustave Doré (1832-1883) - La Parca y el amor

Y yo, desterrado:
Estoy de paso, siempre de paso,
tengo la tierra como posada,
lo tengo todo como prestado,
no tengo sombra sino equipaje,
tal vez mañana, mañana o nunca...
Por fin me recojas a tu lado,
hechando raices después del largo viaje.

JVA... Jeús...

Ferrer Dalmau - El último de Gibraltar








martes, 15 de octubre de 2013

Extasis de Santa Teresa - Escultura de Gian Lorenzo Bernini (Nápoles, Italia. 1598 – 1680)

Gian Lorenzo Bernini (Nápoles, Italia. 1598 – 1680) - Extasis de Santa Teresa.
1645-1652. Mármol. Tamaño natural. S. Maria della Vittoria, Capilla Cornaro.
Roma, Italia.
 

Esta obra fue encargada por la familia Cornaro para la capilla familiar en la iglesia de Santa Maria della Vittoria, coordinándose con una serie de relieves que flanquean la capilla. Esta muestra una concepción totalitaria de las artes, encontrándose la Gloria Celestial pintada en dos tramos de la capilla, encontrándose también decoradas las pechinas y la cúpula.

Santa Teresa fue canonizada por Paulo V en 1614, mismo año en el que fueron canonizados San Ignacio de Loyola y San Francisco de Borja, constituyendo así una propaganda a través de las artes de los santos de la Contrarreforma.

La iconografía de Santa Teresa es de origen español, apareciendo representada aquí en el momento en que se siente atravesada por el dardo del amor divino, que porta un joven ángel. El ángel de formas clásicas intenta clavar el dardo de oro en la santa completamente arrobada de éxtasis, manifestando aquí Bernini un gran conocimiento de los afecti, al mostrarnos la expresión entre el dolor y el placer de esta.



Vista completa desde el frente de la capilla.

Las diferentes texturas son muy variadas: la textura angulosa y variada de la toga de monja, la mórbida del cuerpo del ángel, la esponjosa de las nubes..., buscando así recrear sensaciones pictóricas. Los pliegues son usados aquí del mismo modo que en San Longinos, utilizándose para destacar determinadas partes, ocultando y encorsetando la anatomía. El gesto del ángel se nos muestra como una pervivencia de las formas clásicas en la obra de Bernini.

Toda la escena se desarrolla en el interior de un retablo transparente, llamado así porque dirige la luz hacia su interior hueco. Este es cóncavo, de planta oval al interior, dentro del cual se filtra la luz de origen invisible que baña al grupo, siendo es utilizada aquí al modo de un escenario teatral.

En los relieves de los laterales se hallan representados unos palcos a los cuales se asoman los miembros de la familia Cornaro que asisten al milagro que se desarrolla en el altar, reafirmando así la concepción teatral de esta obra.


Relieves Laterales donde se hallan representados en los palcos los miembros de la familia Cornaro, asistiendo al milagro.


Esta sirvió para consagrar definitivamente a Bernini, pero también fue con el paso del tiempo la obra que más contribuyó a su descrédito. En el año 1739 ya fue objeto de crítica en las Cartas Familiares de Charles Oz Brosse, donde plantea que Santa Teresa aparenta más estar experimentando un orgasmo que el amor divino, alejándose del ideal clásico.

En esta época entra en crisis Bernini coincidiendo con el pontificado de Inocencio X Pamphili. Éste sucede a Urbano VIII Barberini en 1744, extendiéndose su pontificado hasta 1755, produciéndose durante éste un triunfo del clasicismo en la escultura y una recesión de la actividad arquitectónica de Bernini a causa de su fracaso en la construcción de los campanarios de San Pedro. (Se demolieron los campanarios y fue acusado de incompetente).

 Los Pamphili se encontraban enemistados con los Barberini y así evitaban realizar encargos a aquellos que habían estado relacionados con el anterior papa. Esto supuso un periodo de baja actividad para Bernini que le llevo a sufrir una depresión.

Por su parte, el cardenal Cornaro trataba de evitar ser enterrado en Venecia, su ciudad natal, por el enfrentamiento producido entre su padre Giovanni Cornaro, dogo veneciano, con la familia romana Barberini, cuyo miembro papal, Urbano VIII, le había nombrado cardenal. En un principio había pensado en una representación de San Pablo para presidir su sepulcro en la sencilla iglesia, pero pronto se decantó por una imagen de la santa carmelita española, tras su reciente canonización en 1622, por sus valores místicos y reformadores, prolongándose los trabajos de la suntuosa capilla por un tiempo de cinco años.

