Los nazis la utilizaron como símbolo para asesinar a millones de personas, pero durante milenios siempre había tenido significados positivos. ¿Representa en la actualidad el bien, o el mal?... tristemente y por los hechos más recientes es un signo asociado al mal, pero como os voy a explicar, su significado es bien diferente.
1. Esvástica sobre la piedra fenicia “Craig-Narget” (Escocia). L. A. Waddell tradujo la “Newton Stone” (Escocia), como fenicio-hitita y dedicada al dios Sol, Bel.
2. Muchacha fenicia que porta en su vestimenta una decoración de esvásticas. ¿Quién dijo que las esvásticas no aparecían entre los pueblos semitas?
La esvástica es un símbolo más que antiguo que se ha utilizado durante más de 3.000 años -incluso es anterior al símbolo por antonomasía del antiguo Egipto, el Ankh-. Cerámicas y monedas de la antigua Troya muestran que la esvástica era un símbolo utilizado ya 1000 antes de Cristo...
Ankh
Durante los siguientes mil años, la imagen de la esvástica fue usada por muchas culturas por todo el mundo, incluyendo China, Japón, India y el sur de Europa. La palabra "esvástica" viene del sánscrito svástica - "su" que significa "bueno", "Asti", que significa "ser" y "ka" como sufijo. Hasta que los nazis utilizaron este símbolo, la esvástica fue usada por muchas culturas a lo largo de los últimos 3.000 años para representar la vida, el sol, poder, fuerza, y buena suerte.
Incluso en el siglo XX, la esvástica era todavía un símbolo con connotaciones positivas. Por ejemplo, la esvástica fue una decoración común en estuches de cigarrillos, tarjetas postales, monedas , y edificios. Durante la Primera Guerra Mundial, la esvástica, incluso se puede encontrar en la fuerza aérea finlandesa e incluso hasta después de la Segunda Guerra Mundial.
En 1920, Adolf Hitler decidió que el partido nazi necesitaba su propia insignia y bandera. Para Hitler, la nueva bandera tenía que ser "un símbolo de nuestra propia lucha", así como "altamente eficaz como estandarte" ( Mein Kampf , pág. 495). El 7 de agosto de 1920, en el Congreso de Salzburgo, esta bandera se convirtió en el emblema oficial del Partido Nazi.
La esvástica pronto se convirtió en un símbolo del odio, el antisemitismo, la violencia, la muerte y asesinato.
Hay un gran debate en cuanto a lo que la esvástica significa ahora. Como hemos dicho, durante 3.000 años, la esvástica significó la vida y buena suerte, pero a causa de los nazis, también ha adquirido un significado de muerte y odio.
Estos significados contradictorios están causando problemas en la sociedad actual. Para los budistas y los hindúes , la esvástica es un símbolo religioso que se utiliza comúnmente. Chirag Badlani comparte una historia acerca de un día en la que fue a hacer unas fotocopias de algunos dioses hindúes para su templo. Mientras hacía la cola para pagar las fotocopias, algunas personas detrás de él se dieron cuenta de que en uno de los cuadros había una esvástica. Lo llamaron nazi. Algo estaba cambiando...
Templo budista con Svástica
Por desgracia, los nazis han sido tan eficaces en el uso del emblema de la esvástica, que muchos ni siquiera saben su verdadero significado. ¿Puede haber dos significados completamente opuestos para un símbolo?
Pero de lo que no cabe duda es que desde que los nazis hicieron uso de la esvástica, algunas personas están tratando de diferenciar los dos significados de este símbolo, variando su dirección, tratando de diferenciar el sentido de las agujas del reloj. La esvástica nazi significa odio y muerte, mientras que la versión a la izquierda significa la vida y buena suerte...
Pero al fin y al cabo no deja de ser un símbolo, lo verdaderamente peligroso son los ideales...
Y es curioso lo que ocurre con algunos símbolos cuando algún partido u organización se apodera de ellos. Así, se dice que la bandera rojigualda es de Franco cuando en realidad es mucho anterior e incluso fue el símbolo de la 1ª República.
El yugo y las flechas son de tiempos de los Reyes Católicos y no de la Falange. Y así ocurre con multitud de símbolos, son "carne de ignorancia".
Símbolo de Falange Española
También me resulta extraña la animadversión de la gente por la esvástica y no por la hoz y el martillo por ejemplo, si nos limitamos a las cifras, bajo la cruz se asesinaron a 6 millones de personas mientras que bajo el símbolo comunista se han asesinado a más de 100 millones, sólo en Camboya a 2 millones; y se siguen cometiendo abusos hoy en día bajo esos símbolos comunistas en Cuba o Korea del Norte.
Todos tenemos esa imagen de un maestro del yoga índio levitando mientras medita en posición sentado con las piernas cruzadas.
Toda un tradición que proviene del Oriente, como una de las prácticas más intrigantes y soprendentes de los yoguis de la India, parece revocarse o hasta incluso desmentirse con un video público que os mostraré ahora.
Lo que parecía inentendible a la mente humana, es decir cómo levitan los yoguis de la India en el contexto de una maravillosa cultura y valores elevados, se desmorona con un simple video. Que nos hace ver la realidad de las cosas. Y es que de momento, volar de forma natural, pues... los pájaros.
Os quiero aclarar que con la difusión de este material, no busco el menospreciar una cultura antiquísima que está más allá de los valores personales y mucho más de una denuncia pública, pero que no nos coman la bola con imposibles. simplemente os aporto el material para quienes estén interesados en saber de verdad cómo levitan los yoguis hindúes.
Evidentemente, no es magia ni el poder de la mente, sino un truco, que como dice un hombre del vídeo, es el truco que han guardado a lo largo de décadas:
Y no es más que un asiento de madera anclado al suelo:
El video que visualizaréis a continuación es autoría de la BBC donde se muestra cómo levitan los yoguis y pone en evidencia que el secreto para levitar es un asiento de madera con soporte en el piso.
Bueno pues hasta el próximo mito. Saludos. Atte: Jesús Vila.
Todos habréis tarareado o habréis escuchado en alguna ocasión esta melodía. Seguro que superficialmente, sin escuchar en profundidad la historia que nos cuenta su letra. Seguramente pasará desapercibida para la gran mayoría, a pesar que es uno de los estribillos más conocidos y pegadizos.
Dada mi condición de ex caballero legionario ( Tercio gran Capitán I de la Legión de Melilla), tuve la obligación y el placer de estudiar y aprender muchas canciones en el Tercio. Y como me gusta saber el porqué de las cosas y tradiciones, me llevó a descubrir la mas hermosa historia de amor jamás contada, nada que ver con la fama de rudos caballeros legionarios que nos apropiamos de un cuplé de los años 20. Aquí os dejo la verdadera historia del Novio de la Muerte.
El Tercio “Gran Capitan” forma parte de la Comandancia General de Melilla, se encuentra ubicado en el Acuartelamiento “Millan Astray”. Tiene su origen en la Primera Legión, creada en Tahuima el 2 de mayo de 1925, estando compuesta por las Banderas I,II,III y IV.
El hecho de estar formado por las dos Banderas más antiguas, le hace depositario de un gran historial, que se inicia en la Guerra de Africa y finaliza con su participación en Operaciones de Mantenimiento de la Paz en Bosnia, formando parte de las Agrupaciones Tácticas Malaga y Canarias.
Al igual que los otros Tercios constituye una unidad administrativa que puede desarrollar misiones de carácter operativo en el caso de la formación de una agrupación táctica. Vela por los aspectos que rigen la vida diaria de las unidades subordinadas. Centraliza la gestión logística, tanto de personal, como de material, asuntos financieros y de justicia.
Esta compuesto por Mando y Plana Mayor de Mando, dos Banderas de Infantería, la I Bandera Mecanizada “Comandante Franco”, la II Bandera Motorizada “Carlos I” y una Compañía de Defensa Contracarro
MISIÓN
Al estar encuadrada en la Comandancia General de Melilla, su misión fundamental es proporcionar unidades de maniobra, sus Banderas o bien constituirse en Agrupación Táctica, para la defensa inmediata de la ciudad de Melilla y de las Islas y Peñones de soberania en el área de responsabilidad de la Comandancia
ORGANICA Cada Bandera está constituida por Mando y Plana Mayor, tres compañías de fusiles, mecanizadas en el caso de la I Bandera y motorizadas en la II Bandera , una compañía de apoyo, en la que se encuentran las secciones de defensa contracarro, morteros pesados, reconocimiento, transmisiones, defensa antiaérea y la de mando y observación, más una compañía de servicios, encargada del apoyo logístico en mantenimiento, abastecimiento y sanidad. La compañía de Defensa Contracarro esta formado por tres secciones equipadas con misiles contracarro.
El más atractivo y conmovedor canto legionario es, sin duda alguna "El novio de la muerte". Conozco su historia, como ya dije pertenecí al Tercio, tuvo el honor de estrenarla y hacerlo popular como "cuplé", pues ése fue su origen, la canzonetista Mercedes Fernández, denominada artísticamente "Lola Montes"
La Novela Teatral da constancia de Lola Montes,. Madrid, 17 de Mayo de 1919
Al principio era atribuida a una obra de teatro, cuyo estreno se atribuía a una canzonetista muy famosa de la época, llamada Salud Ruiz.
