Para ti Rom

Your dying Heart by Adrian von Ziegler on Grooveshark

martes, 31 de enero de 2012

La cruzada de los niños


De las varias cruzadas que se realizaron, hay una que siempre me ha atraído por su halo de leyenda y la duda histórica de si realmente sucedió: La "cruzada de los niños". Ha servido de base para el argumento de numerosas novelas. Como el cuento del flautista de Hamelín, inspirado en estos hechos.

La existencia real de esta cruzada ha sido y es objeto de polémica entre los historiadores, llegando algunos de ellos incluso a cuestionar que llegase a existir. La versión más ampliamente aceptada sostiene que hay un cierto trasfondo histórico pero fueron los cronistas posteriores los que magnificaron los acontecimientos reales sucedidos.

En resumidas cuentas muchos historiadores creen que la historia que os voy a narrar, jamás existió.
Corría el año 1212. Jerusalén seguía en manos musulmanas y acababa de "fracasar" la Cuarta Cruzada. (Lo pongo entre comillas porque ésta sería otra larga historia, pero para resumir lo que sucedió diré que los cruzados cambiaron los planes sobre la marcha y decidieron tomar Constantinopla en lugar de Tierra Santa). 

El espíritu de las cruzadas decaía por toda Europa, y es en este momento cuando surge la figura de los niños enviados de Dios. Hay dos leyendas paralelas, una que se sitúa en Francia y otra en Alemania. La historia es similar, el destino final el mismo, y sólo cambia el nombre de sus personajes, Estebán el francés y Nicolás el alemán. Ambos son pastores, analfabetos, que de forma repentina sienten la llamada divina que les lleva a peregrinar de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo para crear un gran ejército infantil. El razonamiento es que, cuando un ejército de miles de niños llegue a las puertas de Jerusalén, los sarracenos huirán despavoridos ante la pureza de su corazón infantil. Ambos pastores predican que, con la ayuda de Dios, sobrellevarán las tribulaciones del camino. Ambos pastores creen que, como ante Moisés, las aguas del mar se separarán para dejar pasar al ejército inocente. Una vez en Jerusalén, serían felices para siempre.

No resulta difícil de creer que miles de niños se unieran a semejante locura, huyendo de la miseria, de las calles atestadas de mendigos y rufianes, del maltrato y el trabajo. Pero lo que resulta más increible es que no eran solamente niños pobres y humildes los que componían el cada vez más nutrido ejército, sino que niños de clases más acomodadas se escapaban de sus hogares para unirse a la "aventura", y que incluso algunos nobles enviaron voluntariamente a sus hijos para que una vez en Jerusalén pudieran optar a altos cargos de gobierno.


Pronto, la gran marea de niños se puso en marcha hacia Tierra Santa, y pronto fue evidente la terrible realidad. Se dice que hasta 13000 niños se unieron en Francia y 20000 en Alemania. Muchas bocas que alimentar en dos "ejércitos" sin organización de ningún tipo, así que los niños no dudaban en robar para alimentarse. Las ciudades por las que pasaban les cerraban las puertas como si fueran apestados y los campesinos enfurecidos les hacían frente para proteger sus cosechas. La cruzada alemana atravesó los Alpes para llegar al mar. Miles de niños murieron de hambre, frío y agotamiento.
Exhaustos, los niños llegaron al puerto soñado, a Marsella los franceses y a Brindisi los alemanes. Como es de esperar, las aguas del mar no se separaron ante el "poder" de los pastores. En el caso de los niños alemanes, el obispo de Brindisi les ordenó volver a sus casas, aunque no les proporcionó ningún tipo de ayuda para hacerlo, los niños se dispersaron y su historia quedó en el olvido. Los niños franceses corrieron peor suerte: mercaderes sin escrúpulos les ofrecieron sus barcos, cinco, para "llevarles a tierra santa": dos de los barcos naufragaron, y los niños de las tres restantes alcanzaron las costas de Alejandría, donde fueron vendidos en el mercado de esclavos.

En 1230 un sacerdote llegó a Francia desde Oriente con una curiosa historia que contar: afirmaba que él era uno de los sacerdotes jóvenes que se habían embarcado con Esteban. Según este sacerdote dos de los siete barcos se hundieron cerca de la isla de San Pietro, al sudoeste de Cerdeña, los otros cinco serían capturado por piratas sarracenos y llevados a Argelia. De los capturados un grupo fue vendido como esclavos en Argel y pasaron el resto de sus días en cautividad, otro segundo grupo fue vendido en Egipto y Bagdad. Parece ser que los más afortunados fueron los que sabían leer y escribir, entre ellos este sacerdote puesto que el gobernador de Egipto que estaba interesado en los idiomas occidentales los utilizó de intérpretes, traductores, profesores y secretarios.

Personalmente yo soy de los que piensa de que si que existió. También estoy con los que piensan que tal denominación es engañosa. En primer lugar porque no eran niños, ya que en esa época, como herencia del Derecho Romano, la mayoría de edad civil y penal se producía a los catorce años. Y en segundo lugar porque no fue una Cruzada, sino una corriente migratoria propiciada por el poder real.

Cuando el Papa Inocencio III tuvo conocimiento de los preparativos de la expedición se opuso radicalmente a ella y amenazó con la excomunión a los monjes, aparentemente visionarios, que la animaban. Pero los ejércitos de Federico II de Alemania y de Felipe II de Francia le hicieron entrar en razón y concedió una bula por la que se autorizaba la nueva Cruzada. Y esa bula existe, por lo que es una prueba de que la cruzada en si existió.

Ahora bien, ¿que fue lo que motivó la bula papal? ¿Qué razones les incitaban a emprender, incluso en contra del parecer papal, la epopeya? Tras la guerra y la peste, multitudes de huérfanos vagaban por los campos galos y germanos, en estado de hambruna y pobreza extremas. Su lógica rebeldía comenzaba a crear problemas de orden y de propiedad. Así que decidieron quitárselos de encima.
Tan simple y llano como eso, estorbaban.



En 2002, el alemán Peter Berling, publicó “La Cruzada de los Niños”, en clave de crónica histórica muy documentada, tal vez la más accesible para cualquier lector por su fácil y entretenida lectura. Ha sido publicada en España por editorial Grijalbo, en 2004.



Amiano Marcelino, historiador romano.

Amiamo Marcelino

Son seres, imberbes, musculosos, salvajes, extraordinariamente resistentes al frío, al hambre y a la sed, desfigurados por los ritos de deformación craneana y de circuncisión que practicaban, e ignorantes del fuego, de la cocina y de la vivienda.

(Amiano Marcelino, historiador romano)

Imaginad que estáis viviendo a comienzos del siglo V d.C. Cerrad un momento los ojos e intentad que vuestra mente os deposite a las afueras de la capital del imperio más grande de la antigüedad. Con los ojos del corazón mirad a vuestro alrededor, Roma ya no es la que era, no es el sueño de gloria que conquistaba el mundo al paso de las sandalias de sus aguerridos legionarios. Su nombre ya no es el terror de las demás poblaciones del orbe, sino solamente el susurro de una edad de oro ya perdida. Ya todo es decadencia, y el romano solo espera el toque de gracia que le haga caer en el olvido. Pero… seguid indagando en vuestra imaginación y situaros frente a una hoguera fuera de las murallas de la ciudad, murallas ya no tan fuertes sino carcomidas por la hiedra y el desenfreno de una pesadilla. Allí junto al fuego se arremolinan los ciudadanos que huyen de la capital, y amedrentados se reúnen unos junto a otros buscando compañía y seguridad. No quieren volver la vista atrás pues saben que un eco de terror está a punto de llegar del Este.

Inicio del ensayo Atila y los Hunos, de Ana Martos, editado por Nowtilus

Que mejor descripción que la de Ana en este inicio de su libro para expresar el sentir de una época que gracias a este gran historiador nos ha llegado hasta nuestros dias, para asi poder comprender la decadencia de uno de los imperios más grandes que existieron en nuestro mundo.


 
El historiador Arniano Marcelino ocupa con su figura la se-gunda mitad del siglo IV d. J. C., ya que vivió aproximadamente entre los años 332 y 398, época en que se manifiesta de una manera clara la progresiva decadencia del Imperio, sobre todo a causa de un continuo y agigantado derrumbamiento de las instituciones internas romanas.
 
Arniano Marcelino, natural de Antioquía en Siria, de cultura griega por tanto, historiador de un emperador principalmente, Julíano, griego en sus gustos y deseos, escogió como medio de expresión el latín.
Calificándose a sí mismo de "Miles Quondam et Graecus" acotando el modelo de su visión histórica.

