Para ti Rom

Your dying Heart by Adrian von Ziegler on Grooveshark

martes, 30 de octubre de 2012

Monedas para Caronte.



Bienvenido. ¿Me temías?
Paga el viaje, no hay espera.
No será esta mi primera
ni mi última travesía.
No te irás, la fantasía
del Dante es un mal comienzo.
Bienvenido. Es el consenso
entregarme dos monedas.
Conduzco la barca, quedas
dueño de un espacio inmenso.

¿Que nos sabes quien soy?
Soy Caronte, el barquero
paseo por las aguas de este rio
eligiendo a quien cruzar
dependiendo de los óbolos
que en tu boca metan en tu funeral.

¿Que no puedes pagar?
a cien años te condeno
a por la orilla vagar
y si por alguna de aquellas
tu deuda quiero olvidar,
no esperes de mi ninguna amabilidad
con un poco de suerte estaré
el camino callado sin ninguna crueldad
más si molestás mis pensamientos, cantaré
todas tus desgracias para toda la eternidad.

No te olvides alma en pena,
yo te llevo al otro lado,
no enfades a Morgana
pues junto a la entrada
está mi can, el cerbero.

yo te dejo en la entrada
del reino de los muertos
de ti depende que Morgana
te guie por los caminos
que los Dioses por ti han resuelto.

JVA... Jeús. Monedas para Caronte.

Viaje por el inframundo

Gustave Moreau - La Parca y el angel de la muerte.



 En el principio de los tiempos el narrador hizo eco de su relatos con el boca a boca de la gente, al ser tan irreverente, fue mandado apresar, y tuvo que buscar un medio para que sus relatos no sobrepasasen cierta cantidad de carácteres bajo pena de que los guardianes que le pusieron en el inframundo se enterasen de las maniobras del narrador y censurasen sus relatos antes de poder sacarlos a traves de sus cuervos amaestrados.
Los secretos del inframundo han de quedarse en el más allá y cualquier infracción es objeto del mayor castigo que podáis imaginar. El narrador tuvo que ingeniárselas para escribir sus crónicas en varios días, en pequeños resúmenes, que luego los trovadores y bardos habrian de dar forma y ampliar los conocimientos que en ellas eran desvelados. Reflejando sobre el papel, los conocimientos que les eran ofrecidos, para así conservasen y pudiesen ser transmitidos a futuras generaciones.

Este es uno de los primeros relatos sacados de las prisiones a las que fue condenado el narrador, basado en el mito que fue pasado de generación en generación para aviso de mortales de "Orfeo y Eurídice" En el cual el narrador nos relata las desventuras y sucesos acaecidos en la búsqueda del amante que perdió a su amada.

La llamada de la Moira ( La Parca):

Su delicado cuerpo, desnudo se derrumbó, se quedó flojo sin fuerzas, laxo. Al mismo tiempo él intenta sujetarla para que no se vaya con los finos hilos que aún los unen en este mundo.

Yace en sus fuertes brazos pálida, la Moira la reclama y el amante maldiciendo, se debate en acompañarla o seguir viviendo como hace dos minutos le había prometido.

Tomando una decisión, con fuerte resolución se dispone a buscar a su amada en los confines del inframundo. Allá donde las almas habitan sin un segundo de reposo, sin conocer los peligros a los que su decisión va a reportarle.


Los Páramos de Skotos:

Dicen las crónicas que esta odisea para buscar a la persona amada perdida, da comienzo siguiendo los pasos del alma muerta por los Páramos de Erebo o Skotos.

Allí el amante observa los miles de recién fallecidos surgir de lo que parecia tierra muerta. Sus almas en pena se niegan a reconocer su nueva situación, al verlo lo desean, lo envidian y lloran, ansiosas de tener la vida que recorre la sangre de sus venas.

Pero el Skoto está cubierto de un cielo encapotado, plomizo sin que filtre ninguna luz de esperanza para estas almas encadenadas por los ávidos traficantes de almas para mercadear con ellas.

El no cae en la trampa. Le vienen a la mente las palabras de la Síbila (Si al rio aqueronte quieres llegar, antes que el barquero recoja a tu amada, obvia a todos los muertos que reclaman tu esencia aunque sean seres queridos para ti).


La barca de Caronte:

Nuestro amante llega a las orillas del Aqueronte, se desanima pues ve decenas de barcas espectrales, pero solo uno de esos barqueros podrá hacer que cruce el rio: Caronte.

Va recorriendo la orilla en su busca, apartando a su paso las almas hostigadas por los traficantes para que embarquen y que sus óbolos enriquezcan a los barqueros.