Hasta que un día, debido a esta noticia, publicó ABC una "carta al director", en la que una tonadillera, ya muy mayor -80 y muchos-, "Lola Montes", se presentaba como la auténtica protagonista del estreno del "cuplé"
Un periodista, contactó inmediátamente con ella para saber de primera mano, tan apasionante historia. Ya que por mano de la providencia, se podrían conocer las vicisitudes de aquel estreno, ignoradas por todos.
Cartel de la obra
Doña Mercedes, que pese a su elevada edad, conservaba muchos rasgos de su belleza, le contó que había empezado su vida artística muy niña, como bailarina del Real, pero que, como tenía muy buena voz, se pasó pronto la zarzuela. Por aquellos años, que debían ser los que siguieron a la guerra europea, como se llamó entonces a la primera Guerra mundial, se enamoró de un género muy en boga, llamado "el cuplé", en el que triunfaban artistas como Raquel, la Goya, Carmen Flores o "La Argentinita".
Doña Mercedes debutó, con todo éxito, en la llamada "catedral del género", el teatro Romea. Su buena acogida la llevó a todos los de España, y, más tarde, a los de Europa y América. Siempre triunfante, nuestra "Lola Montes", seguiría en los escenarios hasta 1930, año en el que se retiró para casarse y crear una familia, a la que se consagró por completo, pese a las numerosas ofertas artísticas que la seguían persiguiendo. Un día, de principios de julio de 1921, marchaba "Lola Montes" por la calle de la Montera, y se encontró con uno de sus letristas, Fidel Prado, que le dijo acababa de recibir la partitura de un "cuplé", cuya letra había entregado hacía muy poco tiempo al compositor catalán Juan Costa, que, entusiasmado con el tema, le había puesto música de una sentada, y que le "había salido muy bien". Deseoso de conocerla y de que "Lola Montes" escuchará también, la invitó a una audición que iba a celebrarse en el estudio de Modesto Romero, también gran creador de "cuplés", que, al año siguiente, compondría "La canción del legionario".
Y en este estudio, en la calle de Luchana número 10, se celebró la primera audición madrileña del luego famoso título, que encanto a todos los presentes, en especial a la joven canzonetista, que decidió incorporarlo inmediatamente su repertorio. La artista, que marchaba a los pocos días a Málaga, a la cabeza de un espectáculo de "varietes", se llevó la partitura, y, la estudio durante el viaje, con la ayuda del pianista de la compañía. Y en Málaga la dio a conocer, en el teatro Vital Aza, con un extraordinario éxito.
Lola Montes en Alicante en 1976
La capital andaluza, después, tan legionaria por la vinculación del Tercio a la cofradía de Mena, de su Semana Santa, sería, pues, el marco del estreno de este "cuple", después "reciclado" como canto legionario. En una de las funciones de la compañía de "Lola Montes", se hallaba presente la duquesa de la Victoria, que dirigía los hospitales de la Cruz Roja en Marruecos. Al terminar el espectáculo, la ilustre dama se dirigió a la canzonetista y le dijo: "mira, Lola, esto tienes que cantarlo en Melilla. El general Silvestre con sus tropas están llevando a cabo una ofensiva en aquel territorio que puede acabar con la guerra. Tú, con este cuplé, tan bonito, tan dramático, patriótico, puedes contribuir, en gran medida, a algo tan importante como es elevar la moral de la población. ¡Te voy a recomendar para que actúes, como fin de fiesta, en la compañía de Valeriano León, que se presentara allí dentro de unos días... " y así lo hizo, con lo que "Lola Montes" marcharía a Melilla con la compañía del gran cómico, actuando como "fin de fiesta", modalidad muy en boga entonces. Ella misma lo evocaba en su "carta al director" de ABC: "mi actuación fue un éxito indescriptible".
Cuando aparecí en el escenario vestida de enfermera, el público, compuesto por relevantes figuras de la vida civil, jefes, oficiales y tropa, me dedicó una entusiasta ovación. Y, cuando terminé la canción, el auditorio, en pié, estuvo aplaudiéndome un largo rato, lo que me produjo una dulce y tierna emoción..." Mercedes vivió en la plaza los angustiosos días de julio de 1921 ,en los que se esperaba el asalto a la ciudad por las cábilas victoriosas de Annual, que se habían detenido para saquear las poblaciones inmediatas a Melilla. Gracias a ello pudo llegar a tiempo el socorro enviado desde Ceuta por mar.
Fueron días inolvidables para la canzonetista. Desde entonces, "El novio de la muerte" se convirtió en una de las obras más destacadas de su repertorio, como lo sería, posteriormente, para Salud Ruiz, Manolo Derkas y otras figuras del "cuplé" de aquellos días. El teniente coronel Millán-Astray, jefe del Tercio, vio en el título de Prado y Costa, por la fuerza emocional que encerraba la letra, un valioso canto legionario, que se interpretaría, desde entonces, al ritmo de marcha. En 1952, el director músico de la banda del Tercio, Ángel García Ruiz, tuvo la genial idea.
Sí, genial, porque no puede calificarse de otra manera- de adaptar el ritmo de la obra al paso procesional de los desfiles de la Semana Santa de Ceuta. Presentándolo así en los del Cristo de Mena, de Málaga, cobraron letra y música su más expresiva dimensión dramática, convirtiéndose el título en una música para honrar a los caídos. Se hacía así realidad, una vez más, el milagro de la "redención legionaria", que lo mismo era capaz de convertir en caballeros a unos hombres, en muchos casos, marginados por la sociedad, que en transformar a un modesto "cuplé" de cabaret en un canto para acompañar a Cristo clavado en la Cruz.
Anécdota verídica:
Recién incorporado al Tercio “Gran Capitán”, un Teniente, de academia, en su primera semana llamó al “calé”, un legionario que se había presentado en mal estado a la parada de la guardia, el cual al ser increpado respondió: - Verá usted mi Teniente, ayer me llamó el “cucales” del cuartel para que recogiera los “jarales” para entrar en la guardia. En eso me llamó el “sarduno” de semana para que me dedicara a dejar matizaos los “tigres” y cuando estaba currando me llamó el “capirulo” porque le habían “chusquelao” la “guita”, así que comprenderá mi Teniente que no he tenido tiempo de prepararme. - Bueno, retírate—contestó el Teniente. Seguidamente llamó al Sargento de semana: - Oye fulano ¿de qué nacionalidad es el calé ? A lo que el Sargento riéndose por dentro contestó:
- Huérfano mi Teniente
Fin Spoiler.
“En el Tercio, a imitación de su vecina Legión extranjera francesa que la arrastraba desde la entonces recién terminada guerra europea, se cantó inicialmente “La Madelón”, pero por poco tiempo, porque no tardó en adoptar un canto que le era más propio y estaba más cerca de aquel nuevo estilo de vida militar de entender la vida y la muerte. Este canto empezó siendo un cuplé, una canción de escenario; una letrilla que hace llorar a los hombres de bronce que no lloran nunca y a las mujeres que lloran siempre, que las dejan sin aliento, sin pestañear, pálidas como la propia muerte.
“El novio de la muerte” se ha adaptado al paso lento, procesional y fúnebre, cantándose en todos los cuarteles y campamentos de La Legión, en el tradicional “Sábado Legionario”, en el que se rinde culto y homenaje a nuestros muertos.
Este himno legionario nació como cuplé con letra de Fidel Prado, al inspirarse en la siguiente historia:
El 7 de enero de 1.921, en Beni Hassán, cuando el Tercio tenía sólo unos meses de existencia, (su primera Bandera se había organizado en octubre), después de haberse defendido heroicamente con su escuadra frente a los kabileños que los atacaron y pretendieron apoderarse de sus armas, murió a consecuencia de las heridas recibidas el Cabo Baltasar Queija de la Vega; era el primer legionario que perdía la vida en un hecho de armas. En su bolsillo se encontraron unos versos llenos de emoción y sentimiento. Se dice que acababa de enterarse de la muerte de su novia, y en esas confidencias íntimas que se hacen al compañero en las largas esperas campamentales de una estrellada noche moruna, había confesado: ¡Ojalá la primera bala no tarde mucho y sea para mi corazón, para reunirme pronto con ella!. Pocas horas después, cuando se realizaba la retirada de protección de unos caminos su escuadra fue atacada. Toda una premonición que presagiaba el futuro canto de “El novio de la muerte”.
…Por otra parte leemos en una revista de la Legión de la época la siguiente noticia: “La Legión Extranjera, al servicio de España en Marruecos, tiene ya su primer mártir, se trata del joven Baltasar Queija Vega, nacido en Minas de Riotinto en 1903. Ingresó con 18 años de edad en el Tercio Duque de Alba, al parecer por haber reñido con su novia”. Al Cabo Baltasar Queija en el acto del sepelio se le rindieron los máximos honores militares, por expreso deseos de Millán Astray y fue su muerte la que inspiró a su autor el himno “El Novio de la Muerte”. Y el mismo Millán Astray, en la revista “Nuevo Mundo” dice con respecto al desaparecido héroe en una entrevista y contestando a una pregunta que le hace el periodista sobre la clase de personal que tiene bajo sus órdenes en la Legión: “También la Legión ha tenido su poeta, un gran poeta, Baltasar Queija de la Vega. Apoco de alistarse recibió la noticia de que había muerto su novia. Aunque era bravo como un león yo le ví llorar al leer la carta… Quise consolarle y me dijo: “Mi teniente coronel, ¡Ojalá que la primera bala que se pierda sea para mí !. Y aquélla noche, cuando hacía centinela en el Zoco El Arbaa, un “paco” hizo un disparo, uno sólo, y le acertó en el pecho a nuestro poeta. Fue el primer legionario que enterramos”. Cumpliéndose su deseo de irse a reunirse con su amada.
