En tu recuerdo encontré tu risa,
tan sospechosa de sí misma.
Nunca deserté al hecho de una compañía
hasta que extrañé la tuya
tan sospechosa de sí misma.
Nunca deserté al hecho de una compañía
hasta que extrañé la tuya
en las noches deambulaba por el mundo
derrochando mi terrible soledad.
derrochando mi terrible soledad.
Y te encuentro tan perfecta y profunda
que te vuelves imposible de olvidar.
¿Y qué más da si me gustan tus palabras,
tu mirada que conozco sin mirar?
¿Qué más da si tus versos me empalagan
y no puedo y no quiero renunciar?
Renunciar a encontrarte en mis sueños,
renunciar a pensarte sin pensar,
renunciar a que quizás seas mi dueña
y que este sueño se convierta en realidad.
Jeús
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