A lo lejos vislumbra una barca negra como la noche, cargada de reliquias en la cual el barquero niega la subida a las almas que asi lo desean, ayudandose de su pértiga para apartarlas, las almas al reconocerlo retroceden asustadas, saben que puede condenarlas si no disponen para el peaje a vagar por cien años en las orillas del Aqueronte. No se inmuta el barquero, con sus ropajes negros como fauces de lobo oscuras, consumidos y afilados rasgos, está esperando a su cliente, está esperando una buena bolsa y hasta él llega nuestro intrépido viajero del inframundo.

La voz cavernosa de Caronte lo para en seco, su voz de ultratumba le ha paralizado la sangre de las venas, haciéndole sentir un frio atroz. Dioses ¿Que me ocurre? se queja sin esperar respuesta alguna nuestro amante. Caronte pausadamente le niega el viaje, pues aun recuerda el castigo que le impuso "Hades" por llevar al mortal Heracles y hasta para este duro personaje nuestro amante ve como un leve estremecimiento recorre el cuerpo del barquero al recordar el suceso.

Entonces tiene sentimientos (Se daba animos nuestro héroe).

En eso al mirar hacia la barca y fijarse en las reliquias, vislumbra la pulsera que su amada tanto adoraba. Ya sabe a ciencia cierta que el alma de su amada dependió del barquero.

El espiritu se le refuerza, dándole moral pese a quien pese, dispuesto a quitar de enmedio a cualquier cosa que le impida el ir en su busca.

Volvieron a venirle a la mente los consejos de la Sibila y apeló al amor verdadero, penetrando, despertando poco a poco en el muerto corazón de Caronte una chispa de bondad. Permitiéndole este, por fin subir a la barca.

Así observa como Skoto se pierde en el horizonte mientras el barquero le narra el recuerdo del brillo de los ojos del fantasma de su amada, un brillo esmeralda que penetró en la oscura alma de Caronte, llenándola con un pequeño rayo de luz, demostrando que aun queda algo bello dentro de ella.

En eso la barca es zarandeada en medio de la travesia y una horda de espectros la zarandean al sentir al mortal que allí no debería de estar.

Nuesteo héroe destierra la amenaza blandiendo la reliquia de su amada, cuyo resplandor dorado ilumina a Caronte el camino para navegar.



La entrada al Hades:

Caronte llega a la otra orilla, es la orilla del averno, del Hades donde reina el Dios del inframundo el temible "Hades"

Desde la orilla del lago Averno, donde ha desembocado el Aqueronte, observa la barca alejarse saludando al duro Caronte con la zurda, pues la diestra la tiene ocupada con un regalo del propio Caronte: "La flauta de Orfeo"

Pocos, muy pocos han sido los osados y valientes que han llegado a las bocas del infierno, está en la entrada a las grutas del volcán "Avernus" y piensa que aun menos fueron los que regresaron.

Piensa en su amada y ve su cara en su mente. Con resolución se encamina en silencio hacia las grutas, escuchando la jauria de perros del infierno dirigidas por el Can Cerbero como despedazan impías almas con horrendos destinos.

Llueve, es pesada la lluvia, distinque una fila empapada de ánimas que se adentra en el inframundo. Algunas de ellas son devoradas por el Can Cerberos y por el resto de la jauria de sabuesos con mandibulas fuertes y dientes afilados.

En eso Cerberos levanta una de sus tres cabezas dejando de devorar a su víctima y lanza un rugido estremecedor, envidiado por los más fieros leones del Atlas. Acaba de sentir al intépido mortal entrar en sus dominios, empieza una frenética búsqueda, los sabuesos ladran mientras exploran.

Nuestro héroe corre hacia la entrada del Hades, sin aliento desesperado, en un intento vano de escapar del implacable Cerberos y su jauría de perros salvajes. Siendo rodeado notando sus fauces como lo amenazan, nota el aliento de Cerberos acercarse a su garganta, los demas perros hacen presa en su cuerpo, hiriendo, desgarrando musculos.

Yace ya ensangrentado, entregado a su suerte, un último recuerdo a su amada antes que cerberos lo deguelle con sus fauces que ya aprisionan su garganta.

De repente cree oir algo, oh Dioses, ya estoy entre vosotros, es mi entrada a vuestro reino, ya estoy muerto. Pero no, es una música, que cada vez es más nítida en su cerebro, devolviéndole la conciencia.

Abre los ojos y ve algo que le llena de estupefacción y a la vez de esperenza, es el fantasma de Morfeo que vuelve a tocar después de encontrar su flauta. En su interior agradece a Caronte su regalo.

Una vez más, la musica de Orfeo amansa al guardián Cerbero y su jauria, entonces ve una legión de muertos que lo alzan en vilo su maltrecho cuerpo, haciéndole perder la conciencia de nuevo, introduciéndolo en el inframundo.


