Misterio.-
Hoy os he de contar una historia que pone los pelos de punta. Un suceso paranormal?... paralelo? Simplemente "paraleerlo".Sucedió hace algún tiempo, tal día como hoy, y aunque parece sacado de una película de Alfred Hitchcock, dicen que fue real...
Un hombre estaba parado a la orilla de la carretera a medianoche haciendo autostop en una noche de furiosa tormenta.
Caminaba sin descanso desde hacía varias horas pero nadie se paraba para llevarlo. La tormenta era tan fuerte que apenas sí se alcanzaba a ver a unos 3 metros de distancia.
De repente, vio cómo un extraño coche con las luces apagadas se acercaba lentamente y al final se detuvo frente a él.
El hombre, dado su penoso estado, se sube sin dudarlo al coche y cierra la puerta. Mira hacia el asiento de al lado y se da cuenta con asombro de que nadie va conduciendo el coche.
El coche arranca suave y pausadamente...
El hombre mira hacia la carretera y se percata de que delante hay una curva.
Justo antes de llegar a ella, aparece una mano tenebrosa por la ventana del chofer y mueve el volante lentamente pero con firmeza. Paralizado del terror y sin aliento, se aferra con todas sus fuerzas al asiento. Inmóvil e impotente, ve cómo sucedía lo mismo en cada curva del oscuro camino, mientras la tormenta aumentaba su fuerza.
El hombre, sacando fuerzas de donde ya no le quedaban, se bajó del coche a la primera oportunidad y se echó a correr por toda la carretera hasta el pueblo más cercano.
Exhausto, todo empapado, se dirigió a una cantina del pueblo, que se encontraba aún abierta. Entró y pidió una botella de ron y todavía temblando les empezó a contar a todos los presentes la horrible experiencia que acababa de presenciar.
Se hizo un silencio ante el asombro de todos.
Como a la media hora entraron a la cantina dos hombres, todos mojados. De repente, uno le dijo al otro en tono molesto:
- ¡ Mira, Manolo, allí está el caradura que se subió al coche cuando lo veníamos empujando!"
Un hombre estaba parado a la orilla de la carretera a medianoche haciendo autostop en una noche de furiosa tormenta.
Caminaba sin descanso desde hacía varias horas pero nadie se paraba para llevarlo. La tormenta era tan fuerte que apenas sí se alcanzaba a ver a unos 3 metros de distancia.
De repente, vio cómo un extraño coche con las luces apagadas se acercaba lentamente y al final se detuvo frente a él.
El hombre, dado su penoso estado, se sube sin dudarlo al coche y cierra la puerta. Mira hacia el asiento de al lado y se da cuenta con asombro de que nadie va conduciendo el coche.
El coche arranca suave y pausadamente...
El hombre mira hacia la carretera y se percata de que delante hay una curva.
Justo antes de llegar a ella, aparece una mano tenebrosa por la ventana del chofer y mueve el volante lentamente pero con firmeza. Paralizado del terror y sin aliento, se aferra con todas sus fuerzas al asiento. Inmóvil e impotente, ve cómo sucedía lo mismo en cada curva del oscuro camino, mientras la tormenta aumentaba su fuerza.
El hombre, sacando fuerzas de donde ya no le quedaban, se bajó del coche a la primera oportunidad y se echó a correr por toda la carretera hasta el pueblo más cercano.
Exhausto, todo empapado, se dirigió a una cantina del pueblo, que se encontraba aún abierta. Entró y pidió una botella de ron y todavía temblando les empezó a contar a todos los presentes la horrible experiencia que acababa de presenciar.
Se hizo un silencio ante el asombro de todos.
Como a la media hora entraron a la cantina dos hombres, todos mojados. De repente, uno le dijo al otro en tono molesto:
- ¡ Mira, Manolo, allí está el caradura que se subió al coche cuando lo veníamos empujando!"
Gracias a Tras, por dejar que le pegue estos suculentos "mangazos" de sus obras.
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