PRUEBA Nº 14 CONTRA LA MENTIRA DE QUE EL VALENCIANO PROVIENE DEL CATALÁN . LA MENTIRA DE LA CORONA “CATALANO-ARAGONESA"
¿Cuántas veces hemos oído decir que los valencianos hablamos catalán porque en 1238, cuando Jaime I conquistó el Reino moro de Valencia nos trajo el catalán a través de sus huestes catalanas que colonizaron nuestro territorio?
LA MENTIRA DE LA “CORONA CATALANO-ARAGONESA”.
¿Qué os parecería si en el futuro la historia escribiera que en la España que vivimos, en la actual de los siglos XX-XXI, existía la ”corona catalano-hispana”? Nadie dudaría en calificar como una auténtica aberración jurídica, histórica y política. Bueno, pues si a los habitantes de los condados la antigua Marca Hispánica (hoy Cataluña) que pertenecían a la corona francesa desde la conquista de Carlomagno a los moros en el 801 hasta 1258 en que su sucesor San Luix IX, rey de Francia, los permutara con el Rey de Aragón, de Valencia y Mallorca, Jaime I, les hubieran dicho que estos condados franceses iban a ser, llamarse y formar en el futuro la “Cornona catalano-aragonesa”, simplemente se hubieran muerto de risa.
Si pudiéramos tener una imagen fotográfica, real y retrospectiva de lo que el nacionalismo catalán viene a denominar “corona catalano-aragonesa” la sensación de vergüenza ajena nos invadiría por doquier. Al menos a los que tenernos un sentido riguroso y no moldeable de la historia. Para resumir: Cataluña hasta 1521, y la “corona catalano-aragonesa”, siempre, han sido y son un puro invento, un enjuague más de la alquimia catalanista que busca entrelineas, huecos y silencios de la historia, la forma de introducir conceptos, acepciones y voces irreales con las que construir el castillo de sus ilusiones y ambiciones soberanistas.
Cataluña no existió como entidad unificada hasta 1521 cuando Carlos I nombró Virrey de Cataluña al Arzobispo de Tarragona, Don Pedro Folch de Cardona. Durante los siglos XII, XIII, y XIV en la actual Cataluña solo existía la Marca Hispánica que eran unos marquesados aragoneses y condados feudatarios de los Reyes francos hasta el Tratado de Corbeil en 1258 cuando pasan a feudatarios del rey de Aragón Jaime I. Hasta 1521 la actual Cataluña no existe documentada como estructura política o administrativa.
En el año 777 el Califa de Zaragoza, Solimán el Arabí, que se ve amenazado por el Emir Abderramán I que pretende apoderarse de Zaragoza, solicita el apoyo del Rey Franco, Carlomagno, a cambio de firmar un pacto de “marcar” los territorios Carolingios y los del Imperio de Al-Andalus de Hispania. Con este pacto, Carlomagno ensancha sus dominios en Hispania (por ello la “Marca Hispánica”), en este lado de la cordillera Pirenaica, y a demás crear una serie de fortalezas militares con el fin de frenar el avance Musulman.
Aprovechando Carlomagno el pacto con el Califa Solimán el Arabí, conquista a los musulmanes las plazas de Gerona, Barcelona, Urgell, Besalú, Conflent, los Valles y así hasta nueve condados. Estos condados formaron la conocida como “Marca Hispánica” franco-carolingia y fue gobernada por Carlomagno y sus descendiente en la corona francesa desde el año 801 hasta que el rey de Francia, Luis IX, firmara el Tratado de Corbeil con el Rey de Aragón, Jaime I, en el año 1258, momento en que estos condados franceses (hoy Cataluña) que formaban la Marca Hispánica pasan a ser feudatarios del Rey de Aragón.
En la nueva Marca Hispánica carolingia, generalmente la población conquistada aceptó a los nuevos dominadores con escasa resistencia y en algunos casos mejorando su situación en comparación con la que tenían bajo el mandato de los gobernantes hispano-visigodos y la de los musulmanes. Sus habitantes aceptaron sin reparo las nuevas leyes Carolingias al igual que los matrimonios de los nativos de la Marca Hispanica con los francos. Esto marcaria una fuerte influencia Carolingia por la dependencia cultural y religiosa de los centros ubicados en tierras francesas.
Según el Historiador R. D`Abadal describe que los hispano-francos (los catalanes, en al actualidad) de la Marca Hispanica, respetando el Tratado firmado por Carlomagno y el Califa Solimán el Arabí en el año 777, “disfrutaron de un claro sentimiento de hermandad entre árabes y francos”.
El profesor F. Codera documenta que los árabes de Al-Andalus denominaban hasta “Ifrang” (Francia) ubicada en la zona del noreste de la península Ibérica es decir la Marca Hispánica (hoy Cataluña), y que los musulmanes respetando el tratado con Carlomagno no traspasaron las tierras del Montsec.