El juicio de Hades:

Malherido, hecho una piltrafa, va recuperando la consciencia, se encuentra a los pies de Hades, el señor de los infiernos junto al lado de su mujer Perséfone, ambos están sentados en tronos de calaveras y huesos. Lo miran y nuestro héroe nota como un rayo gélido que le atraviesa el alma.

Hades comienza su alegato. " Eres un intruso de mi reino, te has atrevido a alterar el equilibrio existente entre la vida y la muerte. Apelando al capricho del Amor".

" Jajajaja, no sois el primero que lo intenta, maldito amor" dice Hades sonriendo a su reina Perséfone, la cual asiente sonriendo pícara a la mirada de su señor.

"Una vez otorgué a otro mortal el poder encontrar a su amor perdido y el muy idiota lo desaprovechó. ¿ Harás tu lo mismo ?

Nuesteo héroe le ruega a Hades, le implora tal favor, se arrodilla ante el Dios.

Perséfone se levanta, se acerca a él, la ve venir imponente regia, encorva su cuerpo ante ella, Perséfone le coje una mano y la acaricia, percibiendo su frio interior. Diciéndole: " Tenéis heridas inmensas, en el juico de tu alma, imploráis al amor, veo que nunca descansaréis hasta que veais a vuestra amada" Suelta su mano y se dirige a su trono, haciendole un leve movimiento de cabeza a su esposo.

Entonces la cavernosa voz de Hades atronó en la estancia, sentenciando: "Vuestras heridas son profundas y graves, más vuestra empresa es loable, por lo cual viviréis sin ella, o morireis con ella". Al oir la sentencia su cuerpo no aguantó más y se dejo llevar por el sueño...


El reencuentro:

Su conciencia va regresando, oye el fluir del agua, trinos de pájaros, y allá entre los setos del jardín donde se encuentra ve a a su amada, va hacia ella, ella se levanta, lo espera. Ambos están muertos, pero finalmente juntos. Ambos se besan fundidos en un fuerte abrazo.

El bardo cierra el incunable y observa a sus oyentes. Esperando algún comentario, y dejando para otro momento el continuar los relatos del narrador cautivo en el inframundo.

Atte: Jeús... El viaje por el inframundo.

Hades Dios del inframundo.

Hades y Cerberos

Aunque no exista plegaria que me aplaque, no soy un Dios maligno. En los infierno se juzga la vida de los que han muerto y en función de ella decido su destino:
El Eliseo es el premio para las almas buenas y el Tártaro para las malas.
Mi versión Romana es Plutón, aún mas benigno por que estos romanos consideraban que proporcionaba las riquezas del mundo.

Soy el hijo mayor del Titán Cronos y de la Titánide Rea. Mis hermanos son: Zeus, Poseidón, Hera, Deméter y Hestia.

Soy el Dios del inframundo, y mi arma preferida es un cetro de dos puntas, que uso para destrozar todo lo que se cruce en mi camino y con el cual conduzco a las almas de los muertos hasta el mundo inferior.

Mi reino subterraneo, es llamado por vosotros los mortales como yo: "Hades" y la entrada a dicho reino está siempre resguardada por mi fiel can "Cerberos" mi perro de tres cabezas y cola de serpiente. Mi reino se divide en dos regiones: Erebo, donde los muertos entran en cuanto mueren, y el Tártaro, la región más profunda.

Siniestros rios separan el mundo subterraneo del mundo superior, son cinco:

Aqueronte._ ( El rio de la pena y la congoja)

Cocito._ (Lamentaciones)

Flegelonte._ (Fuego)

Lete._ (Olvido)

Estigia.- (Odio)

Son los rios sobre los que incluso los dioses juraban, en los que Aquiles fue sumergido para hacerlo invencible en las aguas del Estigia.

Siendo El Aqueronte el que forma la frontera entre los mundos superior e inferior y mi fiel amigo, el anciano barquero Caronte conduce a las almas de los muertos a traves de sus aguas, no sin antes reclamar su pago que consiste en una moneda que los amigos o familiares deben poner sobre los ojos o en la boca del cadaver.

Mi nombre "Hades" hais o haides significa "invisible" y también "aquél que vuelve invisibles a los demás".

Allí abajo, en mi reino, está absolutamente prohibido mirarme a la cara igual que a mi amada Perséfone. Quién transgrede esta prohibición se vuelve a su vez, invisible.

Poseo también un casco que le otorga la invisibilidad a quien lo porte el cual en ocasiones lo presto a mortales y a Dioses.

Dispongo de un carro oscuro tirado por cuatro caballos negros como el Carbón impresionantes y pavorosos.

Estoy casado con Perséfone, de nuestra unión no hay descendencia.