EL NOVIO DE LA MUERTE.
Nadie en el Tercio sabía quien era aquel legionario tan audaz y temerario que a la Legión se alistó.
Nadie sabía su historia, más la Legión suponía que un gran dolor le mordía como un lobo, el corazón.
Más si alguno quien era le preguntaba con dolor y rudeza le contestaba:
Soy un hombre a quien la suerte hirió con zarpa de fiera; soy un novio de la muerte que va a unirse en lazo fuerte con tal leal compañera.
Cuando más rudo era el fuego y la pelea más fiera defendiendo su Bandera el legionario avanzó.
Y sin temer al empuje del enemigo exaltado, supo morir como un bravo y la enseña rescató.
Y al regar con su sangre la tierra ardiente, murmuró el legionario con voz doliente:
Soy un hombre a quien la suerte hirió con zarpa de fiera; soy un novio de la muerte que va a unirse en lazo fuerte con tal leal compañera.
Cuando, al fin le recogieron, entre su pecho encontraron una carta y un retrato de una divina mujer.
Y aquella carta decía: “…si algún día Dios te llama para mi un puesto reclama que buscarte pronto iré”.
Y en el último beso que le enviaba su postrer despedida le consagraba.
Por ir a tu lado a verte mi más leal compañera, me hice novio de la muerte, la estreché con lazo fuerte y su amor fue mi ¡Bandera!
Y esta es la historia de esta canción, espero que os haya gustado "La más hermosa historia de amor jamás contada"
Tercio "Gran Capitán" Con sede en Melilla, el Tercio Gran Capitán lleva su nombre en honor a Gonzalo Fernández de Córdoba, y está compuesto por: I Bandera de La Legión, infantería ligera acorazada (BMR). II Bandera (disuelta en 2009). III Bandera (disuelta en 1983). Acuartelamiento de Valenzuela, pasando a ser de Regulares.
Compañía de Defensa Contracarro (D.C.C.) disuelta y restaurada recientemente de nuevo como una compañía independiente de la 1ª bandera.
Cuando hablamos de brujas, solemos imaginarnos a la típica anciana vieja y decrépita, de nariz larga y ganchuda, y ropajes negros y gastados
No obstante, hace varios siglos se consideraba bruja a cualquier mujer capaz de lanzar conjuros y preparar pociones, sin importar cual fuese su verdadero aspecto o condición.
Brujas de todo tipo han existido en cualquier civilización, desde las comunes brujas de la Edad Media hasta las actuales que habitan en las tribus del centro y el sur de África.
Por definición, una bruja es una persona de quien se cree que posee poderes sobrenaturales que utiliza para distintos fines, desde lanzar maldiciones hasta curar enfermos con hierbas mágicas. Son creencias comunes que las brujas son capaces de sanar hasta las enfermedades más irreparables con extraños ungüentos, de matar con la mirada o mediante algún tipo de hechizo, de controlar el clima, volar e incluso transformarse en cualquier clase de animal. Aunque muchas de ellas podían usar sus técnicas mágicas para un buen fin, en la mayoría de culturas, las brujas eran vistas como agentes del mal y portadoras de la desgracia. En la antigua literatura griega y romana abundaban los cuentos sobre brujas, de las que se decía que pasaban la mayor parte del tiempo elaborando pociones mágicas con hierbas y partes de animales. Eran descritas como mujeres descalzas, de melena larga y despeinada. Se decía que frecuentaban los cementerios, donde podía encontrárselas a medianoche desenterrando huesos y recogiendo plantas o adorando a Diana, diosa de la Luna y la caza, o a Hécate, la diosa de la fertilidad y reina de la noche.
Hécate
Incluso se decía que algunas eran capaces de despertar a los espíritus de los muertos o matar con una simple mirada. Durante la Edad Media, la palabra "bruja" se usaba la mayoría de veces para referirse a la mujer sabia de la localidad, quien usaba las hierbas con fines curativos, preparaba amuletos para mantener alejados a los malos espíritus o practicaba la adivinación para localizar objetos perdidos o identificar criminales, Algunos creían que incluso que podían realizar proezas tan impresionantes como conjurar la lluvia, predecir el futuro o conseguir buenos vientos para la navegación. Por todo ello eran temidas y respetadas por sus vecinos, quienes acudían a ellas en busca de ayuda y consejo; no obstante, siempre existía alguna clase de recelo por el temor a su furia si llegaban a enojarse
La mayor diferencia entre un brujo y una bruja radica en su poderes mágicos, pues los brujos han sido considerados desde siempre como seres más poderosos, por lo que eran más respetados y temidos.
Estas mujeres sabias de los pueblos fueron las primeras en ser acusadas y condenadas por prácticas demoníacas en la llamada ,caza de brujas. Epoca de terror y persecución que se extendió por Europa durante los siglos XVI y XVII. No obstante, estos cargos no tardaron en afectar a mujeres y hombres de cualquier oficio o condición; aunque siempre prevaleció el género femenino. Consideradas herejes (enemigos de la Iglesia cristiana) y adoradoras y sirvientes del Diablo, las acusadas eran culpadas por cualquier cosa, desde una mala cosecha a la muerte repentina de un niño. Se decía que las brujas estaban asociadas con los demonios, a quienes debían sus poderes, y que participaban de manera regular en espantosos asesinatos rituales, actos de vampirismo o canibalismo. Las reuniones más populares en las que participaban eran los conocidos aquelarres. En una sociedad dominada por los hombres, en la que las mujeres no solían tener derechos ni propiedades, una mujer que no estuviera bajo el control de un padre o de un marido era vista como una amenaza para la sociedad, o, en el mejor de los casos, con desconfianza. Este es el periodo que voy a compartir con vosotros, desde el punto de vista histórico.
Entre los s. XV y XVII tomó especial fuerza en Europa la denominada caza de brujas. La locura colectiva desencadenada causó la muerte de miles de víctimas inocentes, sobre todo en las zonas rurales, donde la ignorancia alimentaba todo tipo de supersticiones.
Esta caza de brujas que convulsionó a la Europa occidental pudo no revelar la existencia de demonios sobrenaturales, pero sí engendró una nueva especie de monstruos humanos: los cazadores de brujas, hombres de rectitud patológica dedicados a descubrir a las supuestas servidoras del diablo.
La obsesión con los demonios empezó a alcanzar un crescendo cuando, en su bula Summis Desiderantes (Yo la llamaría Delirantes) de 1484, el papa Inocencio VIII declaró: ”Ha llegado a nuestros oídos que miembros de ambos sexos no evitan la relación con ángeles malos, íncubos y súcubos, y que, mediante sus brujerías, conjuros y hechizos sofocan, extinguen y echan a perder los alumbramientos de las mujeres.”
Posteriormente "gracias a este alumbrado Papa" se organizaría de modo instruido la caza de brujas en toda Europa.
Las brujas eran acusadas de ser responsables de la peste negra, las epidemias, plagas, las sequias, o cualquier otra desventura; de tener poder, además, de causar desgracias a personas concretas a través de filtros o pócimas, invocaciones, provocando con su poder mágico la muerte; se consideraba que se podían transformar en animales, realizar vuelos noturnos, hacerse invisibles, acceder a cualquier lugar por lejano y seguro que fuera. Para realizar sus atrocidades se reunían, generalmente por la noche, en aquelarres, reuniones orgiásticas en las que se daba rienda suelta a todo tipo de abominaciones y que tenían como invitado de honor al propio demonio, representado por un macho cabrío, con el que se suponía las brujas sostenían cópula carnal.
El número de personas condenadas la hoguera bajo este cargo en el s. XVII, sólo en Alemania, ha sido caculado en 100.000 personas. Para el mismo periodo, en Inglaterra fueron alrededor de 50.000.
Quema de una mujer acusada de brujeria
La brujería bajo la Inquisición
En España las primeras medidas represivas contra la brujería datan al menos de los s. XIV o XV, pero no tuvo la misma virulencia que en otras partes de Europa.
A nivel del Santo Oficio, en la práctica, la mayor parte de los testimonios de la existencia de tal delito, fue rechazada por considerárseles engaños. Es decir, que contrariamente a lo que se cree, el complejo proceso judicial establecido de la Inquisición en España, paradójicamente salvó a muchas personas de ser quemadas como brujas en una época donde en Europa prevalecía el desorden buscando acusados de un crimen imposible. Delitos:
Los delitos que eran de jurisdicción del Santo Oficio, eran de dos clases: Delitos contra la fe, y delitos contra la moral. Los cuales se dividían en los siguientes tipos:
Delitos contra la fe
Son aquellos que en alguna forma resultan contrarios a los dogmas católicos.
Apostasía
La apostasía era el abandono total de la fe católica para profesar otra religión: el judaismo, el islamismo, el protestantismo, etc.
Obsérvese que se habla de abandono... lo que supone que antes se pertenecía a la fe católica. Y es que contra lo que comunmente se cree, el Santo Oficio no juzgaba judios, musulmanes o gentes de otras religiones, sino que procesaba a católicos, libremente bautizados como tales. que renegando de la fe retornaban a sus cultos, llevaban un catolicismo aparente ya que en realidad eran seguidores de su primitiva religión.
Antes de la existencia del Santo Oficio los apóstatas eran sancionads por las autoridades civiles con pena de muerte por hoguera, lapidación, o decapitación así como con la confiscación de sus bienes. La Apostasía tambien era castigada por el derecho musulmán.