Amiano Marcelino basa su descripción histórica en dos elementos fundamentales: 
por una parte, la corroboración de los hechos con su presencia en los mismos, es decir, su propio conocimiento de los hechos adquirido in situ.
Y por otra, las opiniones de las personas implicadas en los acontecimientos, madurado todo ello con un profundo examen
 
Alaba además la concisión que prescinde de lo superfluo, aunque sin perder nada de lo sustancial en el conocimiento delos hechos es decir, poco importa que la narración se halle desprovista de todo adorno ficticio con tal de que encuentre un sólido apoyo en testimonios auténticos y en pruebas irrefutables.

En la narración histórica de Amiano se advierten estas 1íneas principales:
 
a) Universalidad del proceso histórico que, afirmada ya por Polibio, tiende a expresarse por la identificación del acontecer histórico con el desarrollo del Estado universal romano.

b) Acción de causas trascendentales y, por tanto, superiores a la razón y voluntad humanas, como son el fatum y la Fortuna.
 
c) Tendencia a concebir la historia de una manera organizada, como un todo.

Antioquia Siria

El significado de la obra del historiador Amiano Marcelino estriba primordialmente en que sabe reflejar,de una manera casi perfecta, la crisis y decadencia acelerada del Imperio romano. Aunque sus alusiones a la situación económica en esta época no son muy abundantes ni explícitas, el aspecto social de la crisis aparece, sin embargo, claramente descrito.

Amiano Marcelino,  escribió la última de las grandes "historias del imperio romano": las "Res Gestae", En ella analiza la historia de Roma entre los años 96 y 378 D.C, pero los trece primeros libros se han perdido, de modo que sólo tenemos el relato de los años 353-378. Amiano Marcelino es un autor bastante preocupado con los problemas que el imperio experimenta en su época, y entre ellos el de la amenaza bárbara, no sólo por el peligro que suponían los feroces pueblos que vivían allende las fronteras del estado romano, sino también por la progresiva barbarización de la vida romana, sobre todo en lo que al ejército se refiere. En ese sentido, Amino es un literato tremedamente hostil al bárbaro, al cual tipifica como el enemigo por antonomasia de la civilización grecolatina, ser aberrante y destructor, polo opuesto de las virtudes del hombre mediterráneo, en la más pura línea de la etnografía clásica. 
 
 
Así, no son pocos los consejos que el escritor Sirio ofrece para que se rechace a las "Externae Gentes", proponiendo métodos que van desde la marginación hasta el exterminio. Sin embargo, una atenta lectura de la obra de Amiano descubre importantes contradicciones en su descripción de los bárbaros, sobre todo si se compara con otras fuentes literarias, ya de la época, y anteriores al antioqueño, y sobre todo si se contrasta con el registro arqueológico, entronces obtenemos una visión del bárbaro totalmente distitna a la que percibimos en las Res Geste: los pueblos extraliminares no carecían de cierto grado de desarrollo y cierta complejidad política, no resultaban tan extraños al imperio romano, puesto que llevaban siglos conviviendo con él como vecinos y, sobre todo, no manifiestan una voluntad de acabar con Roma, sino mas bien lo contrario, es decir, adoptar los usos y costumbres Romanos para integrarse dentro del poderoso estado mediteráneo.

Amiano asistió a sucesos cruciales de los que no podía intuir las consecuencias. Su vida transcurrió en el frente, con las legiones alpinas, en la Galia, en la Germania, en Mesopotamia. Vio cómo los godos cruzaban el Danubio en el año 376, aunque no podía sospechar que ese sería nuestro icono del hundimiento, caballos con el belfo espumeante, montados por jinetes de aspecto bestial, a cuyo paso se desmayan las doncellas romanas apenas vestidas con túnicas transparentes. 
 
Amiano vio sucederse los penúltimos emperadores, Constancio II, Juliano, Joviano, Valentiniano, Valente, el usurpador Procopio. Un declive acelerado del poder en manos de sujetos cada vez más estúpidos y sanguinarios asesorados por orates, usureros y sayones, que aún duraría medio siglo. La población era codiciosa, ignorante, haragana. Fueron barridos. 
 
A titulo personal pienso que habría que leer a Amiano en los colegios.
 
Como apoyo a la docencia, aquí os pongo este enlace a la Res Gestae en Latín.


“Y es que sabían (refiriéndose a los barbaros) que uno de sus soldados a caballo, por hábil que fuera, cuando se enfrentara a uno de nuestros clibanarios, como tenía que sujetar las riendas y el escudo y, además, manejar la lanza con una sola mano, no podía herir a un soldado cubierto con armadura de hierro. Y, en cambio, un soldado a pie, en el fragor del combate, como tendemos a preocuparnos tan solo de aquello que está ocurriendo, deslizándose por el suelo a escondidas, puede atravesar el vientre del caballo y hacer caer al jinete sin que éste pueda evitarlo, matándole así sin mayores problemas”

Amiano Marcelino, libro XVI

Estas líneas sacadas de Amiano Marcelino, libro XVI, nos ilustra un método usado por los soldados romano en el campo de batalla y, que muy posiblemente este grabado en las imágenes de esta moneda


Ceca de Constantinopla. Fuente:


 A la manera bárbara, clavan una espada en el suelo y la veneran como a su dios guerrero.

Así describe el autor latino la tradición de alanos y godos, quienes veían o encontraban su espiritualidad guerrera por medio de la iconografía de una espada clavada en el suelo.

 
Esto que os pongo a continuación es un regalito para los amigos de "Ocaso de Occidente" extraido de los mitos y leyendas de la vieja Hispania. Es un ritual visigodo, en el cual se hacia un juramento hacia la espada.

(..) Sacaron las espadas, que ellos veneran como divinas y juraron que iban a ser leales a la palabra (..). Juramento de Vitrodoro
 
JURAMENTO DE LA ESPADA

Con trabajo me sacaron desta tierra
Que tu pisas muchas veces, sin pensar
Siendo solo vil metal de puro hierro
Por el fuego me vinieron a crear

Fuertes manos con destreza me forjaron
Un martillo mis entrañas golpeó
Diez mil golpes en mi alma cincelaron
La dureza de mi hoja con teson

Ya se que un noble ideal llena tu pecho
Pues contra el mal me has traido a la guerra
De enemigos tienes poblada tu tierra
Defenderte con nobleza es tu derecho

Mas ahora que me empuñas con tu diestra
¡Marte , Ares y Neton! Son mis testigos
De que no permitiré deshonra alguna
Si tu estas presto por batir al enemigo

Pero antes de la lucha, aquí recuerda
Que no fui para cobardes forjada
Sangre te he de dar de tu enemigo
Ni un paso atrás daré desenvainada

¡Cógeme con fuerza y alza mi acero en el alto cielo!
¡Enerva tu gesto y presta oídos al juramento!

¡Yo humilde espada de guerra
Dioses del cielo os invoco!

¡Latid con fuerza en el pecho
Deste valiente esforzado!
¡Venid para ser su escudo
Y llenar de valor su brazo!
¡Pues jura por el mi acero
Servir como buen soldado!

Jura cuidar de su estirpe
Jura proteger su patria
Jura defender su tierra
Jura morir si es preciso
Por salvar esto que ama

¡Hijo de Iberia te llamo…!
¡Guerrero hispano , te reto…!
Empuña mi acero gastado
En mil batallas curtido
Y grita conmigo , sin miedo
SI JURO , SI JURO , SI JURO ,SI JURO

Extraido del saber popular de los Castros Leoneses.

Castro de Arrebalde en Zamora lugar telúrico y mágico.

Quelque povre homme... / Un pobre diablo...

1864-1868. Óleo. Russell-Cotes Art Gallery and Museum at Bournemouth.
Dante Gabriel Rossetti


QUELQUE POVRE HOMME…

Quelque povre homme que je soye

Se ma dame tenir povoye

Entre mes bras, dedens ung lit,

J’abandonne qu’on me pendist

Si bien tost sa grace n’avoye.

Mes cinq sens je travailleroye

Par tel estat que je feroye

La plus part de son appétit,

Quelque povre homme que je soye.

S’elle a chaleur, je l’estaindroye;

S’elle a froit, je l’eschaufferoye

Par ung tres gracieux delict.

Je sçay où le mal d’amours gist

Aussi bien que nul que je voye,

Quelque povre homme que je soye.


 
La vanidad con  todos detras de ella

UN POBRE DIABLO

Aunque yo sea un pobre diablo

Si a mi amada entre mis brazos

Tener pudiera, y en la cama.

Que me ahorquen si de mi dama

La gracia no obtengo en el acto.

Mis sentidos trabajarían

De modo tal que colmarían

Su apetito en alto grado

Aunque yo sea un pobre diablo.

Si hubiera calor, la enfriaría,

Si frío, la calentaría

Con delito de noble clase.

El mal de amor sé bien donde yace

Igual que cualquier otro humano.

Aunque yo sea un pobre diablo.

lunes, 30 de enero de 2012

La caida de Constantinopla en la leyenda.