Las malas lenguas dicen que tuve dos infidelidades conyugales, ( No hagáis caso, fueron más pero yo siempre lo he negado jajajaja)
una fue con la deliciosa ninfa Mente, la cual en un ataque de celos la transformó mi esposa en la planta de la mente y la otra más famosa fue con la bella hija del Océano; Leuce.

JVA ... Jeús

Reina de Sodoma


Marcel Nino Pajot.


En las remotas salas de los desiertos
y en los pasillos vacios de los sordos
hoy se reunen los fantasmas,
hoy se reunen bajo máscaras divertidas

Hoy se entrelazan con flores vivas
en baile como huracán enloquecido
es su día, es el dia de las ánimas
vagan como dragones por los brazos de la luna
danzando entre jarrones y porcelanas chinas.

La antorcha fue encendida
me revolvia, queria despertar de un sueño.
y el laud donde las cadenas de la entrada
confirmaba un nombre extraño.

Mazurkas rápido!...
Un grito se escuchó, y tras frenética carcajada
me encontré bailando con una ciudadana de Sodoma
torbellino de emociones, rio de sensaciones en cascada,
mi corazón estaba triste, pues ellá se rió como una dama
pareciéndome extrañamente familiar.

Rezé para que fuera un sueño
Quitaté la máscara! me dijo...
Pues es posible que en ti reconozca a mi hermano
y he venido a bailar desde el purgatorio con mi dueño

Bajando y girando la cabeza
me recordó la historia antigua,
de su boca la oí una vez más.
Ella recordó a los concurridos
el porqué de este baile infernal
vengo en busca de un hombre...

Su voz cada vez más familiar...
Temblaba,
yo queria despertar.
Sudaba
imploraba que no fuera realidad.
Atronaba,
su voz en la sala...

... Y creo por lo que me dicen mis súdbitos
y por las máscaras, iguales, repetidas todos los años igual.
Este, desde que espero, tu eres la novedad.
por eso creo que te conozco...
A mi dueño me vengo a llevar.
Yo, la reina de Sodoma...

Pero...
Atronó su voz en la sala,
no es el que buscamos.
Equivocada una vez más.

Dijo esto al volverse hacia mi bajando la cabeza
cojí su barbilla y le alzé su cara,
viendo una lágrima y su sonrisa
bella y joven, como yo la recordaba
busqué sus ojos, pero los rehuyó,
no cumpliendo con mi mirada

Bailamos como abrazados por dragones
por los brazos de la luna
danzando entre jarrones
y porcelanas chinas.

De repente en la ventana
nos fundimos en un fuerte abrazo
nos pegamos y deseamos
levantando las dormidas pasiones
sus labios frios como el hielo
se derritieron a mi contacto.

Se separó de mi, apartó su vientre
de mi tentadora serpiente
viendo como se iba flotando la luna
dejando paso la noche
a la aurora de la mañana,
vimos como se hacia de día.

Se quitó la máscara y me miró a los ojos
¡Oh Dios como me acuerdo de aquel dia!
la misma canción
el mismo deseo ardiente
como si fuese ayer,
me acuerdo, me acuerdo...
De su temblor de sexualidad salvaje.

Me susurró suave, insinuante

¡Levántate!
Levántate por la vida,
por el dolor y la felicidad
y vete...

Hoy yo no te he visto
hoy no te he encotrado
mi viaje a sido en vano
pues a ti yo te he amado

Se acercó,
me besó
y en el oido me dijo
se despide de ti,
tu amada...

La muerte...

JVA... Jeús ♥

PD...

He aprendido mucho en este momento oculto,
pero mi juramento terrible, no se romperá.
Reine, la reina, ya veis, soy un prisionero,
Toma mi cuerpo, toma mi alma!
Soy todo tuyo...
Mi amada..


Mi Caperucitto Rosso. "In Memorian"



Al otro lado de este bosque inmenso
te espera el mundo. Todo lo que has visto
sólo en tus sueños,
tiene que esperarte
al otro lado de este bosque. 

Es hora de ponerte en camino,
dejar atrás todo lo que me contaste
aunque el viaje te lleve 
varios años de tu vida.
debes dejar tus miedos 

De pronto, escuchas aullar la voz de siempre,
la que siempre ha logrado detenerte:

"Al lado de este bosque, niña,
sólo espera la casa en la que tu mueres". 
No te desvies niña sigue recto tu camino
y cruza a la otra parte del bosque.

¿Porque no le hiciste como siempre a tu conciencia caso?
¿porque no te quedaste a la otra parte del bosque ?
Preferiste desviarte sabiendo tu camino
y como Ophelia elejiste  tu destino.

Jeús


In Memorian de Alessandra Montermini, encontrada flotando en las aguas ligures el martes 23 de Octubre del 2012.