Conjunto principal de la obra

Entonces Bernini, como ocurriera en otras ocasiones, cuidó hasta el último detalle, ocupándose del trazado del marco arquitectónico para convertirlo en una explosión colorista de ricos mármoles veteados y aplicaciones metálicas en torno a la blancura del grupo escultórico. El resultado es un espectacular recinto en el que priman los valores escenográficos, con un camarín central en el que se produce el prodigio y dos palcos a cada lado en los que asoman asombrados miembros de la familia Cornaro.
La escena de Santa Teresa en pleno éxtasis ocupa el centro del camarín, está realizada en mármol de Carrara y tiene una altura de 3,5 metros, acompañándose de unos rayos solares en bronce dorado que refuerzan la expresividad de las figuras, que reciben la luz de una claraboya oculta que envuelve la escena de una fingida y teatral "luz celestial" que proporciona a la escultura un contrastado claroscuro de evidentes valores pictóricos, un recurso muy frecuente en el Barroco

Escena principal del angel y la santa.

La escena nos muestra precisamente, la experiencia mística narrada por la propia Santa Teresa, en la que describe haber sentido traspasado el corazón, en su amor a Dios, por un dardo de oro portado por un ángel:

"Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces, y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. El dolor era tan fuerte que me hacia lanzar gemidos, mas esta pena excesiva estaba tan sobrepasada por la dulzura que no deseaba que terminara. El alma no se contenta ahora con nada menos que con Dios. El dolor no es corporal sino espiritual, aunque el cuerpo tiene su parte en él. Es un intercambio amoroso tan dulce el que ahora tiene lugar entre el alma y Dios, que le pido a Dios en su bondad que haga experimentarlo a cualquiera que pueda pensar que miento... ".

Angel con el dardo de oro. Al fondo se distinguen los tubos de cobre simulando rayos celestiales

Ajustándose milimétricamente a la narración, Bernini muestra el momento en que el ángel retira la flecha del corazón y la santa queda sumida en una mezcla de dolor y de placer, haciendo partícipe al espectador, de aquella experiencia mística. La santa, en pleno éxtasis, aparece arrobada y abatida sobre una nube de mármol sin pulir, lo que produce una tonalidad más oscura, mientras su cuerpo pulimentado, y el del ángel que frente a ella esboza una sonrisa de complicidad, resplandecen con brillos cerúleos bajo los efectos de la luz, produciendo el efecto de que están suspendidos en el aire, es decir, consiguiendo desmaterializar el bloque de mármol.

 
Detalle del rostro reflejando el éxtasis de la santa

Pero esta escena es sólo una parte de la representación global, pues para reforzar la visión sobrenatural en el espacio superior aparecen querubines entre nubes y otros portando guirnaldas formando un friso, al tiempo que en dos palcos laterales, que simulan ser balconadas de sendas logias recubiertas por colgaduras textiles, como ya os he comentado, participan de la visión hasta ocho personajes de la familia que también muestran su asombro ante el momento de transverberación de Santa Teresa. Con ello consigue Bernini un todo unitario en el que se funden con maestría los valores arquitectónicos, escultóricos y el componente teatral de concepción barroca.

Detalle del rostro del angel

Como consecuencia, el genial pintor, escultor y arquitecto consigue crear una imagen tridimensional de carácter ilusorio que capta y envuelve al espectador y le hace partícipe del arrebato místico con una fuerza desconocida hasta entonces, una experiencia que repetiría veinte años más tarde en el altar dedicado a la Beata Albertoni en la iglesia romana de San Francisco a Ripa.

Iglesia de Sta María della vittoria. Roma, Italia.

La Iglesia de Santa María de la Victoria (en italiano, Santa María della Vittoria) es una pequeña basílica en Roma (Italia), en la Vía XX Settembre. Sin duda, parte de la fama de este templo se debe a albergar una de las obras maestras del Barroco, la capilla Cornaro, espectacular y teatral espacio presidido por el grupo escultórico del que hemos hablado, que representa el Éxtasis de Santa Teresa, de Gian Lorenzo Bernini, quizá la obra más conocida de este autor en el campo de la escultura.

Gracias a J.M.Travieso
Atte: JVA... Jeús...