Las principales modalidades de apostasía eran las cometidas por
Los judaizantes (marranos)
Pd. Aclaro que no quiero insultar a los judios, ya que marranos, era como se les conocía en aquella época y quiero tener en el post un cierto rigor histórico.
Los mahometizantes
Los protestantes
Los alumbrados
Judaismo
Los judaizantes o ma... Guardaban una conducta religiosa dual: públicamente se manifestaban como católicos, participando de los ritos de la Iglesia.y , a la vez, en forma más reservada (y a veces no tan reservada) realizaban las prácticas judaicas. En realidad eran judios que de católicos solo tenían el nombre.
El problema generado por los judeoconversos tuvo tres momentos puntales:
1º) Antes de la expulsión de los judios. Por entonces, muchos de ellos adoptaron el cristianismo sólo como medio para alcanzar posiciones sociales que les estaban vedadas. Otros, los menos, se convirtieron realmente al catolicismo. Uno de los mayores obstáculos para consolidar las conversiones era el contacto contínuo y directo entre judeoconversos y judios, por lo cual, luego de fracasados los intentos hechos por la Iglesia y la Corona para convertirlos, los monarcas dispusieron la expulsión de los judios que no se convirtiesen al cristianismo (1492).
2º) A partir de 1492, en que la Inquisición se dedicará a verificar la autenticidad de las conversiones.
3º) A partir de la unión de las coronas de España y Portugal en la persona de Felipe II. Aprovechando la coyuntura muchos judaizantes portugueses emigraron a otras ciudades de España o a las Indias.
Cabe aclarar que, en sentido estricto la Inquisición nunca juzgó a un judio pues para ser materia de jurisdicción inquisitorial habían de haberse convertido al catolicismo y recibido libremente el respectivo bautizo. Pero cuando los conversos retornaban a su religión anterior se convertían en apóstatas, en cuyo caso el Tribunal los procesaba.
Los judaizantes fueron la causa principal de la creación del Santo Oficio hispano y de hecho llevaron la peor parte.
La época de mayor dureza frente a los judaizantes fue durante los primeros cincuenta años de la Inquisición Moderna, es decir de 1481 a 1530. Luego apareció otro pico de actividad judaizante en el segundo cuarto de siglo del s.XVII, cuando la llegada de conversos procedentes de Portugal.
Mahometanismo
Los moriscos o mahometizantes llevaban una conducta religiosa dual: cristianos de cara a la galería, pero practicantes del Islam en su intimidad..
Se temía al morisco además porque se consideraba que podía ser el origen de una rebelión que abriera brecha al turco que por aquella época, s. XVI, avanzaba con firmeza hacia el Mediterraneo occidental.
La hostilidad contra los moriscos fue acentuándose a lo largo del s. XVI tras una inicial ambigüedad desde 1525 a 1540.
La actividad por parte de la Inquisición no se limitó a perseguir las ceremonias características de los moriscos (ayuno del Ramadán, la fiesta de los viernes, la circuncisión de los niños, lavado y tratamiento especial de los muertos, etc.), sino que se extendió a todas las costumbres (cantar cantares de moros, hacer bailes, llorar sobre las tumbas, etc.) y sobre todo incidió sobre el uso de la lengua árabe, como signo peligroso, distintivo de identidad nacional propia en una España que reinvindicaba la uniformidad religiosa y lingüistica.
Con todo, la Inquisición dio un trato mucho más benigno al morisco que el que dio al judaizante, pero dado que el morisco era mano de obra barata, fue muy criticada por la clase noble la represión inquistorial, la cual veía afectados sus intereses económicos por razones obvias.
Protestantismo
El protestantismo luterano rechazaba a la Iglesia Católica, negaba la autoridad papal, no reconocía la validez de los sacramentos, descartaba los dogmas proclamados por la Iglesia, etc. Su prédica iba en contra de la organización eclesiástica, de los principales dogmas católicos y de las tradiciones de la Iglesia de Roma. Llegaba al punto de de incitar no sólo a su destrucción sino a asesinar a los papistas, es decir a los fieles católicos.
A mediados del s. XIV, Lutero y la Reforma se habían convertido en los enemigos del Estado, pero en cierto modo había en ello una tono xenófobo que iba más dirigido a desviar la atención sobre graves problemas internos del Estado que a evitar la acción anticatólica.
Pese a constituirse como el primer problema político exterior de la Monarquía católica, los Inquisidores, dentro del rigor de aquellos años, miraron con relativa benignidad a los protestantes extranjeros que cayeron en sus manos.
Y es que el luteranismo fue siempre un fenómeno minoritario en España y en las Indias, difundido a través de libro, y por ello, de muy escaso alcance e incidencia, dada el analfabetismo de los españoles en aquella época. Muchos de los casos correspondieron a comerciantes o piratas apresados y fueron atendidos en los Tribunales del Santo Oficio en América, en especial en los de Lima y Cartagena de Indias y, en menor medida, en el de México.
La Inquisición empezó a operar con firmeza contra el protestantismo a partir de 1520, cuando disminuía la acción contra los judaizantes. El luteranismo estaba entrando por esas fecha en España a través de mercaderes extranjeros, alemanes y franceses.
A partir de los Autos de fe de 1559, la estrecha vigilancia a que fueron sometidos los mercaderes y el férreo control sobre los libros sospechosos, impidieron la implantación de la herejía luterana en España. La quema de libros fue instituida por una tajante prohibición que hacía figurar a los libros en índices y establecía un rígido control de los procesos de edición y venta.
Alumbradismo
Se denominaba alumbrados a los falsos místicos que fingían tener un trato directo con Dios. De tal supuesta comunicación concluían en el desprecio de la moral cristiana y de la organización eclesiástica, así como de los ritos, ceremonias y sacramentos católicos.
La denomninación de alumbrados venía del hecho de que ellos decían estar inspirados por el Espirtu Santo, quien alumbraba sus conciencias con la misma luz con que iluminó a San Pablo.
Carecían de cuerpo doctrinario sistemático y uniforme, y eran grupos que estaban formados por hombres y mujeres indistintamente que solían realizar sus reuniones por la noche, en forma clandestina.
Lógicamente su doctrina fue motivo de persecución inquisitorial por su condición claramente herética y los partidarios de esta doctrina fueron prácticamente extinguidos a partir de 1535.
La penas más frecuentes fueron la abjuración de levi, destierro y penitencias esperituales como comulgar y rezar el rosario. En ocasiones se aplicó la pena de galeras y reclusión.
Proposiciones
Eran opiniones y afirmaciones emitidas contra los dogmas, creencias, ritos y sacramentos católicos. Eran desviaciones respecto de la ortodoxia catolica, aunque no implicaran necesariamente una herejía.
Proposiciones heréticas
Las que eran completamente contrarias a la fe católica.
Proposiciones malsonantes
Aquellas que tenían un doble sentido, uno católico y otro herético y que cuando se exponían eran recibidas mayormente en este último.
Proposiciones cismáticas
Las que atacaban a la unidad de la Iglesia.
Proposiciones impías
Las que se realizaban contra la piedad católica.
Proposiciones temerarias
Las que no se atenían a las normas de la razón en asuntos tocantes a la fe o a la moral.
Proposiciones injuriosas o blasfemas
Injuriosas eran las que difamaban a las autoridades eclesiásticas o algunos de los estados religiosos.
Blasfemas eran las que injuriaban a Dios directamente.
Delitos contra la moral cristiana
Blasfemia
Las blasfemias eran afirmaciones injuriosas contra Dios, la Virgen y los santos, asi como las cosas sagradas en general. Podían ser de dos tipos:
- Blasfemia Heretical: la que era consecuencia de una herejía. Dependía exclusivamente de la jurisdicción de la Inquisición.
- Blasfemia Simple: la que era consecuencia de un momento de ira o de alguna circunstancia particular. Dependía de la autoridad, eclesiástica o seglar, que hubiese conocido la causa inicialmente.
Las autoridades civiles, de acuerdo a las disposiciones reales, eran muy severos con la blasfemia hasta el punto de imponer fuertes sanciones a los blasfemos que hoy en dia parecerían desproporcionadas. Cuando la blasfemia era contra la Virgen o los santos se decretaba mutilación de la lengua, azotes, prisión, destierro, galeras, confiscación de bienes, etc.
Con todo, y en contra de lo que se cree o podría suponer, el Tribunal del Santo Oficio, paradójicamente, aplicaba sanciones más benignas que un tribunal civil en los casos de blasfemia :
- Si el blasfemo se autodenunciaba y se retractaba no era detenido.
- Si el blasfemo era denunciado y la blasfemia era grave saldría en el Auto de fe con sambenito, cirio penitencial (que en algún caso se especificaba que fuera de color amarillo), sin coroza, pies desnudos, soga al cuello y en algunos casos mordaza en la boca. Debía hacer abjuración de levi a lo cual se agregaban, pasado el referido acto, la aplicación de un mínimo de 100 azotes (muy frecuente esta modalidad de castigo para este delito) o el destierro, además de sanciones pecuniarias.
- Si el blasfemo era denunciado y la blasfemia era leve la pena se resumía a asistir a misa en calidad de penitente llevando un cirio penitencial, aunque igualmente se aplicaban sanciones económicas.
Bigamia
Esencialmente consiste en contrare un segundo matrimonio sin estar disuelto legalmente el primero. Las penas impuestas eran la presencia en Auto de fe como penitente, sambenito, con cirio penitencial, insignias de dos veces casado y en ocasiones con soga de esparto al cuello y con coroza. Durante el acto debían abjurar de levi (si era en España) - o de vehementi (si era en Italia)-, y tras el mismo se les sometía apena de vergüenza pública con castigode azotes (entre 100 y 200), y luego a ser enviados a galeras (normalmente a remo y sin sueldo).
Las galeras era considerado la pena más grave dentro de las penas corporales. En muchos casos las penas citadas eran conmutadas por la pena de destierro.
Por lo general los Tribunales no utilizaron la question de tormento con este delito.
Supersticiones
Son las creencias extrañas a la fe religiosa y contrarias a la razón. En términos de la Inquisición eran las creencias o prácticas contrarias a a la verdadera religión, la católica.
Las penas impuestas a los que cometían estos delitos eran por lo general el salir en Auto de fe, realizar la respectiva abjuración de levi o de vehementi, y a posteriori del acto, un mínimo de 100 azotes y sanciones económicas, así como destierro entre 3 meses y 10 años.
Las principales supersticiones eran:
La Brujería
La Adivinación (sortilegio y hechicería)
La Idolatría
Brujería
Eran aquellas actividades que tenían como común denominador el ejercicio de un poder sobrenatural siniestro, ejercido por personas que vivían sometidas al demonio. Por lo general, sus practicantes, supuestos o reales, eran mujeres. La bruja se relacionaba con el satanismo, había ofrecido su alma al diablo para obtener los poderes sobrenaturales, y era considerada responsable de cualquier mal personal o comunitario. Por tanto perseguida por todos.
A partir de la Edad Media, la sociedad se vuelve rigurosa con las brujas, pero es en los s. XVI y XVII cuando alcanza su climax. La brujería era perseguida y sancionada tanto por las autoridades civiles como las eclesiásticas. En el siglo XVII la Inglaterra anglicana quemó amás de 50.000 personas, la mayoría mujeres, acusadas de brujería. Alemania, en el msmo periodo llevó a la hoguera a más de 100.000. Un auténtico genocido perpetrado especialmente en las areas rurales.
La brujería se encontraba en España básicamente concentrada en Galicia, el Pais Vasco y la Cataluña pirenaica.
La Inquisición pudo haber corregido y aumentado las cifras europeas, provocando un holocausto de brujas, pero no fue asi. Cuando se dieron los primeros brotes de brujería, el Tribunal del Santo Oficio reunió a una Junta o Congregación católica, integrada por representantes de la Corona, la Universidad, la Iglesia y el propio Tribunal. En esa reunión se llegó a una feliz conclusión: los poderes que se atribuían a las brujas pertenecían a la imaginación o a la ignorancia de las gentes.
Los Inquisidores españoles adoptaron frente a la brujería una actitud escéptica, y se las persiguió más por por presuntos engaños o supercherías que por creyeran seriamente en sus contactos con el demonio y que hubiese componente herético en sus actividades.
De hecho la Inquisición intervenía en los casos en que se habían hecho invocaciones de demonios, ejerciendose magia negra, agüeros, encantaciones y otras artes mágicas. La brujas apelaban ciertamente al demonio para adivinar el porvenir, conseguir una información o cumplir un deseo, pero es importante señalar la distinción que el Santo Oficio hacía respecto a las palabras de la invocación:
- Si eren de mandato, no había herejía,
- Si eran suplicantes, inducían a sospechas de adoración y se considerabna como idolatría, y por tanto punibles.
Por ello, el papel de represor de la Inquisición frente a la brujería fue escaso, comparado con lo que estaba sucediendo en Europa. Por otra parte el Santo Oficio tampocó cargó con graves penas a las acusadas de actividades brujeriles consistiendo habitualmente en penas de azotes, generalmente no más de 100.
Adivinación
Se consideraba que adivinar era predecir lo futuro o descubrir las cosas ocultas a través de actos sobrenaturales o mágicos sin recurrir a Dios. La adivinación no utiliza medios naturales tales como el uso de la razón o el estudio. Por ende, según la concepción católica, la adivinación recurre explicita o implicitamente al demonio, y quien la practica queda en algún grado ligado al maligno. De ahi su persecución inquistorial.
Debe considerarse la diferencia existente entre adivinación y profecía. En la adivinación el hombre es el que busca conocer un suceso futuro mientras que en la profecía es Dios, por iniciativa propia, quien revela algo que va a suceder y que quiere que la persona que Él ha elegido -el profeta- lo comunique a otros. En la adivinación hay iniciativa del hombre mientras que en la profecía la iniciativa es de Dios.
Hay dos tipos de Adivinación:
- Sortilegios: adivinación realizada por suertes supersticiosas.
- Hechicería: adivinación que busca datos de cosas ocultas a partir de objetos realmente existentes. Se trataba en cierto modo de la astrología. Solo se permitía la astronomia (astrologia natural) que se empleaba para intentar predecir las condiciones climáticas o para no perder la ubicación durante los viajes. La que no se permitía es la que se aplicaba a la predicción del futuro o el pasado (astrología judiciaria).
Idolatria
Era perseguida la idolatría en el sentido de atribuir a una criatura honores de Dios.
«Pecados nefandos»
Se les denominaba tambien delitos abominables o inconfesables. Se trataba de una variedad de actividades pecaminosas que incluía relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, relaciones sexuales entre personas de sexos opuestos contra natura y a las relaciones sexuales con animales.
A partir del s. XVI en los documentos inquisitoriales se distinguió la sodomía a secas de la sodomía bestial o bestialidad. En cualquier caso las sanciones para estos delitos eran drásticas por entenderse que se utilizaba el sexo contra las leyes naturales establecidas por Dios.
La mayor parte de los procesados por este delito fueron hombres.
De hecho desde tiempos inmemoriables y con mayor razón durante la Edad Media, se consideraba a este delito de los más graves que se pudiesen cometer. Por ello, mucho antes de que existiese el Santo Oficio, las autoridades civiles actuaban en contra con mucho rigor . A los que cometían tales faltas - e incluso a los que solo lo intentaban- en algunas partes los quemaban vivos, mientras que en España los castraban públicamente, despues de lo cual eran suspendidos por los pies hasta que morían. Los Reyes católicos cambiaron la sanción por la de quema en la hoguera y Confiscación de Bienes.
Este delito no era atendido por la Inquisición española de modo uniforme. Sólo en el Reino de Aragón eran juzgados por el Tribunal de la Inquisición, mientras que en Castilla, las Indias y otros dominios hispanos, eran competencia de los tribunales civiles. En Aragón tambien podía ser atendido por los tribunales civiles, pero el Tribunal de la Inquisición daba “mejor trato” a los culpables.
- La Inquisición consideraba atenuantes e incluso el arrepentimiento, con lo que era posible salvar el pellejo. La sanción era severa, eso si, pues consistía en encierro en prisión o ser enviado a galeras, y tambien destierro, penas pecuniarias y recibir entre 100 y 200 azotes. Se aplicaba la condena a muerte siempre que fuera posible demostrar la culpabilidad.
- El tribunal civil procedía sin contemplación ni posibilidad de arrepentimiento a aplicar la pena capital.
Delitos propios de los religiosos
Eran los cometidos por los miembros de las órdenes religiosas asi como por los del clero. Los principales tipos eran los siguientes:
Solicitación en confesión
La solicitación en confesión son las palabras, actos o gestos que, por parte del confesor, tienen como finalidad la provocación, incitación o seducción del penitente, con la condición de que dichas acciones se realicen durante la confesión, antes o después de ella, o bien cuando finge estar confesando aunque de hecho no sea asi. es decir, es toda incitación sexual o requerimiento amoroso, que un confesor hace al fiel aprovechando el acto de la confesión.
Este delito, más que ningún otro, se prestaba a la calumnia porque solía cometerse en forma oculta y sin testigos. es por ello que la Inquisición recibía con reservas las declaraciones de los denunciantes, por lo general, mujeres. tal es asi que en 1573 el Santo Oficio ordenaba no proceder contra los confesores testificados sin asegurarse que las delatoras eran mujeres honestas, dignas de crédito y de buena fama. En 1577 se insiste en lo mismo y se añade que además se investigue la calidad de las denunciantes si son presumiblemente “deshonestas y apasionadas” (se veía que había mujeres que actuaban por pasión, rencor o venganza o eran inducidas por otras personas que deseaban desacreditar al religioso) y que quienes hicieran las averiguaciones fueran testigos fidedignos, sin lo cual no se decreta la prisión del presunto solicitante.
Tanto la privacidad, la revelación de las faltas más intimas por parte de la mujer que se confesaba, como el hecho mismo que la confesión era una situación especial de intima comunicación entre un hombre y una mujer en una época en la que esta aproximación estaba muy restringida y requería de una serie de actos previos en la relación social normal, facilitaban que el confesor la aprovechara para obtener sus favores.
En la fase de la lectura de la sentencia (que en la mayoría de los casos era leída en la Audiencia) el reo debía permanecer como penitente, sin sambenito y con la cabeza al descubierto.
Los solicitantes eran sometidos a penas que incuían la abjuración de levi, ser privados de confesar a las mujeres perpetuamente y a los varones durante un periodo establecido. Tambien eran suspendidos de predicar y administrar los sacramentos y se les sentenciaba a reclusión (en un hospital donde debería ofrecer su ayuda a pobres y enfermos), destierro, penas pecuniarias, disciplinas, ayunos y oraciones.
La solicitación en confesión apareció como delito punible por el Santo Oficio en la segunda mitad del siglo XVI y continuó como tal hasta la extinción de la Inquisición a principios del s. XIX.
En líneas generales, en los procesos llevados tanto en España, Italia o las Indias, nunca se aplicaba la question de tormento. Ningún solicitante era sometido a pena de azotes o de relajación, para evitar en los ciudadanos una cierta desconfianza hacia la Iglesia Católica.
Los casos eran escabrosos, como cabe suponer, y tal como se aprecia en algunos párrafos del acta de acusación contra el jesuita Luis Lopez en el Tribunal del Santo Oficio de Lima en 1578.
Acta de acusación del Jesuita Luis Lopez
Proceso por solicitación en confesión al jesuita Luis López (Lima, 1578)
Detalles del sumario de acusación del proceso
«...Confiesa el reo que estuvo confesando a cierta mujer que estaba en la cama con dolor de estómago, le puso la mano en él muy apretada todo el tiempo que se estuvo confesando sin tener la camisa encima, lo cual fue causa que, incitada de aquellos tocamientos, llegando su boca de ella a la del reo le besó...»
«...asimismo depone una doña Jerónima de Orozco, mujer de Joan Gutiérrez de Benavides, de edad de veynte y siete años, que en medio de la confesión, acusándose ella de sus pecados, la solicitó con actos y palabras amorosas, preguntándola si tenía afiçión a algún confesor. Y dieçiéndole ella que resçebía contento en ver a cierto religioso, aunque no para mal, la importunó que le dijese quién era y le preguntó si era él el religioso, porque la amaba con mucha ternura, y le dijo que no comulgasse en otra misa sino en la suya, y así lo hizo. Luego se desnudó y le hizo de señas y abrazos que volviese al confessionario, y vuelta la volvió a importunar mucho que le dijese quién era el dicho religioso. Y que ella, por burlarse de él, le dijo que él era, con lo qual, de muy contento, le dijo allí muchas palabras de amores. Dice asimismo que viniéndola el reo una noche a confesar que estaba enferma en la cama, quedándose a solas para confesarla le quiso haçer fuerza y echarse con ella carnalmente. Y aunque no ubo effecto tuvo él polución. Yno queriéndose ella confesar con él la persuadió y dijo que no se confesasse con otro y le tomó la palabra. Y ella lo hizo así después que estuvo buena...»
«...Asimismo testifica contra él una Joana de Vera, mujer casada, de edad de veinte y seis años, que entrando en un confissionario a confesar con él, el reo le dijo muchas palabras amorosas y aficionadas y muy ocasionadas para mal fin. Y luego inmediatamente la confesó y ésto le aconteció más de seis veçes. Y después, estando mal dispuesta en su casa, fue allá este reo y tuvo con ella tocamientos de manos en los pechos, piernas y muslos della, abrazándola y besándola teniendo delectación y polución...»
«...Asimismo testifica contra este reo doña Isabel Pacheco, mujer de Manuel Correa, de edad de veinte y siete años, que estando en el conffisionario, antes y después de la confisión, le dijo el reo muchas palabras aficionadas y descuidadas y ocasionadas para que ella sospechase y sintiese, como sintió de él, que le tenía afición, amaba y quería y solicitaba para mal fin, diciéndola que si le quería y amaba mucho y que él haría por ella todo lo posible, y que era muy hermosa y muy discreta. E después, yendo a su casa della, le habló y regaló tomándole las manos, y ella le abrazó y besó mordiéndole el labio de su boca...»
«...Testifica asimismo contra él doña Francisca de Salinas, mujer casada con un mercader que se llama Antonio Juárez de Medina, de edad al presente de veinte y quattro años, la qual diçe que, siendo donçella e mochacha, estando con ella en el conffesionario, poco antes de la confesión y después de ella, le dijo muchas palabras afiçionadas con cuidado, y muy ocasionadas para que lla sospechase el mal fin e intento que llevaba, porque la persuadía a que aprendiesse a escrevir, y después que lo aprendió le escrevía y le enviaba billetes, sonetos y coplas, diçiéndole que la quería mucho y otras cosas de amores, importunándola que le escriviese y no la dejaba hasta que ella lo hacía. Y para mas la afiçionar y atraer a sí la enviaba regalos de conservas y otras golosinas, e se iba en casa de su padre de ella, y estando con ella y con su madre parlando, decía que quería ir a ver el oratorio, y entrando ella a se le enseñar quedándose su madre en el estrado, la abrazaba y besaba allí en el oratorio, lo qual hizo y pasó más de diez veçes, llegando su cara a la della, metiéndole las manos en los pechos, importunándola muchas veces en el confessionario y en su casa della le hablase en el corral de su casa. Y abriendo ella una noche una puerta del corral de su casa que salía a la huerta y casa de la Compañía, vio a este reo que estaba sobre el tejado, al parescer con unos calzones calzados, y temiéndose que la corrompiese se tornó huyendo cerrando la puerta de su casa, de lo qual estuvo él muy enojado. Y después de algunos días el dicho reo volvió a su casa de la dicha doña Francisca, y entrando como solía con ella en el oratorio, besándola y metiéndole las manos en sus pechos, la riñó por lo pasado diciéndole que era neçia y tonta, metiéndole las manos debaxo de las faldas della hasta las partes vergonzosas y le dijo que estaba por desgarrarla, queriéndola corromper con las manos, y ella de miedo se salió huyendo del oratorio. Y dice asimismo que quando este reo la confesaba, le preguntaba si había sentido algunas alteraçiones de la carne en sí, y diciendo ella que no, le decía el reo que aquello que él hacía era por quererla mucho y que no se lo tomase por malo. Las quales torpezas e subçiedades, actos torpes, pláticas deshonestas y carnalidades, duraron como dos años, porque luego que el reo vino a esta ciudad comenzó a confesarla y luego se declaró a ella, solicitándola en el confessionario, diciéndole que la quería ver e ir a merendar a su casa e oirla tañer clavicordio...»
«...el dicho reo se quedaba en casa de la dicha moza doña María algunas y muchas noches a la velar y guardar, durmiendo en un estrado junto a su cama. Y que una noche había tenido cópula carnal con ella y la había corrompido y habido su virginidad y se había quedado preñada. Y el reo echaba la culpa del preñado al demonio, diciéndo que él confesaba a su madre y hermanas y les daría a entender por libros cómo podía el demonio empreñar sin que la mujer lo entendiese. Y queriendo el reo otra vez tener cópula carnal con la dicha doña María, juntándose con ella questaba desnuda en la cama, había tenido pollución entre las piernas della. Y porque no había sido en el vaso natural le dijo el reo que no fue sino un acometimiento a pecar con ella, porque como fuese fuera del vaso no lo tiene por pecado mortal. Y porque la dicha doña María dijo a çierta persona: "mira vos lo que debe un hombre a una mujer que la adonçella, éso me debe a mí Luis López", el reo sabiéndolo, indignado contra ella, le dio muchos azotes con una disçiplina por piernas y brazos, descubriéndole sus vergüenzas. De lo qual ella, indignada y rabiosa, lo vino a denunçiar...»
Ufff...!!! Acojonante.
Falsa celebración
Delito consistente en realizar la celebracion de la misa sin estar autorizado para ello, es decir , sin ser sacerdote debidamente ordenado.
A partir de 1574 se aprobó sancionar la falta e incluirla dentro de la relación del Edicto de fe.
Los culpables, además de comparecer en Auto de fe, debían abjurar de levi o vehementi, tras lo cual eran degradados de las ordenes que tenían los azotaban y desterraban. En ocasiones se les enviaba a prisión o a galeras.
Matrimonio de los religiosos
Los que cometían tales faltas eran considerados sospechosos de herejia.
La pena era abjuración de levi en la sala de audiencias o en un Autode fe y eran sancionadas con prisión, destierro o galeras.
Delitos contra el Santo Oficio
Hechos que favorecían la causa de las herejías cuya realización, en alguna manera, constuía un obstáculo u ofensa contra el Tribunal.
Era práctica muy corriente que los Tribunales del Santo Oficio persiguieran las ofensas realizadas a sus miembros, los agravios recibidos, las intromisiones en sus competencias, etc.
Impedir sus acciones
Se llamaban impedientes aquellos a los que en alguna forma impedían el cumplimiento de las disposiciones del Tribunal. Consideraban como tales a todos aquellos que obstaculizaban la tareas de la Inquisición, como por ejemplo los que ocultaban a los fugitivos, los que violaban el secreto inquisitorial, los que amenazaban a los testigos, etc.
Ofender al Tribunal
Cometían tal delito los que de hecho o de palabra atentaban contra el Santo Oficio
Verter falsos testimonios
Era considerado grave delito contra el Tribunal el declarar falsamente en las causas de fe. Los que calumniaban a un feligrés presentándolo como si fuese hereje, perjudicándolo en su honor y buena fama, eran considerados grandes delincuentes. No solo calumiando se cometía este delito, sino tambien ocultando la verdad al Tribunal
Violar inhabilitaciones
Los sentenciados por el Tribunal en causas contra la fe quedaban sujetos a una serie de inhabilitaciones, cuya violación acarreaba nuevas sanciones.
Las inhabilitaciones alcanzaban a los descendientes - hijos y nietos por linea paterna e hijos por linea materna- impidiéndoles ocupar cualquier cargo público, dignidad civil o eclesiástica en España y sus colonias. Los inhabilitados, además, no podían utilizar ningún signo exterior de riqueza como joyas, vestimentas de seda o terciopelo, caballos, etc.
Esta inhabilitación no venía establecida por el Tribunal, como cabría suponer, sino por la autoridad civil: la Corona había dispuesto que los reos sentenciados a relajamiento asi como los reconciliados, quedaban inhabilitados.
Incumplir sentencias
Se les denominaba impenitentes a los que incumplían total o parcialmente las sanciones que el Tribunal les había impuesto.
Censura de Libros
La Inquisición española nunca ejerció la censura previa de libros (practicada entonces en toda Europa) , que fue siempre una potestad de la Corona, ejercida a través de los Consejos Reales de Castilla, Aragón, Indias, Italia, Portugal y Flandes (radicados en Madrid), o de los virreyes de Aragón, Cataluña, Valencia, Navarra, Cerdeña, Sicilia, Nápoles, Perú y Nueva España.
La censura a posteriori se hacía mediante la elaboración de índices de libros prohibidos total o parcialmente. Tales índices no eran exclusivos de la Inquisición, pues los promulgaron también ciertas universidades y algunos obispos, ni surgieron en España.
Los índices españoles, debido a su carestía, conocieron escasa difusión, lo que los propios libreros alegaban en su descargo si eran sorprendidos con libros prohibidos en sus establecimientos. En suma, que su alcance fue bastante limitado. Por ello se intentaba igualmente controlar la importación de libros extranjeros, pero ésta era de tal magnitud (debido, entre otras cosas, a que muchos autores españoles preferían imprimir sus obras en las excelentes prensas flamencas o italianas) que los inquisidores no daban a basto para controla la entrada siquiera de las importaciones declaradas, cuanto má s de las introducidas ilegalmente. En cuanto a la producción interna, no hubo ningún intento sistemático de revisión de las novedades editoriales a la búsqueda de errores doctrinales, algo que, por otra parte, hubiera también desbordado la capacidad del Santo Oficio. En este terreno, como en tantos otros, los inquisidores actuaban cuando alguna denuncia atraía su atención sobre una determinada obra y, aquí, los celos y rencillas del mundillo literario y del académico tuvieron a menudo mucha mayor importancia que el auténtico fondo doctrinal del asunto.
Fin del Spoiler
Malleus Maleficarum "El Martillo de las Brujas" (1486)
El papa Inocencio VIII nombró a dos Inquisidores dominicos, Heinrich Kraemer y Johann Sprenger, para que escribieran un estudio completo utilizando toda la artillería académica de finales del siglo XV.
Ambos dominicos, con citas exhaustivas de las Escrituras y de eruditos antiguos y modernos, produjeron el libro Malleus Maleficarum, "Martillo de Brujas" en 1486, descrito con razón como uno de los documentos más aterradores de la historia humana, considerado el libro más funesto de la historia de la literatura, y que pasó a ser la biblia de los cazadores de brujas.
Fragmento para que veais el sentido de la obra:
Pasajes tomados del Malleus Maleficarum que caracterizan la índole y condición de la obra
«Las brujas de la clase superior engullen y devoran a los niños de la propia especie, contra todo lo que pediría la humana naturaleza, y aún la naturaleza simplemente animal. Esta es la peor clase de brujas que hay, ya que persigue causarles a sus semejantes daños inconmensurables.
Estas brujas conjuran y suscitan el granizo, las tormentas y las tempestades; provocan la esterilidad en las personas y en los animales; ofrecen a Satanás el sacrificio de los niños que ellas mismas no devoran, y, cuando no, les quitan la vida de cualquier manera. Claro está que en estos casos se trata casi siempre de niños aún no bautizados; si alguna vez llegan a devorar a los bautizados, es que lo hacen, como más adelante explicaremos, por especial permisión de Dios.
Pueden también estas brujas lanzar los niños al agua delante de los mismos ojos de los padres, sin que nadie lo note; pueden tornar de pronto espantadizo al caballo bajo la silla; pueden emprender vuelos, bien corporalmente, bien en contrafigura, y trasladarse así por los aires de un lugar a otro; son capaces de embrujar a los jueces y presidentes de los tribunales, como lo son de conseguir mediante hechizos un inviolable silencio propio y de otros acusados en la cámara del tormento; saben infundir en el corazón y en la mano de quienes se disponen a descubrirlas una angustia paralizante, y tienen, por último, poder para penetrar las cosas secretas y aún para predecir muchas futuras con la ayuda del diablo.
Los ojos de estas mujeres tienen la virtud de ver lo ausente como si estuviera presente; entre sus artes está la de inspirar odio y amor desatinados, según su conveniencia; cuando ellas quieren, pueden dirigir contra una persona las descargas eléctricas y hacer que las chispas le quiten la vida, así como también pueden matar a personas y animales por otros varios procedimientos; saben concitar los poderes infernales para provocar la impotencia en los matrimonios o tornarlos infecundos, causar abortos o quitarle la vida al niño en el vientre de la madre con sólo un tocamiento exterior; llegan a herir o matar con una simple mirada, sin contacto siquiera, y extreman su criminal aberración ofrendándole los propios hijos a Satanás.
En una palabra: pueden estas brujas, como antes decimos, originar un cúmulo de daños y perdición que sólo parcialmente estaría al alcance de las demás. Bien entendido que todo esto lo pueden con permisión de la justicia divina. En cambio, la facultad que todas tienen en común, así las de superior categoría, como las inferiores y corrientes, es la de llegar en su trato carnal con el diablo a las más abyectas y disolutas bacanales.
Puede concretamente suceder por virtud brujeril que un hombre o una mujer al contemplar el cuerpo de un muchacho, lo exciten con la sola mirada, por aprensión o por influjo de apetitos lascivos; y como estos influjos suelen traducirse en mutaciones corporales y los ojos son tan sensibles que fácilmente captan las impresiones, no es raro que por efecto de una íntima emoción resulten afectados seriamente los ojos y queden en mal estado.
Ahora bien; cuando los ojos han evolucionado por efecto de algún influjo pernicioso, bien puede suceder que, a su vez, influyan fatalmente en la atmósfera circundante y la maleen lo mismo que ellos habían sido maleados, trasmitiendo de capa en capa de la atmósfera la influencia nociva, hasta llegar a la zona inmediata a los ojos del muchacho. Entonces es cuando este ambiente origina una mutación desfavorable en los ojos infantiles, que la transmiten a otras partes y órganos internos de la misma persona juvenil. Esto está cumplidamente demostrado por la experiencia, ya que muchas veces hemos visto y vemos que una persona víctima de alguna afección a los ojos, infecta y daña con su sola mirada los de aquellos que la contemplan.
Escríbanse las siete palabras que Cristo pronunció en la cruz en unas cuantas tarjetas, cosiéndolas luego o pegándolas unas a otras, para que juntas den la medida de la estatura de Cristo. Una vez hecho esta, como cosa fácil que es, enróllense estas cadenas o guirnaldas de tarjetas al cuerpo desnudo de las brujas. La experiencia ha demostrado que esos seres nefastos se sienten entonces extrañamente inquietos y abrumados, y propicios, por tanto a la confesión. Pero si con todo esto se obstinasen en guardar silencio o en negar su culpabilidad, puede recurrirse a la intimidación de un largo y duro encarcelamiento, hasta quebrantar su contumacia. Y todavía queda el recurso extremo: el de que el juez visite en la prisión a la acusada y le prometa influir para conseguir clemencia, haciéndolo sin embargo con la reserva mental de que él mismo entienda la clemencia referida a la función judicial o a la causa pública, que en su cargo ampara.
¿Cómo pretender que se acceda a la concesión de defensa y defensor, cuando todo el mundo sabe que hay el deber de mantener en riguroso secreto los nombres de los testigos? En todo caso, solamente se le podrían facilitar éstos al defensor, cuando se tratase de un hombre intachable y de un celoso defensor de la justicia, que, además, habría de prometer bajo juramento mantenerlos también en secreto. No es lícito tomar en cuenta las preferencias del acusado al escoger un defensor, ni éste debe hacerse cargo de una causa, sino después de haberla examinado detenidamente y haberse persuadido de su justicia. El juez deberá exhortarle a que se guarde de incurrir en complicidad de herejía y sectarismo; complicidad de la que ya se haría culpable por el solo hecho de aceptar «indebite» la defensa de una persona sospechosa de herejía.
También ha de tener cuidado el juez con la familia y con los sucesores de las brujas encarceladas o ejecutadas en la hoguera, por la frecuencia con que unos y otros están complicados con ellas y entregados a las mismas prácticas. Así como los parientes de un hereje se hacen por lo regular sumamente sospechosos de herejía por la mera circunstancia del parentesco, así sucede también con esta suerte de herejía de las brujas.
Abundan por cierto las personas superficiales que recusan sistemáticamente las declaraciones de mujeres enemistadas con las acusadas, por suponer que no merecen crédito alguno y más bien han de estimarse dictadas por un ciego deseo de venganza que por la realidad de los hechos. ¡Qué poco conocen estas gentes la cautela, sutileza y discreción de los jueces! Como un ciego podría juzgar los colores, juzgan ellos de la perspicacia judicial».
Fue manual utilizado por la Inquisición Medieval y de los jueces de lo criminal, y texto, por así decirlo, explicativo de las diferentes clases de brujas, con las características correspondientes a sus respectivas influencias. Una enciclopedia sobre las brujas.
Para los autores del libro no había engaño demasiado tortuoso ni tormento excesivo con tal de obtener confesiones. Tampoco cabían el escepticismo ni la moderación, pues, como rezaba el lema del libro, «No creer en brujas es la mayor de las herejías»
En el Malleus Maleficarum se presentan tres partes
I) Descripción de como cooperan el Diablo y sus brujas para perpetrar males en hombres y animales, tentarles con incubos y sucubos, e inculcar el odio.
II) Descripción del pacto que las brujas hacen con Satán, ya que los humanos no tienen poder para hacer magia, y tal energia les es dada por el Maligno, de como las brujas renuncian al cristo, a su bautismo y dan su alma a Satán a cambio de sus poderes, acto considerado blasfemo y una traición a Dios. Estas evidencias fueron recopiladas básicamente por los autores en sus interrogatorios como Inquisidores.
III) Describe los procesos legales para los juicios por brujeria, incluye las reglas para tomar testimonios, la admisión de pruebas, metodos de tortura y pautas para la condena.
Lo que el Malleus Maleficarum venía a decir, prácticamente, era que: 1) Si a una mujer la acusan de brujería, es que es bruja.
2) La tortura es un medio infalible para demostrar la validez de la acusación.
3) El acusado no tiene derechos. No tiene oportunidad de enfrentarse a los acusadores. Se presta poca atención a la posibilidad de que las acusaciones puedan hacerse con propósitos impíos: celos, por ejemplo, o venganza, o la avaricia de los Inquisidores que rutinariamente confiscaban las propiedades de los acusados para su propio uso y disfrute. Como manual técnico para torturadores:
- Incluye métodos de castigo diseñados para liberar los demonios del cuerpo de la víctima antes de que el proceso la mate.
- Ideó un refinado sistema de preguntas desconcertantes y dio instrucciones a los futuros inquisidores y jueces sobre cómo deberían insinuarse en la confianza del acusado y prometerle clemencia, para llevarlo más fácilmente a una confesión. En su obra enseñaba la manera de confundir a las víctimas en interrogatorios contradictorios y llevarlas de esta suerte a manifestaciones imprudentes, de las que fácilmente podrían salir nuevas inculpaciones de otras brujas.
El Demonomanie (1580)
Uno de los más famosos discípulos del Malleus Maleficarum fue el jurista y filósofo francés Jean Bodin (1529-96), tal vez el primero en formular una definición «legal» de la bruja —«alguien que, conociendo la ley de Dios, trata de hacer algo mediante un pacto con el diablo»— y hombre monstruosamente eficiente en la persecución de las sospechosas de hechicería.
En su afán de lograr confesiones, torturaba personalmente a niños e inválidos, y protestó de que se quemase a las brujas por ser esa una muerte demasiado rápida, ya que “apenas duraba media hora”. En algunos casos se utilizaba leña verde para que el tormento durara más tiempo.
En 1580, al final de su vida, Bodin escribió una obra propia, De La Demonomanie des sorciers, todavía más dura y capciosa que el Malleus Maleficarum (Ya la postearé en otro momento) , que fue bien recibida y muy leída.
La caza de brujas en Europa: Con el Malleus Maleficarum en mano, con la garantía del aliento del Papa, empezaron a surgir Inquisidores contra brujas por toda Europa.
Cuando el pueblo y los eruditos se convencieron de que todos los males eran provocados por las brujas al servicio del demonio, ya nadie podía estar a salvo.
Para iniciar el proceso en contra de una mujer acusada de bruja, bastaba el testimonio de un vecino vengativo, de un niño enojado o de un pariente rencoroso.
Cualquiera era sospechoso. De nada servía tener una reputación intachable, porque según los Inquisidores, “las brujas siempre querían que se pensara bien de ellas”.
Después de un rumor, los Inquisidores investigaban y presentaban la acusación de brujería. Si además del rumor había otras señales de culpa, como tener animales domésticos -que presuntamente no eran tales, sino demonios familiares que el diablo le había dado a la bruja para ayudarla en su quehacer malvado-, o si la mujer tenía en el cuerpo un lunar, quiste o cicatriz, había que proceder con energía y condenarla.
Una vez acusada, a la bruja no le quedaban posibilidades de sobrevivir. Los jueces la sometían a tormento e interrogatorios, hasta que “confesaba” todo lo que ellos querían oír: que había hecho pacto con el diablo, que había tenido relaciones sexuales con él, que había provocado tempestades, sequías, enfermedades y muertes.
Rápidamente se convirtió en un provechoso fraude. Todos los costes de la investigación, juicio y ejecución recaían sobre los acusados o sus familias; hasta las dietas de los detectives contratados para espiar a la bruja potencial, el vino para los centinelas, los banquetes para los jueces, los gastos de viaje de un mensajero enviado a buscar a un torturador más experimentado a otra ciudad, y los haces de leña, el alquitrán y la cuerda del verdugo. Además, cada miembro del tribunal tenía una gratificación por bruja quemada. El resto de las propiedades de la bruja condenada, si las había, se dividian entre la Iglesia y el Estado. A medida que se institucionalizaban estos asesinatos y robos masivos y se sancionaban legal y moralmente, iba surgiendo una inmensa burocracia para servirla y la atención se fue ampliando desde las brujas y viejas pobres hasta la clase media y acaudalada de ambos sexos.
Cuantas más confesiones de brujería se conseguían bajo tortura, más difícil era sostener que todo el asunto era pura fantasía. Como a cada "bruja" se la obligaba a implicitar a algunas más, los números crecían exponencialmente. Asi se explica que en Europa se mató a legiones de mujeres en la hoguera o en la horca (en Inglaterra y en las colonias inglesas americanas, se ahorcaba a las brujas en lugar de quemarlas en hoguera como se hacía en el resto de Europa).
En Gran Bretaña se contrató a buscadores de brujas, también llamados "punzadores", que recibían una buena gratificación por cada mujer que entregaban para su ejecución. No tenían ningún aliciente para ser cautos en sus acusaciones. Solían buscar "marcas del diablo" -cicatrices, manchas de nacimiento o nevi- que, al pincharlas con una aguja, no producían dolor ni sangraban. Una simple inclinación de la mano solía producir la impresión de que la aguja penetraba profundamente en la carne de la bruja. Cuando no había marcas visibles, bastaba con las "marcas invisibles". En las galeras, un punzador de mediados del siglo XVII confesó que “había causado la muerte de más de doscientas veinte mujeres en Inglaterra y Escocia por el beneficio de veinte chelines la pieza".
Aquí os dejo este documental, es un aporte que expone perfectamente este post
En los juicios de brujas no se admitían pruebas atenuantes o testigos de la defensa. En todo caso, era casi imposible para las brujas acusadas presentar buenas coartadas; las normas de las pruebas tenían un carácter especial. Por ejemplo, en más de un caso el marido atestiguó que su esposa estaba durmiendo en sus brazos en el preciso instante en que la acusaban de estar retozando con el diablo en un aquelarre de brujas; pero el arzobispo, pacientemente, explicó que un demonio había ocupado el lugar de la esposa. Los maridos no debían pensar que sus poderes de percepción podían exceder los poderes de engaño de Satanás. Las mujeres jóvenes y bellas eran enviadas forzosamente a la hoguera.
Los elementos eróticos y misóginos eran fuertes como puede esperarse de una sociedad reprimida sexualmente, dominada por varones, con inquisidores procedentes de la clase de los curas, nominalmente célibes.
- Aproximadamente el 85% de los acusados de la brujería fueron mujeres,
- La actividad sexual ocupaba un lugar privilegiado en los delitos que se les imputaban. En los juicios se prestaba atención minuciosa a la calidad y cantidad de los orgasmos en las supuestas copulaciones de las acusadas con demonios o el diablo y a la naturaleza del "miembro" del diablo (frío, según todos los informes). Según los inquisidores, el método del diablo para reclutar adeptos era la seducción, y las orgías y los aquelarres periódicos eran la recompensa para sus fieles servidores. Los jueces sentían una curiosidad insaciable por los detalles de esas relaciones sexuales, y su diligencia en forzar los interrogatorios se veía recompensada con todo tipo de sucias fantasías, lo que demuestra que el celo puesto en perseguir a las brujas tenia motivos bastante carnales.
- Las mujeres que fueron acusadas de practicar la brujería eran por lo general jóvenes y muy atractivas, todo lo contrario de la imagen estereotipada de una bruja.
- Las "marcas del diablo" se encontraban "generalmente en los pechos o partes íntimas", según el libro de 1700 de Ludovico Sinistrani. Como resultado, los inquisidores, exclusivamente varones, afeitaban el vello púbico de las acusadas y les inspeccionaban cuidadosamente los genitales. En la inmolación de la joven Juana de Arco a los veinte años, tras habérsele incendiado el vestido, el verdugo de Ruán apagó las llamas para que los espectadores pudieran ver "todos los secretos que puede o debe haber en una mujer".
Os añado esta noticia aparecida el 26/09/2011.
Desentierran restos de 800 años de una "bruja" en Italia
Un grupo de arqueólogos descubrió en Piombino cerca de Lucca, en la céntrica región italiana de Toscana, el esqueleto de una supuesta bruja de 800 años que había sido enterrado con siete clavos en su mandíbula.
Los restos de la mujer se encontraban sin sudario, ni urna. Más clavos se hallaron a su alrededor, muy probablemente porque fueron incrustados en su ropa.
Los investigadores señalan que la presencia de los remaches tendría que ver con la creencia de que impedirían que la mujer pudiera resucitar...
Bueno, por el momento creo que ya teneis bastante tostón. Para quien le interese, os dejo este Link al "Malleus Malleficarum" para que le hechéis una ojeada.