Los profesores R. D’Abadal y F. Codera afirman que tras esta combinación étnica creada en los Condados de la Marca Hispánica del 801, surgiría una combinación de cultura hispano-francesa y desarrollarían un mosaico de dialectos del Provenzal. El latín vulgarizado con alguna aportación árabe, mallorquina y valenciana, iba a recibir una aportación del provenzal que sería determinante en la configuración final de la lengua lemosina que se consolidaría como catalana con la “Renaixença” del siglo XIX, 4 siglos después del siglo de Oro de la Lengua Valenciana (siglo XV).
La inexistencia política de Cataluña durante la conquista de Valencia en 1238, ya que eran territorios de la corona Francesa de escasa relevancia poblacional, sin instituciones ni estructura política ni idiomática hace del todo punto imposible que tuviera papel alguno en la construcción del nuevo Reino cristiano de Valencia.
Es precisamente con nuestro conquistador, Jaime I, en 1258, veinte años después de la conquista de Valencia cuando Aragón incorpora a su reino los condados hispano-franceses que hoy conocemos como Cataluña con la firma del referido Tratado de Corbeil con el Rey San Luis IX de Francia. No existe documento alguno de los años 1200, 1210, 1235, 1258, 1300 etc, que aparezca documentada Cataluña como tal, ni como reino, nación o estado. En el propio tratado de Corbeil los condados catalanes franceses se describen individualmente cada uno de ellos sin que exista agrupación o estructura superior que pueda fundamentar otra realidad política.
El Tratado de Corbeil (1258), escrito en latín y comienza con las palabras: “Es universalmente conocido que existen desavenencias entre el señor rey de Francia y el señor de Aragón, de las Mallorcas y de Valencia, Conde de Barcelona y Urgel, señor de Montpellier; por lo que el señor rey de Francia dice que los condados de Barcelona, Besalú, Urgel, etc... son feudos suyos; y el señor rey de Aragón dice que tiene derechos en Carcasona, Tolosa, Narbona, etc....”.
La “corona” o “Confederación catalano-aragonesa” son, pues, una mentira más del nacionalismo romántico y fantástico del siglo XIX que intenta sustentar sus sueños neocoloniales en figuras jurídicas y políticas que nunca existieron.
Por ello la historia nos da documentos incontestables, todos, en los que cuando hace referencia a los reyes hispanos, habla de “Rey de Aragón, Rey de Valencia, Rey de Mallorca y Conde de Barcelona…”. Lo demás, como digo, ciencia-ficción o sea, mentira.
¿Cuántas veces hemos oído decir que los valencianos hablamos catalán porque en 1238, cuando Jaime I conquistó el Reino moro de Valencia nos trajo el catalán a través de sus huestes catalanas que colonizaron nuestro territorio?
LA MENTIRA DE LA “CORONA CATALANO-ARAGONESA”.
¿Qué os parecería si en el futuro la historia escribiera que en la España que vivimos, en la actual de los siglos XX-XXI, existía la ”corona catalano-hispana”? Nadie dudaría en calificar como una auténtica aberración jurídica, histórica y política. Bueno, pues si a los habitantes de los condados la antigua Marca Hispánica (hoy Cataluña) que pertenecían a la corona francesa desde la conquista de Carlomagno a los moros en el 801 hasta 1258 en que su sucesor San Luix IX, rey de Francia, los permutara con el Rey de Aragón, de Valencia y Mallorca, Jaime I, les hubieran dicho que estos condados franceses iban a ser, llamarse y formar en el futuro la “Cornona catalano-aragonesa”, simplemente se hubieran muerto de risa.
Si pudiéramos tener una imagen fotográfica, real y retrospectiva de lo que el nacionalismo catalán viene a denominar “corona catalano-aragonesa” la sensación de vergüenza ajena nos invadiría por doquier. Al menos a los que tenernos un sentido riguroso y no moldeable de la historia. Para resumir: Cataluña hasta 1521, y la “corona catalano-aragonesa”, siempre, han sido y son un puro invento, un enjuague más de la alquimia catalanista que busca entrelineas, huecos y silencios de la historia, la forma de introducir conceptos, acepciones y voces irreales con las que construir el castillo de sus ilusiones y ambiciones soberanistas.
Cataluña no existió como entidad unificada hasta 1521 cuando Carlos I nombró Virrey de Cataluña al Arzobispo de Tarragona, Don Pedro Folch de Cardona. Durante los siglos XII, XIII, y XIV en la actual Cataluña solo existía la Marca Hispánica que eran unos marquesados aragoneses y condados feudatarios de los Reyes francos hasta el Tratado de Corbeil en 1258 cuando pasan a feudatarios del rey de Aragón Jaime I. Hasta 1521 la actual Cataluña no existe documentada como estructura política o administrativa.