Asedio de Constantinopla



La caída de Constantinopla supuso un trauma para la cristiandad. El impacto psicológico de aquella derrota cristalizó en una serie de leyendas que todavía circulan hoy por el Mediterráneo Oriental. Las huellas de la caída de Constantinopla, lejos de haberse disipado, todavía están hoy mas vivas que hace quinientos cincuenta años. Os hemos realizado una selección de estas leyendas, suficientemente ilustrativas para describir la mentalidad de aquellos tiempos.

Mahomet II

Las leyendas dicen mucho más que el frío relato de los hechos históricos. El universo legendario nos dice mucho sobre lo que supuso para Occidente y, muy especialmente para Grecia, la caída de Constantinopla. Los griegos y muchos europeos, se negaron a creer que Constantinopla hubiera caído en poder de los turcos el 29 de mayo de 1453. Las leyendas y poemas que circularon en los años siguientes en Grecia denotaban esta incredulidad y aspiraban a una inmediata reconquista.

En una de estas leyendas, un sacerdote estaba friendo unos peces cuando le comunicaron que había caído la capital de Bizancio. El sacerdote explicó que eso era tan improbable como que los peces que estaba cocinando saltaran del aceite hirviendo y volvieran al agua. Pero el milagro se produjo y esos peces, a medio freir, esperan, en una fuente de Constantinopla, que otro sacerdote termine de cocinarlos el día en que los griegos recuperen la ciudad.

Otra tradición habla de que, cuando los turcos irrumpieron en el recinto de Santa Sofía, el sacerdote que oficiaba la misa logró huir con los objetos sagrados. Los turcos registraron toda la catedral sin lograr hallarlo. Y, dice la tradición, que cuando los griegos –cuando Europa- recupere Constantinopla, el sacerdote saldrá de su escondite y terminará la liturgia sagrada.
 Estas dos leyendas, urdidas a finales del siglo XV, demuestran las esperanzas que se forjaba Europa de recuperar, en breve, los territorios ocupados por los turcos.

Otra vieja tradición cuenta que al caer Santa Sofía, los griegos desmantelaron el altar mayor de la catedral y lo embarcaron rumbo a Occidente. Pero al adentrarse en el mar, el casco del navío se abrió y el altar se perdió en el mar. Se dice que en el lugar donde ocurrió el episodio, en el mar de Mármara, las aguas siempre están tranquilas. El altar espera para reaparecer, el día en que se libere a la ciudad del poder turco y pueda volver a cantarse misa en Santa Sofía.

Otra vieja leyenda bizantina es similar a las que circularon en todo Occidente sobre el “rey perdido”, no muerto, pero sí desaparecido que espera la hora del combate final contra las fuerzas del mal para retornar de su exilio. Se decía, por ejemplo, que Constantino XI Paleólogo no murió en la defensa de Constantinopla sino que, cuando estaban a punto de derrumbarse las defensas, un ángel salvó el emperador y lo deposito en una cueva, desde donde espera el momento para liberar por la fuerza de sus armas, la ciudad sagrada.

Constantinopoli
(Colección (www.Babaros.biz) Turk Denizcilik Tarihi Sitesi -23
Cortesía del Muhteşem Denizcilik Tarihimiz
Besitkas, Istambul-Türkiye)

Lo realmente sorprendente es que los otomanos del sultán Mejmet II, aspiraban a ser los verdaderos herederos del Imperio Romano, del cual, su continuación en Oriente, era el Imperio Bizantino. Mejmet II aspiraba incluso a conquistar Roma y reunificar el antiguo imperio. La muerte le impidió desarrollar este ambicioso proyecto. Además, creían que bajo la cúpula de Santa Sofía se encontraba la tumba de un sobrino de Mahoma. Una tradición islámica afirmaba que, cada vez que los bizantinos abordaban la construcción de la cúpula de Santa Sofía, ésta se desplomaba. La calidad del mortero utilizado solamente podía mejorarse utilizando la saliva del Profeta. Enviados unos mensajeros del emperador para traer a Constantinopla, la saliva de Mahoma, éste accedió a entregársela, argumentando que algún día aquella iglesia se convertiría en mezquita.

Mahomet II parte de Edirne hacia la conquista de Constantinopla.
Edirne Kustama (1903) Fausto Zonaro
Dolmabahçe Sarayi - Istambul,Türkiye

Durante siglos se había considerado a Constantinopla como dotada de murallas inexpugnables y temibles defensas reforzadas por el famoso “fuego griego”. Se creía que Dios y la Virgen María habían participado en la construcción de estas defensas y que la ciudad estaba protegida por los Cielos. A pesar de que, a mediados del siglo XV, el Imperio Bizantino había perdido todo su esplendor y se encontraba reducido a la mínima expresión, el impacto que causó su caída en Occidente fue tremendo. Aquel episodio histórico marcó el fin del medievo europeo y el inicio de la Edad Moderna (que en España se retrasó hasta la toma de Granada). Se iniciaban dos siglos en los que Europa debería mirar a sus fronteras del Sureste permanentemente amenazadas por las vanguardias otomanas, incluso después de la victoria de Lepanto.

Rumeli Hisari desde el Bósforo

La construcción de Rumeli Hisari se realizó en sólo cuatro meses y se calcula que participaron unos 3.000 hombres. A su término, se estacionó una guarnición de 400 soldados con unas 100 piezas de artillería. Estos cañones, sumados a los de Anadolu Hisari en la orilla asiática, hicieron que los turcos terminasen por controlar el acceso por mar al Cuerno de Oro. Al ser conquistada la ciudad, estas fortalezas comenzaron a perder importancia estratégica y se destinaron a otros usos, en concreto al de cárceles, sobre todo con presos políticos y de guerra.

Anfiteatro Helénico en el interior de Rumeli Hisari

Después de 1833, la fortaleza quedó abandonada, pudriéndose la mayoría de la madera y entrando en una fase de deterioro y ruina, con derrumbe de algunos techos y otras partes del muro. Con motivo del 500 aniversario de la toma de la ciudad, se inició su restauración y hoy es un lugar de visita obligada. En su interior se conserva un anfiteatro helénico donde tienen lugar diversos festivales, así como también el Museo al Aire Libre de Estambul.

 Anadolu Hisari
© Copyright by Resimcity.NET Resim Galerisi

La caída de la ciudad fue particularmente lamentada en el antiguo Reino de Aragón, que había enviado una guarnición aragonesa a Constantinopla, al mando de Peré Juliá, el cual fue ejecutado por los turcos. Otros aragoneses residentes en la ciudad sufrieron el mismo destino, como el cónsul Joan de la Via y su familia. La caída de Bizancio solamente tuvo una consecuencia positiva para Occidente. Muchos intelectuales bizantinos lograron huir de los saqueos y las destrucciones y alcanzar las ciudades italianas desde donde trajeron documentos y conocimientos de la antigua filosofía griega, neoplatónica y alejandrina y ejercieron como profesores de griego, realizando las campañas que estuvieron en su mano para organizar una campaña que liberara a la ciudad. No es por casualidad que el Renacimiento irrumpió en Italia al cabo de unas décadas y que, en particular, floreció el humanismo mágico gracias al redescubrimiento de la antigua filosofía griega.

 El Cuerno de Oro, con Pera a la derecha
(Colección Osmanli Kartpostal -63Cortesía del Muhteşem Denizcilik Tarihimiz
Besitkas, Istambul-Türkiye)

Pero esta fue la única consecuencia positiva. A cinco siglos de la caída de Constantinopla, estas leyendas nos dicen mucho sobre lo que supuso éste acontecimiento histórico. En Grecia estas leyendas todavía circulan y existe la sensación de que Turquía es una nación usurpadora, creada sobre el expolio del Imperio Bizantino. En países como Bulgaria, subsiste el rechazo a todo lo que es turco y en los países eslavos “el turco” sigue siendo hoy el adversario que fue ayer. Parece como si quinientos cincuenta años de historia no hubieran podido cambiar mucho las ideas anidadas en la psicología profunda de las poblaciones. Y es que la brutalidad de la ocupación de Bizancio y la represión que siguió grabaron a fuego en la mentalidad de las poblaciones, el rechazo a todo lo que procede de Turquía.

Fuente: Ernesto Milá.

domingo, 29 de enero de 2012

Romance del conde niño (Anónimo) Tres versiones.


Los primeros romances conservados se remontan al siglo XIV. Sin embargo, el género es tan antiguo como
el mismo castellano, porque es difícil concebir una lengua en la que no existan baladas o canciones narrativas,
ya sean fabulosas o noticieras.
Suelen considerarse «viejos», los romances conocidos por fuentes anteriores a 1550, pero también ocurre
que muestras bastante más antiguas, como las de finales del siglo XV, se han conservado únicamente en la tradición oral.

Hoy os dejo con dos versiones del mismo romance, una la original en castellano, y otra la versión portoriqueña, que para mi gusto es la mejor, y que se le dio el nombre de: Romance del conde Olinos.



Estamos ante un romance narrativo-lírico .Es narrativo porque nos cuenta una triste historia de amor. Pero posee también una enorme carga lírica ya que los sentimientos son aquí importantísimos.

Este bello poema narrativo-lírico es un romance, posiblemente escrito en el siglo XV. Es anónimo y nos ha sido transmitido por tradición oral. Los juglares lo recitaban, el pueblo lo sabía de memoria e iba de boca en boca, dando lugar así a muchas versiones.
Como muchos de los romances está escrito en forma de diálogo entre dos personajes junto a la voz de un narrador. Al contrario que algunos de ellos, tiene un desenlace claro. No nos lo deja a nuestra imaginación. También es de destacar la intervención de lo sobrenatural, lo que da un tono de misterio a muchos romances.

El tema es el amor inmortal, el amor que sobrevive al odio y a la muerte.

Resumen:

El Conde Niño canta mientras da de beber a su caballo, en las orillas del mar. La reina lo oye y anima a su hija a escuchar la canción. La niña revela inocentemente el nombre del cantor, destapando unos amores que no son del gusto de la madre que anuncia.”yo lo mandaré matar”.Se cumplen sus amenazas, mueren los dos enamorados, los entierran y de sus tumbas cercanas nacen un rosal y un espino. Las ramitas de ambos se juntan y que la reina los hace cortar. Pero los amantes se convierten en dos aves que volarán juntas. El amor ha triunfado.

Versión Castellana:

Conde Niño, por amores
es niño y pasó a la mar;
va a dar agua a su caballo
la mañana de San Juan.
Mientras el caballo bebe
él canta dulce cantar;
todas las aves del cielo
se paraban a escuchar;
caminante que camina
olvida su caminar,
navegante que navega
la nave vuelve hacia allá.

La reina estaba labrando,
la hija durmiendo está:
-Levantaos, Albaniña,
de vuestro dulce folgar,
sentiréis cantar hermoso
la sirenita del mar.
-No es la sirenita, madre,
la de tan bello cantar,
si no es el Conde Niño
que por mí quiere finar.
¡Quién le pudiese valer
en su tan triste penar!
-Si por tus amores pena,
¡oh, malhaya su cantar!,
y porque nunca los goce
yo le mandaré matar.
-Si le manda matar, madre
juntos nos han de enterrar.

Él murió a la media noche,
ella a los gallos cantar;
a ella como hija de reyes
la entierran en el altar,
a él como hijo de conde
unos pasos más atrás.
De ella nació un rosal blanco,
de él nació un espino albar;
crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar;
las ramitas que se alcanzan
fuertes abrazos se dan,
y las que no se alcanzaban
no dejan de suspirar.

La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar;
della naciera una garza,
dél un fuerte gavilán
juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan a la par.



Versión Portoriqueña:

 Caminaba el Conde Olinos
la mañana de San Juan,
por dar agua a su caballo
en las orillas del mar.
Mientras su caballo bebe
él se ponía a cantar:
-Bebe, bebe, mi caballo,
Dios te me libre de mal,
Dios te libre en todo tiempo
de las furias de ese mar.
Las aves que iban volando
se paraban a escuchar
porque les gustaba mucho
aquel tan dulce cantar.
La reina que lo escuchaba
a su hija fue a buscar:
-Oye, hija, cómo canta
la sirena de la mar.
-No es la sirenita, madre,
la que dice ese cantar.
Es la voz del Conde Olinos
que por mí penando va.
-Pues si es el Conde Olinos
yo lo mandaré a matar.
¡Vengan pronto, mis soldados,
al Conde Olinos matad!
Él murió a la madrugada,
ella, a los gallos cantar.
A los dos los enterraron
en medio de un platanal.
Dos arbolitos crecieron
en aquel mismo lugar;
ni en la vida, ni en la muerte
los pudieron apartar
.




 Mezcla de las dos versiones:

Madrugaba el Conde Olinos,
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe
canta un hermoso cantar:
las aves que iban volando
se paraban a escuchar;
caminante que camina
detiene su caminar;
navegante que navega
la nave vuelve hacia allá. 

Desde la torre más alta
la reina le oyó cantar:
-Mira, hija, cómo canta
la sirenita del mar.
-No es la sirenita, madre,
que esa no tiene cantar;
es la voz del conde Olinos,
que por mí penando está.
-Si por tus amores pena
yo le mandaré matar,
que para casar contigo
le falta sangre real.  

-¡No le mande matar, madre;
no le mande usted matar,
que si mata la conde Olinos
juntos nos han de enterrar!
-¡Que lo maten a lanzadas
y su cuerpo echen al mar!
Él murió a la media noche;
ella, a los gallos cantar.
A ella, como hija de reyes,
la entierran en el altar,
y a él, como hijo de condes,
unos pasos más atrás. 

De ella nace un rosal blanco;
de él, un espinar albar.
Crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza;
de él, un fuerte gavilán.
Juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan para a par.  


viernes, 27 de enero de 2012

Las mil noches y una.



Supongo que todos habréis oido hablar, o habéis leido, o visto alguna pelicula de algun episodio de esta obra, (Aladino, Ali Baba, etc.).

Obra impresionante, por su tamaño y por su narrativa embelesadora. Pero lo que impresiona de esta entrada es que no es la version estandar que todos mas o menos conocemos de Antoine Galland, dirigida más hacia el público infantil.

Sino que os traigo la versión de Mardrus, la cual es más para mayores, (sensual, erótica, voluptuosa, en fin más literaria, más pecado, más lujo). Traducida directamente del árabe por Rafael Cansinos Assens la cual es la primera traducción directa del árabe al español, y completa, de Las mil y una noches, en tres tomos en papel biblia, con una monumental monografía introductoria.


Rafael Cansinos Assens:

Nació en Sevilla en 1882 y con quince años, en 1898, fallecido su padre, se traslada con su familia a Madrid, ciudad que ya nunca abandonaría. A su familia, muy modesta y de recursos económicos escasos, pertenecía también la actriz y bailarina norteamericana Margarita Cansino, más conocida como Rita Hayworth. Su educación fue profundamente cristiana de la mano de su madre, ferviente católica, y de la de sus dos hermanas mayores, que llegaron a ser novicias. La rama paterna, «Cansino», era consciente a mediados del siglo XIX de su herencia conversa, lo que llevó a un jovencísimo Rafael a investigar el origen de su apellido, encontrando evidencias de un pasado familiar marcado por la expulsión de los españoles de religión judía en 1492 y que dividió a las familias sefarditas. Es a partir de este momento cuando comienza en él el proceso de asimilación al judaísmo, que ya le acompañará, con no pocos contratiempos, hasta el último minuto de su existencia.

Su primer cuento aparece en la revista literaria El Arte hacia 1898 y también colabora en Vida Nueva, revista de la generación del 98 dirigida por el gaditano Dionisio Pérez Gutiérrez, y en el periódico El País. Un pariente le hizo conocer a los redactores de El Motín, pero José Nákens y sus amigos son antimodernistas, y Cansinos se siente ya perteneciente a la nueva sensibilidad. Hacia 1901 Pedro González-Blanco le pone en contacto con el Modernismo que le cautiva y conoce a Francisco Villaespesa; con él y otros jóvenes innovadores pasea por las calles madrileñas y recala en ciertas tertulias. Colabora en Helios (1903), Revista Latina y Renacimiento (1907). En esos años de comienzo del nuevo siglo participa activamente con el senador Ángel Pulido en una campaña filo-sefardí que tuvo por finalidad recuperar la memoria judía española. Escribe salmos. Frecuenta el Colonial y otros cafés de tertulia. Se hace periodista e irá relacionándose con el citado Villaespesa, Juan Ramón Jiménez, Emilio Carrere, Felipe Trigo, Rubén Darío, Rafael Lasso de la Vega, Gregorio Martínez Sierra, Carmen de Burgos, Ramón Gómez de la Serna, Antonio Machado y Manuel Machado, etcétera.

Publica su primera obra, El Candelabro de los siete brazos (salmos), en 1914, modernista, pero publicada tardíamente, cuando ya esta estética empieza a periclitar. Por entonces tiene su propia tertulia en el Colonial, donde es animador de las vanguardias; tras venir a España el poeta chileno Vicente Huidobro en 1918 y fundar el Ultraísmo, cuando este se va asume la jefatura, liderato y patrocinio del movimiento en España a través de las revistas Cervantes y Grecia, aunque la verdadera portavoz del movimiento será la revista Ultra(enero de 1921 - febrero de 1922). Al mismo tiempo mantiene una relación muy estrecha con la incipiente comunidad judía de Madrid, que en aquel entonces gira en torno a la figura de Max Nordau. En 1919 abandona el periodismo para dedicarse por completo a la literatura. Dirige la revista Cervantes, y colabora en otras como: Grecia, Ultra, Tableros, etc. Su obra de aquellos años, excepto algunos textos que firmó con el seudónimo de Juan Las, no tiene nada de vanguardista, sino que hunde sus raíces en textos bíblicos. Es la época en la que se relaciona con Guillermo de Torre, Adriano del Valle, Xavier Bóveda, Vicente Huidobro, etc. También con Jorge Luis Borges, que desde ese momento se referirá a él como su maestro. En 1919 pone por vez primera en español, traduciendo del inglés y francés, una antología talmúdica con el título de Bellezas del Talmud. Su prestigio como traductor irá en aumento basado en sus versiones de obras de Juliano el Apóstata, Iván Turgeniev, Lev Tolstoi, Máximo Gorki, Max Nordau, etc. En 1921, en El movimiento V.P, hace un retrato irónico de los protagonistas de las Vanguardias españolas, y en especial de la disolución del Ultraísmo.


Reconocido crítico literario, sus artículos, aparecidos fundamentalmente en La Correspondencia de España y en La Libertad, periódico este de tendencia republicana en que entra en 1925 y en que escribe hasta la Guerra Civil. Publica también importantes ensayos de crítica literaria como Poetas y prosistas del novecientos (1919), Los temas literarios y su interpretación (1924) y los cuatro tomos de La nueva literatura (1917–1927).

Otros ensayos como El divino fracaso (1918), España y los judíos españoles (1920), Salomé en la literatura (1920), Ética y estética de los sexos (1921), Los valores eróticos en las religiones: El amor en el Cantar de los Cantares (1930) y La Copla Andaluza (1936) desarrollan de modo original los temas que enuncian sus títulos. Escribió, entre otras, las novelas La encantadora (1916), El eterno milagro (1918), La madona del carrusel (1920), En la tierra florida (1920), La huelga de los poetas (1921), Las luminarias de Hanukah (1924).

Durante la Guerra Civil redacta unos Diarios principalmente en inglés, pero también en francés, alemán y árabe aljamiado, lo que hacía para practicar las lenguas que conocía; de idéntica manera están escritos los diarios a partir de los que redactó la Novela de un literato, que alcanzan hasta el principio de la contienda; los Diarios siguen todavía inéditos. Después de la Guerra Civil española, en la que había tomado partido por los derrotados, fue depurado por el régimen de Franco y privado del carné de prensa bajo la única acusación de ser judío, e inicia un largo exilio interior, dedicándose casi por entero a traducir para la Editorial Aguilar. De su firma irán apareciendo la obra completa de autores como Dostoievski, Schiller, Goethe, Balzac, Andréyev... Todas estas obras las acompañaba de amplias biografías y estudios. Especial importancia tuvo también la primera traducción directa del árabe al español, y completa, de Las mil y una noches, en tres tomos en papel biblia, con una monumental monografía introductoria. De los años 50 es Mahoma y el Korán, biografía crítica y estudio y versión de su mensaje, publicado en una editorial bonaerense minoritaria, que acompaña de la traducción del Korán en versión directa, nuevamente por primera vez al español, literal e íntegra, y que fue publicada repetidamente hasta los años 60 por Aguilar en Madrid. También hay que reseñar en su haber una Antología de poetas persas. Desaparecida la comunidad judía española después de la Guerra Civil, su relación con el judaísmo y sus publicaciones es a través de la Hebraica de Buenos Aires y de su íntimo amigo César Tiempo. En esos años oscuros también escribe un ensayo sobre el antisemitismo, (Soñadores del galut, conservado en la Biblioteca Nacional Argentina) y La novela de un literato (1982–1995), que forma parte de una amplia colección de diarios y memorias que todavía permanecen inéditos, como buena parte de su obra, conservada en la Fundación-Archivo Rafael Cansinos Assens (ARCA). En 2002 la fundación editó su novela póstuma Bohemia y en 2006 el sello editorial Arca Ediciones ha iniciado un amplio plan de publicaciones para recuperar definitivamente su figura, que en el nuevo siglo XXI se perfila ya como una de las más relevantes de la literatura española del XX. En 2010 entró en el patronato de la Fundación el Ayuntamiento de Sevilla.

La vida que llevó en el triste Madrid de posguerra fue fundamentalmente nocturna, ya que dormía hasta bien entrada la mañana, cuando empezaba a trabajar; fallecida en 1946 su compañera sentimental, Josefina Megías Casado, y su hermana Pilar en 1949, con la que había convivido toda su existencia, en 1950 entró a trabajar en su domicilio de Menéndez Pelayo, Braulia Galán, que se convertiría años después en su esposa, cuidándole hasta el fin de sus días. En 1958 tuvo un hijo, Rafael Manuel, quien está al frente de la Fundación que lleva el nombre del escritor y ha realizado una encomiable labor de divulgación de su obra. Gracias a su viuda se conservó en su integridad el archivo literario del escritor, formado por más de sesenta mil documentos y una de las piezas más importantes, sino la que más, de la llamada Edad de Plata de las letras españolas. Su biblioteca, cuya donación fue despreciada por instituciones franquistas, se conserva, junto con la de Juan Ramón Jiménez, en la Sala Zenobia-Juan Ramón Jiménez de la Universidad de Puerto Rico.

Cansinos fue siempre un trabajador infatigable. Poco antes de morir finalizó la traducción de las Obras completas de Balzac. Fue correspondiente de la Academia sevillana de Buenas Letras y de la Goethiana de Sao Paulo (Brasil); en 1925 la Real Academia Española de la Lengua le concedió el premio «Chirel» y al año siguiente era distinguido con las Palmas Académicas francesas.

Fuente: Wikipedia


Bien, esta obra fue recopilada y digitalizada por Eduardo Natalio Grondona de forma rocambolesca, que expone en el prólogo del prólogo del tomo I y que a continuación os detallo.

Prólogo:
Cuando yo tenía 8 años, hallé entre los libros de mi casa una edición de las Mil y una Noches, edición barata, de la Editorial (creo) Tor que contenía los clásicos cuentos de la fantasía conocidos por todos, aunque no tenía figuras por ser una edición para adultos.

Lo leí, lo releí y lo releí mil veces con sus más de ochocientas páginas, hasta que el tiempo, mi propio crecimiento y las contínuas mudanzas de quien no tuvo casa propia, contribuyeron a su desaparición.

Varios años después, en 1973, ya constituído en un humilde dentista de un pequeño poblado del desierto en el sur de Mendoza, un paciente, del que no recuerdo su nombre, olvidó en mi sala de espera un tomo antigüo (más de veinte años de editado) bastante bien conservado de una colección :”LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE” tomo 4. Cuando lo encontré, quedé sorprendido porque el tomo 4 era mayor que el que yo ya conocía, y al ojearlo descubrí un montón de cosas que yo nunca había visto en mi modesta y hasta ese momento “completa”, edición de niño.

Cuando el paciente volvió, le pregunté si me lo prestaba, y el paciente me contestó que me lo regalaba, porque no le encontraba gracia. Ahí le pedí entonces los tres tomos anteriores, y el me dijo que en realidad eran seis tomos, y que ya había regalado todos los otros en distintos lugares, que me fue detallando.

Así comenzó una aventura que podría compararse con alguno de los cuentos de este libro excepcional, y que fue el rescate, a veces por medios mañosos de los seis libros que forman la colección, que ya hace veintidos años conseguí completar, y que me llevó casi siete años de recorrer lugares y convencer personas para que me los cedieran.

El primero de los rescates fue en la Biblioteca de la Municipalidad de Malargüe, donde gracias a un papelito que mi paciente firmó, pude convencer a la directora de la misma que el libro existente en esa biblioteca, era parte integrante de una colección que (ya ) era de mi propiedad, y que fuera donado por engaño dejando mi colección de seis tomos truncada, ya que ese era el Tomo I. Tuve que reponer en calidad de donación seis libros de autores clásicos mucho más fáciles de conseguir.

Ya el segundo rescate se realizó a 450 Km de distancia, y más de un año después, gracias a mis relaciones en aquel momento con alguien que era el Sub–Jefe de la Polícia de Mendoza, ya que el Tomo VI se encontraba en la Biblioteca de la Policía en el Cuerpo de Policía Montada, y aislado de su contexto, poco valor podía tener para nadie. Debo agradecer eternamente su buena voluntad.


Posteriormente, hallé el Tomo V ( el cuarto que llegó a mi poder), por intermedio del fallecido Monseñor DelaValle, capellán del Instituto penal de las Fuerzas Armadas, quien lo rescató a mi pedido de una pila de libros que iban a ser incinerados en la cárcel.

Todos esos libros se fueron hallando a fuerza de yo viajar y molestar gente que en algún momento los fueron teniendo, y a su vez los fueron descartando.

Finalmente, los tomos restantes, los había tenido una persona que vivía en la ciudad de Lanús, y los había vendido ya hacía como un año en las librerías de libros viejos en Pacífico, en Buenos Aires, que fue donde finalmente y después de mucho investigar los hallé, y los pagué, eso fue en 1980.

En este momento esa edición que creo que es única, ya tiene cincuenta años, y dadas las circunstancias de su encuentro, no está en las mejores condiciones que se puedan pedir para una joya de ese tipo.

Por eso, y para que no se llegue a perder la belleza, para que pueda ser disfrutada por los que vienen después, y porque ALAH, en su magnificencia, me permitió llegar a tener acceso a ella, es que a mis sesenta años he comenzado a recopilar esta obra, gracias a la maravilla de la computadora.

BrasilMayo de 2002

Dr. EDUARDO NATALIO GRONDONA


Si hay una obra representativa de la más reconocida literatura oriental, es "Las Mil y Una Noches".

Esta es una obra que ha influenciado enormemente en las literaturas del mundo occidental, pues constituye una riquísima fuente de cuentos, leyendas e historias fantásticas, que han sido objeto de estudio de grandes escritores, como en el Libro del Conde Lucanor, o más hacia estos tiempos, en Jorge Luis Borges. También es notoria la influencia en la literatura infantil, para la que se han adaptado relatos de la obra.

Si bien se dice que la obra es una serie de cuentos e historias hindúes, persas, abisinios, egipcios, todo tiene una estructura que le da unidad a esta extensa obra, mediante quien relata, la hija del visir, Schehrazade, la narradora que debe mantener siempre vivo el interés del cruel sultán, y así con su creatividad, astucia, sabiduría, lograr salvar su vida un día más.



Schehrezade:


 Sherezade tardó tres años -y tres hijos- en contar los mil y un cuentos al rey Shariyar para salvar su vida. En verdad, podría haber empleado mucho menos tiempo porque al parecer no llegó a explicar tantos. Entre los que nunca contó estaban las fantásticas aventuras de Simbad, Aladino y Alí Babá. Quizá para compensar esas famosas ausencias, los relatos que iba desgranando cada noche y con los que alargaba su vida llevaban una mayor carga erótica que las versiones que acabaron pasando a la historia de la literatura.

Joven esposa del sultán Shariar, Sherezade es el personaje que sirve como nexo de unión en el famoso libro popular de narraciones árabes, Las mil y una noches, cuya primera recopilación parece datar del siglo IX.

Sherezade forma parte del harén del sultán, el cual se acuesta con una joven diferente cada noche para, al día siguiente, mandar decapitarla. Sherezade es la esposa número tres mil, pero ella no estaba dispuesta a morir: la primera noche comienza a contarle una historia al sultán de tal modo que éste le pida un nuevo cuento que ella deja para la noche siguiente. De este modo, el sultán permanece entretenido por mil y una noches hasta que decide perdonar a Sherezade y hacerla su reina.

La fama y el reconocimiento hacia “Las mil y una noches” comenzaron a gestarse por el año 850, cuando apareció la versión árabe de un texto anterior de origen persa bautizado como “Mil Leyendas”. Cientos de años después, para ser más exactos en 1704, el arqueólogo francés Antoine Galland cambiaría el idioma original de estos relatos tradicionales del mundo oriental con el fin de difundirlos en el territorio europeo.

Aunque, desde su aparición, este clásico de la literatura universal fue dado a conocer de diversas formas y hasta con pequeñas variantes según la visión de cada traductor, lo cierto es que el nombre más conocido de esta colección de cuentos árabes del Oriente Medio medieval, “Las mil y una noches”, surgió durante la Edad Media basado en la teoría de los grupos matemáticos árabes que asocia al número mil con la infinidad conceptual.






“Simbad el marino”, “Alí Babá y los cuarenta ladrones” y “Aladino y la lámpara maravillosa” son sólo algunos de los títulos que forman parte de esta recopilación de historias cortas que ha cautivado al mundo occidental. En muchas de ellas, los espíritus fantásticos, los sitios legendarios, los genios y los magos se entremezclan con personas y lugares reales.

Aunque cada relato posee sus propias características y hasta se diferencia del resto a través del género (en este sentido, es importante destacar que, en “Las mil y una noches”, hay tragedias, comedias, poemas, cuentos y hasta leyendas religiosas), no se puede dejar de mencionar que, en este libro, los textos están encadenados, es decir, una historia lleva a la otra ya que Scheherezada, la narradora, se ve obligada a utilizar su inteligencia, creatividad y sabiduría para salvar su vida, aunque sólo sea por un día más.

Dada la trascendencia que alcanzaron estos cuentos que, en un principio, se transmitían de forma oral, la obra no sólo fue traducida a una gran cantidad de idiomas, sino que también ha inspirado obras de teatro, películas y hasta series televisivas.






Aquí os dejo este enlace para que os lo descargueis, no se cuanto tiempo estará operativo con lo del cierre de Megaupload. Así que aprovechar ahora.






Ensayo y literatura fantástica

Estudio literario crítico de las 1001 noches

(Rafael Cansinos Assens)

Castellano

Archivos Doc. Se abre con Word y similares

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Ensayo y literatura fantástica

Las mil noches y una (anónimo)

Traducido del árabe por (Rafael Cansinos Assens)

Castellano

Versiónes de Mardrus

Recopiladas y digitalizadas por (Eduardo Natalio Grondona)

Archivos Doc. Se abren con Word o similares

VI Tomos.





jueves, 26 de enero de 2012

Sentirse amado.

A Cage Went In Search Of A Bird - Aesthesys

Te niego y te busco este es mi calvario.
Te niego por que a ti debo mis horas amargas.
Te busco, porque te debo mis horas de limón y miel
Me humillas por una prohibición, cielo, no soy tu adversario.

Me guardas rabia y rencor,
por Dios ya olvídalo ,
te estoy hablando con amor
me clavas un puñal, sácamelo.

Eres la tormenta que azota mis puertas
la calma en tiempos de paz
Guarda tus puñales, es tiempo de amar
ya se que de clavarlos eres capaz

Me muerdo los labios, intento no llamarte.
Pero tus besos me queman, tu voz me persigue
es la fiebre brutal de mi sangre, hierve cuando alguien te consigue
 te llevo muy dentro prendida y no soy capaz de olvidarte.

Eres la espina que se clava y que duele,
el beso de amor que me llena de alegría
contraposición de sentimientos que majadería,
a ti me entrego haz que mi corazón vuele

Hasta cruzar un océano, con la noche como acompañante,
inventemos un sueño que llevarnos a nuestro dormitorio
en ese gran mundo que nosotros usamos como oratorio
nos desnudamos los cuerpos y las almas, solo quiero amarte

Dices que sientes mariposas, ¿sabes cual es su misión?
 lo que me asusta es tenerlas todas en mi estómago,
Ya que lo convierten todo en color, en música y diversión.
Tal vez tenga que rendirme a ti y aceptar el juego

Solo te pido amor, confianza y fidelidad
vuelvo atrás en el tiempo, si eso te hace olvidar,
que no soy tu enemigo, que te juré con sangre amar
intento entender tu mundo, no me trates con brusquedad.

Recojo la pelota que has lanzado a mi tejado
sabes que te amo y te odio con toda la fuerza de mi corazón
¿Que culpa tengo si por ti me desborda la pasión?
aparta la coraza y el rencor, dejame entrar en tu corazón,
ya que para hacerte feliz solo necesito sentirme amado.




Esa es la auténtica magia de las mariposas. De mi corazón a tu alma Jeús


Los hombres lobo: ¿Existen?


Nocten Aeternus (Nox Arcana)
Muchos de los hombres-lobo del pasado han sido explicados como casos de locura o como víctimas de enfermedades. Pero esto no responde a la pregunta crucial: ¿existen los hombres-lobo?



A mediados del siglo XIX, en una pintoresca colina cercana a Vístula, en Polonia, un grupo de gente joven celebraba con música, canciones y danzas la terminación de la cosecha. Había comida y bebida en abundancia, y nadie se privaba de disfrutarlas.
 
Y entonces, en medio de la diversión, un aullido terrible, que helaba la sangre, resonó en el valle. Abandonando la danza, chicos y chicas corrieron en dirección al grito y descubrieron horrorizados, que un enorme lobo había cogido a una de las muchachas más bonitas del pueblo, que acababa de prometerse en matrimonio, y trataba de llevársela. Su novio había desaparecido.

Los hombres más valientes persiguieron al lobo y llegaron a enfrentarse con él. Pero el monstruo furioso, echando espuma por la boca, dejó caer su presa humana y se colocó sobre ella, dispuesto a luchar. Algunos de los campesinos corrieron a sus casas, para traer escopetas y hachas, pero el lobo, comprendiendo que los demás estaban aterrorizados, volvió a coger a la chica y se perdió en un bosque cercano.
 
Pasaron muchos años, y en otra fiesta de la cosecha, en la misma colina, un anciano se acercó. Le invitaron a participar en la celebración, pero el anciano, triste y reservado, prefirió sentarse y beber en silencio. Un campesino de aproximadamente su misma edad se le acercó y después de observarle atentamente, le preguntó emocionado: —¿Eres tú, Juan?—.
 
El anciano asintió, e instantáneamente el campesino reconoció en el desconocido a su hermano mayor, que había desaparecido muchos años antes. Los jóvenes rodearon rápidamente al visitante y escucharon su extraña historia. Les contó que, tras haber sido transformado en lobo por un hechicero, se había llevado a su novia de esa misma colina durante una fiesta de la cosecha y había vivido con ella en el bosque cercano durante un año, hasta que la muchacha murió.

—Desde aquel momento, salvaje y furioso, ataqué a hombres, mujeres y niños y destruí a todos los animales que se me cruzaron. No he podido borrar mi rastro de sangre—.

En ese momento les enseñó las manos, que estaban cubiertas de manchas de sangre…

—Hace unos cuatro años recuperé mi forma humana y desde entonces he andado errante. Quería volver a veros, ver la casa y el pueblo donde nací y crecí. Después de eso…, bueno, volveré a ser un lobo—.

No había terminado de decir esto cuando se transformó en lobo. Corrió frente a los atónitos campesinos y desapareció en el bosque. No volvió a ser visto.

 
El aire de cuento de hadas que tiene esta historia hace que sea difícil tomarla en serio. ¿Quizá el exceso de bebida inflamó la ya fértil imaginación campesina? ¿Quizá cada narrador fue agregando un detalle hasta que la historia adquirió su forma actual? Es una posibilidad a tener en cuenta… y, sin embargo, como tantas historias de hombres-lobo parecidas, es citada por muchos mitólogos e historiadores, folkloristas y psicólogos corno un hecho. El problema más profundo para el investigador serio es simplemente tratar de separar los hechos de los disparates; este primer caso es típico a ese respecto.

El origen de la superstición de los hombres-lobo —la creencia de que un ser humano puede asumir la forma de un animal, más frecuentemente la de un lobo— nunca ha sido explicada de forma satisfactoria.

Herodoto, el historiador griego que vivió en el siglo v a.C., dice que los griegos y los escitas que vivían en las costas del mar Negro consideraban magos a los nativos de aquella zona; creían que esos seres extraordinarios se transformaban en lobos durante unos días cada año. Habla de la existencia de una raza de hombres que podían transformarse a voluntad tomando la forma de lobos, y, cuando lo deseaban, recobrar fácilmente su forma original.

En aquellos tiempos, siglos antes del nacimiento de Cristo, el demoníaco hombre-lobo era considerado como un ser humano poseído por un deseo antinatural de carne humana que por artes mágicas había encontrado la manera de tomar, a voluntad, la forma de un lobo hambriento, con el objeto de aplacar con mayor rapidez ese horrible apetito. Los sabios de la antigüedad creían que, una vez transformado, el hombre-lobo poseía la fuerza y la astucia del lobo salvaje, pero conservaba la voz y los ojos humanos Agracias a lo cual se le podía reconocer.

La transformación de hombres en lobos aparece en la literatura romana como arte de magia. Virgilio, que vivió en el siglo I a.C., es el primer autor latino que menciona esta superstición. Fue seguido por Propercio, Servio y Petronio. Este último, director de espectáculos en la corte de Nerón desde el año 54 hasta el 68, cuenta una bonita historia de hombres-lobo en su novela El satiricón.

Algunas de las tradiciones griegas y romanas consideran la transformación de un hombre en lobo como un castigo por sacrificar una víctima humana a un dios. En esas ocasiones, cuenta Plinio el Joven, (61-113 d.C), la víctima era llevada a la orilla de un lago y, después de nadar hasta el lado opuesto, se transformaba en lobo. En esta condición recorría los campos con otros hombres-lobo durante nueve años. Si durante este período se abstenía de comer carne humana, recobraba su forma original que, sin embargo, no había quedado dispensada de los estragos del paso del tiempo.

Otro ejemplo mitológico de transformación en hombre-lobo como castigo del pecado fue registrado por Ovidio (43 a.C. -18 d.C.) en sus Metamorfosis. En él, Ovidio cuenta leyendas de transformaciones milagrosas desde la creación hasta la época de Julio César. El poeta romano cuenta cómo Licaón, mítico rey de Arcadia, se atrevió a poner a prueba la omnisciencia de Júpiter (Zeus), presentándole un plato con carne humana. Por ese crimen Júpiter le transformó inmediatamente en lobo, y Licaón se convirtió en eterna fuente de terror para sus subditos. Y aún en tiempos posteriores a Licaón, según una tradición recogida por Platón alrededor del siglo IV a.C. y por Pausanias en el siglo II a.C., transformaciones similares seguían produciéndose en el mismo lugar.


Los métodos utilizados por los hombres-lobo para realizar sus transformaciones diferían mucho. A veces, el cambio era espontáneo e incontrolable; a veces, como en las transformaciones descritas en las sagas escandinavas e islandesas, se lograban simplemente con colocarse la piel de un lobo real. Pero en muchos casos, lo único que se necesitaba era la intervención de un hechizo que, aunque no provocaba ningún cambio en el cuerpo humano, hacía que cuantos lo veían imaginaran que estaban en presencia de un lobo. Algunos de los que se transformaban afirmaban que sólo podían recobrar la forma humana por medio de ciertas medicinas o hierbas, como acónito o cicuta, o frotándose con ungüentos, como hicieron los hombres-lobo escandinavos y centroeuropeos a partir del siglo XV.


 Aunque los antiguos griegos y romanos, y hasta cierto punto los árabes, creían en la existencia ocasional, localizada, de hombres-lobo, la situación era muy diferente en la Europa de la Edad Media, época en que se suponía que el proceso de transformación de la persona en bestia era un fenómeno cotidiano. Todavía hoy, en algunas regiones, esta superstición no ha perdido del todo su antiguo poder de captación de la imaginación.

Por ejemplo, en el interior de Argentina y Uruguay subsiste ampliamente la creencia de que todo séptimo hijo varón es siempre un lobisón, es decir, un hombre que todos los viernes de luna llena se convierte en lobo. (En algunas épocas ha sido costumbre en Argentina que los séptimos hijos varones sean apadrinados por el Presidente de la República, en un intento de contrarrestar su mal congénito.) En Galicia, la tradición del lobisome sigue tan arraigada como la de las melgas, y tampoco en Europa central y en Escandinavia ha desaparecido del todo esta creencia. ¿Cuál puede ser el origen de un fenómeno tan universal y —todavía— tan vivo?
 
Probablemente se trata de un origen mítico, pero no deja de presentar también elementos históricos, demoníacos y psicológicos. La ciencia moderna halla en el tema del hombre-lobo pocos elementos fácilmente explicables, y muchos realmente inexplicables; esto no resulta extraño, pues esta superstición, que se remonta a un período más de mil años anterior al Cristianismo, contiene muchos elementos imposibles de racionalizar por el pensamiento moderno.

A lo largo de los siglos, el desarrollo social del hombre ha reforzado todos los sentimientos benevolentes que nos distinguen de los animales. Por consiguiente, nuestros primitivos impulsos bestiales se están extinguiendo por falta de ejercicio, o están desapareciendo por efecto de las leyes. Pero este proceso que nos transforma de unos salvajes primitivos en personas a las que se llama civilizadas, es muy lento, y de vez en cuando se producen casos de lo que los psicólogos denominan atavismo, o sea, reversión a un tipo ancestral de carácter. 
 
 
De vez en cuando, nacen en países civilizados personas dotadas de apetitos y aficiones bestiales, que se deleitan en la más refinada crueldad y a las que llega a gustar la carne humana. La psicología moderna sabe cómo clasificar y explicar estos casos anormales, mas para la mente medieval, nada científica y altamente susceptible, sólo podían justificarse como obras del Diablo.

Por tanto, tal vez no haya nada de extraño en el hecho de que en una época en que la transformación de hombres en lobos era una noción fácilmente admisible, estos monstruos de crueldad y depravado apetito fuesen considerados como capaces de asumir formas de bestias. 
 
Al avanzar la civilización, tales mitos desaparecen junto con los animales que los originaron. Los sioux de Dakota del Norte, por ejemplo, creían antes firmemente en la aparición de un animal monstruoso que devoraba seres humanos; los sioux de hoy, en cambio, piensan de manera muy diferente ya que, tras olvidar su antigua mitología, comprenden ahora que la superstición surgió de la visión de unos simples huesos de mastodontes prehistóricos, hallados con frecuencia en aquellas llanuras.

El punto de partida de la superstición del hombre-lobo es probablemente una costumbre de las sociedades primitivas; ésta consistía en disfrazarse de animales para explorar el terreno. Como los lobos, merodeaban en busca de alimento, y es lógico pensar que las informaciones sobre ellos debían representarlos como poseedores, en sus disfraces, de todas las propiedades feroces del animal al que imitaban y, finalmente, incluso de la de poder asumir forma de animal, completa o parcial, durante períodos más o menos largos. 
 
 
Algunas de las historias de los indios norteamericanos sobre hombres-lobo representan a estos seres sólo con cabeza, manos y pies de lobo. La transformación en lobo en Francia, Alemania, Escandinavia y algunos países de la Europa oriental es causada por una camisa o faja confeccionada con piel de lobo, una supervivencia de la capa o manto que originariamente cubría todo el cuerpo.

A principios del siglo XVII, cuando el joven hombre-lobo francés Jean Grenier fue sometido a juicio por el asesinato de varios niños, el tribunal mostró una compasión poco corriente en aquellos tiempos. Tuvo en cuenta tanto la edad del muchacho (tenía 13 años) como la opinión médica, según la cual Grenier era víctima de una locura alucinatoria, o licantropía, y por tanto, en vez de condenarlo a la hoguera, le impuso una sentencia de encarcelamiento perpetuo entre los muros del monasterio franciscano de Burdeos.
 
La idea de que el hombre-lobo era una víctima de la locura no era ni mucho menos nueva —pocos años antes, 14 personas juzgadas en Francia por brujería y transformaciones en lobos fueron subsiguientemente absueltas—, pero el caso Grenier marca el comienzo de una nueva y significativa aproximación al fenómeno de los hombres-lobo. Los jueces, ante la dificultad de ignorar por más tiempo los alegatos cada vez más enérgicos de los médicos, llegaron a convencerse de que muchos de los presuntos hombres-lobo eran de hecho enfermos que sufrían diversas formas de alucinación mental, una forma de locura que en nada aliviaban las potentes drogas y hechizos a los que se sometían tales pacientes.

Data de esta época la división legal y médica de las personas afectadas por alucinaciones de tipo animal en dos categorías bien diferenciadas: hombres-lobo y licántropos. El primero era la criatura mítica, y el segundo el enfermo mental.
 
 
En toda Europa, los eruditos aplicaban nuevas definiciones a la enfermedad. En su tratado médico clásico, The anatomy ofmelanchoíy (1621), el clérigo inglés Robert Burton la calificó simplemente de «locura lobuna». En el siglo XVII, Alfonso Ponce de Santa Cruz, médico de Felipe II, equiparó la enfermedad con un síntoma de humor melancólico, un producto de la bilis que, según creían los médicos medievales, atacaba al cerebro.

Hoy en día, los médicos consideran los aspectos alucinatorios de la licantropía como de origen psicológico: al parecer, la hipocondría puede convertirse a veces en licantropía. Un reciente manual de historia de la psiquiatría ofrece un inquietante relato contemporáneo sobre un paciente de 30 años de edad, que primero se sumió en la melancolía y después presentó una monomanía que le hacía creer que se había transformado en lobo (licantropía); huyó de los hombres y buscó refugio en los montes, donde pasaba las noches aullando, visitando el cementerio e invocando a los muertos. No resulta difícil imaginar cómo, en el todavía poco ilustrado siglo XVII, a los presos víctimas de demencia alucinatoria se les podía persuadir para que «confesaran» llanamente historias de hechos sangrientos y metamorfosis de seres humanos en lobos. No cabe la menor duda de que miles de personas fueron ejecutadas a causa de la creencia popular en los hombres-lobo —los archivos de los tribunales así lo narran—, pero ello es un ejemplo más de cómo la superstición convierte una enfermedad —aquí casos bien claros de licantropía— en alimento con el que saciar su afán de crueldad. Es también un monumento a la más supina ignorancia.
 
 
Pero volviendo a otras cuestiones más recientes, en su libro clásico sobre sadismo, masoquismo y licantropía, Man into wolf (1951), el antropólogo británico Robert Eisler hace la fascinante observación de que Adolf Hitler tal vez padeciera la enfermedad de la licantropía. El doctor Eisler hace referencia al ya legendario relato según el cual el Führer «mordía la alfombra» en sus accesos de rabia: «Si las historias sobre las crisis de rabia de Hitler son ciertas, parece como si se tratara de estados maníacos licantrópicos.»

El psicoanalista norteamericano Nandor Fodor interpreta la licantropía menos como una condición psicológica que como un «mecanismo psíquico». El doctor Fodor concede gran importancia a los sueños, especialmente a aquellos que contienen transformaciones, derramamiento de sangre, crímenes crueles y la propia figura del hombre-lobo. Su interpretación de estos sueños licantrópicos se convertiría en tema de varios libros y de una importante comunicación publicada en el Journal of American Folklore en 1945. He aquí un ejemplo de su catálogo de casos:

Una mujer de Londres despierta por la mañana y descubre dos ojos centelleantes en la cabeza de un animal de aspecto lobuno que la contempla desde un lugar cercano a la chimenea. Aterrorizada, enciende la luz y el animal desaparece. Ella cree que se trataba de un hombre-lobo.

Al interrogarla en busca de asociaciones, Lobo («Wolf») resulta ser el nombre de un hombre por culpa del cual ella había perdido mucho dinero, y que una noche, en Francia, había trepado hasta su dormitorio amenazándola con estrangularla si no dejaba a su marido y se iba con él. Con sus grandes ojos pardos y crueles, se le podía calificar de hombre-lobo. Sin embargo, .. la visión del ser lobuno tuvo lugar antes de que el hombre invadiera el dormitorio de la mujer en cuestión. No obstante, la asociación nos proporciona una pista para poder comprender su alucinación. Representa unas expectativas sexuales de tipo sádico. El brillo en los ojos del lobo era el centelleo de su propio deseo de verse asaltada, y la chimenea era un símbolo topográfico adecuado de la pasión que ardía en ella. 
 
Licantropía y hombres-lobo constituyen evidentemente un tema complejo, plagado de trampas, y para comprenderlo a fondo hay que tener en cuenta cuestiones tales como la magia negra, el canibalismo, la demencia, la credulidad, los bajos niveles de inteligencia, el sadismo, la embriaguez, la susceptibilidad, la fantasía, la proyección astral… y la rabia. La medicina de la antigüedad pudo haber confundido fácilmente la forma licantrópica de la psicosis con la rabia canina contagiosa, transmisible a los perros por mordeduras de lobo y al hombre por mordeduras de perro, y que mueve a hombre y perro a atacar y morder a todo ser que se ponga a su alcance, difundiendo con ello tan terrible enfermedad.
 
Durante miles de años, el factor principal para identificar a un hombre-lobo era la espuma en la boca, síntoma que también identifica al hombre víctima de la hidrofobia. Por tanto, cuando el poeta romano Ovidio explica la transformación de Licaón en lobo, ¿se basa su descripción en un lobo rabioso o en un hombre atacado por la rabia? Dice al respecto:

En vano intentó hablar; desde aquel mismo instante sus mandíbulas se cubrieron de baba, y su sed sólo podía saciarla la sangre.

Ovidio habla, en realidad, de un hombre-lobo. De acuerdo con la tradición, la mordedura de uno de ellos convierte a la víctima en lobo, y ser mordido por un lobo rabioso transmite a la víctima la rabia. Imagínese el dilema de un rústico, para el cual un lobo rabioso no era sino un hombre-lobo rabioso, e imagínese su terror si era atacado por el animal enfermo y después aparecían en él los síntomas de la rabia. Para quienes lo observaban, él era ya otro hombre-lobo.
 
 
¿Por qué tantas historias de hombres-lobo se remontan a la Edad Media? Una teoría sugiere que este hecho no se debe únicamente a la naturaleza supersticiosa de las mentes medievales: puede que para muchas personas las alucinaciones de origen bioquímico fueran entonces experiencias prácticamente cotidianas.

Los que practicaban el arte secreto de hacer creer a una persona que estaba volando, o que le estaban creciendo las uñas y se estaba convirtiendo en un animal, solían emplear extractos de piel de sapo, o plantas tales como la mandragora, el beleño y la belladona.

Pero estas alucinaciones no sólo las sufrían las personas que tomaban estas drogas. En los graneros medievales, el grano se clasificaba en dos montones: el grano limpio para la aristocracia y el clero, y el grano parasitado para los campesinos.

El grano afectado por el cornezuelo transporta un hongo que produce alcaloides parecidos al LSD (dietilamida del ácido lisérgico) y que también provoca sensaciones como la de sentirse transformado en animal.
 
 
Actualmente, algunos científicos no han descartado por completo la posibilidad de que hayan existido en realidad hombres-lobo; cabe todavía preguntarse si, en realidad, es razonable suponer que la leyenda, si no está basada en hechos, pueda sustentarse gracias tan sólo a la fantasía. Y si nada hay de cierto en esta creencia perenne en la metamorfosis animal, ¿por qué científicos y médicos doctos le han dedicado tanto estudio en todas las épocas?

Fuente: Criaturas del Más Allá. El mundo de lo insólito. Orbis Publishing Limietd. (1984). Versión castellana Editorial Debate S.A. Madrid. España (1986). Pag. 77-79. De mi colección. Atte: Jesús Vila.