En el año 777 el Califa de Zaragoza, Solimán el Arabí, que se ve amenazado por el Emir Abderramán I que pretende apoderarse de Zaragoza, solicita el apoyo del Rey Franco, Carlomagno, a cambio de firmar un pacto de “marcar” los territorios Carolingios y los del Imperio de Al-Andalus de Hispania. Con este pacto, Carlomagno ensancha sus dominios en Hispania (por ello la “Marca Hispánica”), en este lado de la cordillera Pirenaica, y a demás crear una serie de fortalezas militares con el fin de frenar el avance Musulman.
Aprovechando Carlomagno el pacto con el Califa Solimán el Arabí, conquista a los musulmanes las plazas de Gerona, Barcelona, Urgell, Besalú, Conflent, los Valles y así hasta nueve condados. Estos condados formaron la conocida como “Marca Hispánica” franco-carolingia y fue gobernada por Carlomagno y sus descendiente en la corona francesa desde el año 801 hasta que el rey de Francia, Luis IX, firmara el Tratado de Corbeil con el Rey de Aragón, Jaime I, en el año 1258, momento en que estos condados franceses (hoy Cataluña) que formaban la Marca Hispánica pasan a ser feudatarios del Rey de Aragón.
En la nueva Marca Hispánica carolingia, generalmente la población conquistada aceptó a los nuevos dominadores con escasa resistencia y en algunos casos mejorando su situación en comparación con la que tenían bajo el mandato de los gobernantes hispano-visigodos y la de los musulmanes. Sus habitantes aceptaron sin reparo las nuevas leyes Carolingias al igual que los matrimonios de los nativos de la Marca Hispanica con los francos. Esto marcaria una fuerte influencia Carolingia por la dependencia cultural y religiosa de los centros ubicados en tierras francesas.
Según el Historiador R. D`Abadal describe que los hispano-francos (los catalanes, en al actualidad) de la Marca Hispanica, respetando el Tratado firmado por Carlomagno y el Califa Solimán el Arabí en el año 777, “disfrutaron de un claro sentimiento de hermandad entre árabes y francos”.
El profesor F. Codera documenta que los árabes de Al-Andalus denominaban hasta “Ifrang” (Francia) ubicada en la zona del noreste de la península Ibérica es decir la Marca Hispánica (hoy Cataluña), y que los musulmanes respetando el tratado con Carlomagno no traspasaron las tierras del Montsec.
Los profesores R. D’Abadal y F. Codera afirman que tras esta combinación étnica creada en los Condados de la Marca Hispánica del 801, surgiría una combinación de cultura hispano-francesa y desarrollarían un mosaico de dialectos del Provenzal. El latín vulgarizado con alguna aportación árabe, mallorquina y valenciana, iba a recibir una aportación del provenzal que sería determinante en la configuración final de la lengua lemosina que se consolidaría como catalana con la “Renaixença” del siglo XIX, 4 siglos después del siglo de Oro de la Lengua Valenciana (siglo XV).
La inexistencia política de Cataluña durante la conquista de Valencia en 1238, ya que eran territorios de la corona Francesa de escasa relevancia poblacional, sin instituciones ni estructura política ni idiomática hace del todo punto imposible que tuviera papel alguno en la construcción del nuevo Reino cristiano de Valencia.
Es precisamente con nuestro conquistador, Jaime I, en 1258, veinte años después de la conquista de Valencia cuando Aragón incorpora a su reino los condados hispano-franceses que hoy conocemos como Cataluña con la firma del referido Tratado de Corbeil con el Rey San Luis IX de Francia. No existe documento alguno de los años 1200, 1210, 1235, 1258, 1300 etc, que aparezca documentada Cataluña como tal, ni como reino, nación o estado. En el propio tratado de Corbeil los condados catalanes franceses se describen individualmente cada uno de ellos sin que exista agrupación o estructura superior que pueda fundamentar otra realidad política.
El Tratado de Corbeil (1258), escrito en latín y comienza con las palabras: “Es universalmente conocido que existen desavenencias entre el señor rey de Francia y el señor de Aragón, de las Mallorcas y de Valencia, Conde de Barcelona y Urgel, señor de Montpellier; por lo que el señor rey de Francia dice que los condados de Barcelona, Besalú, Urgel, etc... son feudos suyos; y el señor rey de Aragón dice que tiene derechos en Carcasona, Tolosa, Narbona, etc....”.
La “corona” o “Confederación catalano-aragonesa” son, pues, una mentira más del nacionalismo romántico y fantástico del siglo XIX que intenta sustentar sus sueños neocoloniales en figuras jurídicas y políticas que nunca existieron.
Por ello la historia nos da documentos incontestables, todos, en los que cuando hace referencia a los reyes hispanos, habla de “Rey de Aragón, Rey de Valencia, Rey de Mallorca y Conde de Barcelona…”. Lo demás, como digo, ciencia-ficción o sea, mentira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario