Copa de ágata
Tanto por los datos arqueológicos como por el testimonio de la tradición y los documentos que se poseen, es completamente verosímil que este hermoso vaso estuviera en las manos de Jesús cuando la víspera de su Pasión, tomó pan en sus manos, y, elevando los ojos al cielo, dijo:
Hacia ti, Dios, Padre mio todopoderoso, dando gracias lo bendijo, lo partió, y lo dio a sus discípulos diciéndoles:
“Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros”. Del mismo modo, acabada la cena, tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos, dando gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos diciendo: “Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía”
(Plegaria eucarística I, Canon romano. Cf. Mateo 26-29; Marcos 14, 22-25, Lucas 22, 1520 y I Corintios 11, 23-25)
Mirad la diferencia de coloración entre esta imagen y la anterior, dependiendo de donde provenga la luz, resalta más o menos los colores del ágata.
La gente de todo los tiempos se ha quedado un poco perpleja de que esta preciosa reliquia haya originado un importante número de historias fantásticas sobre guerreros, monjes y reyes que se embarcaban en su búsqueda.
Esto ha sido así no sólo para la gente medieval sino para personas de nuestros días, dada la actual popularidad de las leyendas sobre el Santo Grial y películas tales como «Indiana Jones y la Ultima Cruzada», en la que Indiana Jones descubre un gran número de posibles griales en la inverosímil ubicación de Petra, Jordania.
Lamentablemente, el grial que Indiana dice que es auténtico es el menos probable, históricamente hablando, porque está hecho de madera, un material poroso que estaba prohibido en la celebración de la Pascua judía. (Así que todos los que hay de madera, que son la mayoría ya quedan excluidos)
Es innegable que Jesús utilizó una copa para la consagración y que esta copa es un objeto histórico, no un mito. Quizá a causa del misterio y fantasía que han rodeado a esta reliquia por excelencia, algunos investigadores actuales han creado un escenario por el que el Santo Grial podría estar relacionado con temas que van desde la Sábana Santa de Turín hasta María Magdalena.
Reproducción 3D del Santo Cáliz
Otros definen el Grial simplemente como un interrogante personal o una exploración del ser, o lo relacionan con toda suerte de antiguas leyendas y ritos de la fertilidad, conduciendo a una gran confusión como la que tenemos actualmente.
Es verdad que en el siglo XVI había unas 20 copas que reivindicaban el honor de ser la auténtica usada por Jesús en la Ultima Cena. Pero hoy ninguna de ellas es considerada auténtica, con la excepción del Santo Cáliz de Valencia y la copa de plata de Antioquía.
La copa de plata de Antioquía tiene una capacidad de dos litros y es demasiado grande para poder pasar de mano en mano, en torno a la mesa de la Ultima Cena durante la comunión eucarística. Y que este recipiente de plata tiene grabada la última cena, por lo cual no pudo ser por razones obvias. Ahora, si que pudo ser el recipiente donde se encontraba el vino para ser escanciado. Ya que lo interesante y misterioso sin embargo, es el hecho de que san Jerónimo mencionara que había dos copas sobre la mesa de la Ultima Cena, una copa de plata que contenía el vino para la cena, y una de piedra que fue usada para la institución de la Eucaristía.
Aquí os pongo una serie de distintos supuesto Griales:
El Cáliz de Antioquía de la Colección Cloisters del Metropolitan Museum de Nueva York, descubierto en Siria a principios del siglo XX. Investigaciones de finales del siglo XX sostienen, sin embargo, que la copa de Antioquía sería una falsificación contemporánea a su hallazgo. Aunque si que hubo un recipiente para contener el vino en la última cena.
El Sacro Catino de Génova, que fue llevado tras la Primera Cruzada a Italia. Es un plato hexagonal verde que se creía de esmeralda, aunque es un cristal verde egipcio. Los genoveses, en realidad, nunca han sostenido que se trate del Santo Grial, sino de una pieza de la vajilla usada durante la Santa Cena.
Sacro Catino de Génova
Vaso de Nanteos es un cuenco medieval de madera, como he dicho antes queda excluido por que la madera está prohibida en la celebración de la Pascua Judía. Procedente de la Mansión Nanteos, en Gales. Según la tradición de la familia Powell, propietaria de la reliquia, procede de la abadía de Glastonbury. Sin embargo, los que la examinaron llegaron a la conclusión de que se trata de un objeto del siglo XIV.
Vaso de Nanteos
El Cáliz de Ardagh encontrado en Irlanda; se halla en el museo nacional de Dublín. Se trata de una pieza de orfebrería irlandesa fechada en el siglo VIII y nunca fue identificado con el Grial de la leyenda.
Cáliz de Ardagh
La Copa de Hawkstone Park, propiedad de Victoria Palmer. La reivindicación de esta pieza ha sido hecha por Graham Phillips, quien sostiene que la pieza fue llevada a Inglaterra tras ser saqueada Roma por los visigodos. La copa no mide más de seis centímetros, está hecha de una piedra semipreciosa —ónice verde— y, según el propio Philips, es muy posible que date de la época romana.
Copa de Hawkstone Park
Achatschale: el Cuenco de Ágata que se encuentra en el tesoro de los Habsburgo en Viena. Se trata de un cuenco del siglo IV procedente de Constantinopla o Tréveris y que lleva una inscripción que puede leerse como B.XRISTO.RI.XXPP, supuesta referencia a Cristo, o bien como ARISTO, que podría ser el nombre del grabador. Es parte de las reliquias imperiales del desaparecido Sacro Imperio Romano Germánico; entre las cuales también figura la Lanza de Longinos, y no ha sido asociada, por lo común, con el Grial.
Achatschale Viena
La Copa de Hierro: Aparece en las portadas del libro italiano: "La Leyenda del Santo Grial" de Gabriella Agrati e Maria Letizia Magini, donde se indica que esta pieza es el auténtico Grial, sin que exista alguna otra prueba conocida de dicha afirmación.
Copa de hierro
Copa de Santa Isabel: Copa que perteneció a Santa Isabel de Hungría, y que tras la muerte de la santa se le atribuyeron milagros de curaciones. El padre de Isabel de Hungría fue mecenas de Wolfram von Eschenbach quien es posible contara las historias del Grial a Santa Isabel.
Copa de Sta Isabel: Cristal de roca. Egipto, año 100 aprox. Museo de Coburgo
El llamado cuenco de Glastonbury, una vasija de bronce que se conserva en el museo de Taunton, se lo ha relacionado durante mucho tiempo con las leyendas del Grial, a pesar de pertenecer a época anterior a la del símbolo cristiano
El Cuenco de Glastonbury
Bronce. Museo de Taunton, Somerset
Bronce. Museo de Taunton, Somerset
En resumidas cuentas en la última cena había, una copa de plata que contenía el vino para la cena, y una de piedra que fue usada para la institución de la Eucaristía. Sólo el Santo Cáliz de Valencia, con la parte superior de piedra de ágata, responde a la descripción de san Jerónimo acerca de la copa usada por Cristo en la consagración. Cuando se examina su tradición e historia en detalle, es completamente evidente que todo concuerda. Y a ello vamos.
La historia:
Es posible reconstruir la historia del Santo Cáliz de Valencia hasta el día de la Última Cena.
Nadie puede dudar seriamente del carácter histórico de la Última Cena, a la que se refieren los evangelistas y también las cartas de San Pablo.
En palabras de la investigadora Janice Bennett, "es innegable que Jesús utilizó una copa para la consagración y que esta copa es un objeto histórico, no un mito". El dueño del cenáculo en el que se celebró debía ser una persona acaudalada, como podemos deducir de lo que se dice en el evangelio de Marcos 14,13-15. Los apóstoles contactaron con el dueño del cenáculo porque les salió al encuentro "un hombre que lleva un cántaro de agua", lo que supone que se trataba de un criado; por lo tanto, el dueño de la casa tenía criados. Por otra parte, se trataba de "una habitación en el piso de arriba grande y amueblada". No hay duda de que se trataba de la casa de alguien de un nivel económico elevado.
Jesús celebró allí la Pascua. Para ello debió utilizar una copa de bendición. Esta era una copa especial que se utilizaba en la pascua judía. Si el propietario del cenáculo tenía un nivel económico elevado, la copa de bendición utilizada por Jesús debía ser de calidad. El Santo Cáliz de Valencia, como ha acreditado el estudio del profesor Beltrán, reúne las condiciones exigibles para su uso como copa de bendición por una familia acomodada en la primera mitad del siglo I.
Las copas de bendición judías no podían ser de madera o de metal, sino que tenían que ser de cristal o piedra. Una familia acomodada utilizaría como copa de bendición de un material semiprecioso como el Cáliz de Valencia.
Es evidente el importante papel que la primera comunidad cristiana otorgó a las palabras pronunciadas por Jesús en esa Cena. Siendo ello así, no nos puede extrañar que después de los acontecimientos ocurridos inmediatamente después de la Cena (crucifixión, sepulcro vacío, apariciones,...), la copa o cáliz utilizado esa noche por Jesús fuera diligentemente conservado por la primera comunidad cristiana.
La profesora Bennet explica del siguiente modo el proceso por el cual el Santo Cáliz pasó de Jerusalén a Roma: (Bennett posee un master en Literatura española por la Universidad de Colorado y un certificado de «Advanced Bible Studies» de la Escuela Católica Bíblica de Denver. Es miembro del centro español de Sindonología, con sede en Valencia, España)
"Muchos estudiosos creen que el Cenáculo --la habitación en la que tuvo lugar la Ultima Cena--, y el Santo Cáliz eran propiedad de la familia de san Marcos, el evangelista, que hizo de intérprete de san Pedro en Roma.
San Marcos y san Pedro vivían en relación estrecha y parece tener sentido que san Marcos diera la Santa Copa a san Pedro, por la simple razón de que era muy importante para los primeros cristianos usar reliquias en la liturgia, y Pedro era la cabeza de la Iglesia.
La tradición española afirma que san Pedro se llevó el Santo Cáliz consigo a Roma, donde lo pasó a sus sucesores hasta la persecución de Valeriano, en el año 258".
La tradición nos indica que el Santo Cáliz fue conservado y llevado luego a Roma, donde era utilizado por los primeros Papas. El profesor Antuñano ha señalado que existen indicios de que el verdadero Cáliz fue utilizado por los primeros Papas en la celebración de sus misas solemnes. El canon litúrgico romano de los primeros Papas, en el momento de la consagración, decía textualmente "...tomando este glorioso cáliz...", con lo que se hacía específica referencia a que en la consagración se estaba utilizando precisamente el mismo cáliz empleado por Jesús en la Última Cena. En contraste con el canon romano, en la fórmula de consagración del canon oriental se decía "...tomó la copa con el vino...". Esto se explicaría porque se sabía que en las celebraciones que presidía el Papa se utilizaba el mismo cáliz empleado por Jesús en la Última Cena. Una de las conclusiones del I Congreso Internacional del Santo Cáliz celebrado en Valencia en noviembre de 2008 fue precisamente la de que el estudio de las peculiaridades del texto del canon de la consagración romano supone un avance notable para datar la existencia en Roma del Santo Cáliz en la primera mitad del siglo III.
Nos situamos así en el año 258, en el que era Papa Sixto II. Se desató entonces una persecución contra los cristianos, promovida por el emperador Valeriano. Con el fin de impedir que el Santo Cáliz sufriera algún daño, el Papa Sixto II lo entregó en custodia a uno de los diáconos de Roma, llamado Lorenzo cuyos padres era originarios de Huesca.
Monedas de la época del emperador Valeriano
La intervención de Lorenzo salvando el Santo Cáliz y enviándolo a España se cuenta con detalle en "La Vida de San Lorenzo" contada por el agustino San Donato en el siglo VI. El original de este manuscrito no se ha conservado. Sí se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid la traducción al castellano del manuscrito original en latín efectuada por el también agustino Lorenzo Mateu y Sanz en el año 1636. Según el traductor el texto por él traducido (y que no se ha conservado) lo encontró en el colegio de San Fulgencio de la Orden de los agustinos cuando Mateu estaba allí de lector.
Según el traductor, que el autor del escrito era Donato se extraía de su título y del contenido del capítulo octavo; el escrito original habría sido encontrado por los agustinos que, después de reconquistado el Reino de Valencia, fueron al antiguo monasterio de Servitano (donde fue abad Donato) y recuperaron algunas antigüedades que quedaban en las ruinas.
Muerte de S. Lorenzo, asado a la parrilla.
San Donato fue un religioso de la orden de los agustinos que llegó a Valencia procedente del sur de África. Hacia el año 570 Donato era abad del monasterio valenciano de Servitano. La información sobre la vida de Lorenzo antes de que éste viviera en Roma la le fue transmitida a Donato por los presbíteros de más edad de Valencia. En el relato de Donato que se conserva (que como hemos dicho es la traducción efectuada por otro miembro de su orden el año 1636) se cuenta que los padres de Lorenzo, Orencio y Prudencia, se trasladaron desde Huesca a Valencia huyendo de las persecuciones a las que fueron sometidos los cristianos. Según Donato, Lorenzo nació en Valencia, y no en Huesca, como se recoge en otras tradiciones. Siendo Lorenzo todavía un niño pequeño, los padres deciden ir en peregrinación a los Santos Lugares. Sin embargo, durante la travesía una tormenta obliga a desviar el barco y finalmente la familia se refugia en Italia, en la ciudad de Capua. Estando el joven Lorenzo, de unos catorce años, en el pueblo italiano de Osca conoció el que luego sería el Papa Sixto II, que se lo llevó consigo. Si bien la historia que nos cuenta Donato es verosímil, lo cierto es que existe otra tradición según la cual Lorenzo nació en Huesca y sus padres Orencio y Prudencia permanecieron hasta su muerte en esa localidad. Debe señalarse que la historia del viaje de Orencio y Prudencia de Huesca a Valencia y el nacimiento valenciano de San Lorenzo se cuenta también en la obra Anales del Reino de Valencia, de Francisco Diago, del año 1613.
Tanto Sixto II como el que luego se convertiría en San Lorenzo murieron como mártires en las persecuciones de Valeriano. El Papa Sixto, antes de que lo mataran, encargó a Lorenzo que salvara las reliquias y que repartiera las riquezas entre los pobres. Según el relato de Donato, Lorenzo comenzó a cumplir lo ordenado por el Papa y acudió a la vecindad de Patricia, donde entró en la cueva de Hepociana, donde estaban muchos cristianos con el presbítero Justino.
Según Donato:
"Entre los que habían encontrado refugio allí, vio a Precelio, su condiscípulo y conciudadano, porque era un español de la ciudad de Hippo en Carpetania (la actual Toledo). Le confió algunas memorables reliquias para que pudiera enviarlas a España, entre las que se encontraba la más distinguida Copa en la que Cristo nuestro Dios y Maestro consagró su preciosa sangre la noche de la Última Cena".
La entrega del Santo Cáliz por parte de San Lorenzo a un soldado podía verse también en unos frescos dibujados en las paredes de la Basílica de San Lorenzo Extramuros de Roma, que se remontarían a comienzos del siglo XIII. Estos frescos fueron destruidos como como consecuencia de los bombardeos de la II Guerra Mundial.
Fotografía del fresco de la Basílica de San Lorenzo Extramuros antes de su destrucción. Arriba a la izquierda el Papa Sixto II entrega a Lorenzo el Cáliz. Arriba a la derecha, Sixto se lo entrega a un soldado
De este modo, sería este cristiano español llamado Precelio, que se hallaba en Roma, el que se encargaría de trasladar la reliquia a España. Con seguridad Lorenzo le encargó que trasladara el Santo Cáliz a Huesca que lo entregara a la familia que Lorenzo conservaba en esa localidad.
Según Donato, los padres de Lorenzo permanecían entonces en Italia, donde murieron. Como hemos dicho, según la historia de Donato Lorenzo nació en Valencia, pero allí no tenía más familiares. Su familia (tíos y primos) seguía estando en Huesca, por lo que era lógico que ordenara a Precelio que se dirigiera a Huesca.
Debe recordarse que San Vicente Mártir era primo de Lorenzo, pues el primero era hijo de una hermana menor de la madre del segundo. Vicente nació en Huesca y después permaneció en Zaragoza; como consecuencia de una nueva persecución contra los cristianos, fue capturado y trasladado a Valencia, donde moriría martirizado a comienzos del siglo IV.
Para la tradición que sostiene que los padres de Lorenzo, Orencio y Prudencia, permanecieron siempre en Huesca, no existe ninguna dificultad en explicar que el primer refugio en España del Santo Cáliz fuera Huesca: Lorenzo dio instrucciones de que se remitiera la reliquia a sus padres, que ya se encargarían de guardarla en sitio seguro.
El Santo Cáliz permanecería escondido en Huesca hasta el año 711, se supone que guardado en la Iglesia del Santo Pedro el Viejo de dicha localidad.
Iglesia de S. Pedro el viejo
El año 711 comenzó la invasión árabe de España. Con el fin de proteger el Santo Cáliz, el obispo de Huesca, llamado Acilso, abandonó su ciudad junto con el Cáliz y otras reliquias. La antigua sede episcopal de Huesca iniciaría así un largo período itinerante, en el que sucesivamente iría cambiando su emplazamiento. Cada cambio de sede episcopal suponía al mismo tiempo el traslado de la ubicación del Santo Cáliz, que era la reliquia más valiosa que se llevó consigo el Obispo Acilso en su huía de Huesca. Así, el Santo Cáliz iría recorriendo un largo itinerario, pasando por las sucesivas sedes episcopales del antiguo Obispado de Huesca. Así, el Santo Cáliz pasaría por los siguientes lugares:
-En un primer momento, parece ser que se buscó refugio en la Cueva de Yebra, en el Pirineo aragonés. De hecho, en la iglesia parroquial de Yebra se conservan algunas reliquias que podrían dar testimonio de que allí estuvo durante unos años la sede episcopal.
Cueva de Yebra
Algo más tarde el Santo Cáliz se localizaría en el Monasterio de San Pedro de Siresa, en el municipio de Hecho. En este sentido, se conserva una Carta de San Eulogio de Córdoba que menciona a Ferríolo, "Obispo de San Pedro de Siresa", que gobernó la Iglesia aragonesa los años 815-831. En Siresa debió estar la sede episcopal por lo menos durante más de cien años.
S. Pedro de Siresa
Posteriormente el Santo Cáliz se trasladó (al trasladarse también la sede episcopal) a San Adrián de Sasabe, en la localidad de San Adrián, cerca de Aisa. Por lo menos hasta siete Obispos están sepultados en esta iglesia.
S. Adrián de Sasabe
En tiempos del Obispo Mancio II (1014-1033) la Sede Episcopal (y con ella el Santo Cáliz) se trasladaron a la Iglesia de la Corte, que se hallaba en el municipio de Bailo. En Bailo el Cáliz debió permanecer del 1014 al 1045.
Hacia el 1045 la Sede Episcopal se trasladó a Jaca. El Santo Cáliz se ubicaría primero en la Iglesia o Monasterio provisional, desde donde pasaría a la nueva Catedral de Jaca, cuya construcción finalizó alrededor del año 1063.
Catedral de Jaca
Finalmente, alrededor del año 1071 el Santo Cáliz fue llevado desde la Catedral de Jaca hasta el Monasterio de San Juan de la Peña, donde permanecería hasta el año 1399.
Monasterio de S. Juan de la Peña.
La larga permanencia del Santo Cáliz en San Juan de la Peña (desde comienzos del siglo XI hasta 1399) dio lugar a que surgieran las narraciones medievales sobre el Santo Grial. Las tradiciones más conocidas son la versión francesa de Chretien de Troyes (escrita entre 1181 y 1191) y la alemana de Wolfram von Echembach (finalizada en 1215). Recientemente el investigador alemán Michael Hesemann ha demostrado que la estancia del Santo Cáliz de Valencia en el monasterio de San Juan de la Peña fue el origen y modelo de la leyenda del Santo Grial narrada por von Echembach.
Wolfram von Eschenbach como caballero en el Codex Manesse.
S. Juan de la Peña
Por otra parte, la permanencia del Santo Cáliz en San Juan de la Peña pudo tener un reflejo iconográfico en la zona del pirineo español, zona en la que prolifera la representación de Vírgenes portando el Cáliz. Una de las conclusiones del I Congreso Internacional del Santo Cáliz de Valencia celebrado en noviembre de 2008 ha sido precisamente que debe profundizarse en el estudio de esta posible influencia.
Virgen portando el Cáliz de San Clemente Tahull siglo XII
De este modo, el Santo Cáliz fue llevado desde el Monasterio de San Juan de la Peña (donde había permanecido oculto más de trescientos años) hasta el Oratorio del Real Palacio de la Aljafería de Zaragoza. Más tarde fue trasladado a la Residencia del Rey Martín el Humano en Barcelona. En el Inventario de Bienes hecho en 1410, a la muerte de Martín el Humano, consta que entre los bienes muebles del monarca en Barcelona se halla el "Calix de vincle e calcedonia, lo cual, segons se diu, fo aquell ab que Jhsu Chist consegrà la sua Saneta e precisoa sanch lo dijous sant de la Cena..." .
Palacio de la Aljafería (Zaragoza)
Al morir Martín el Humano le sucedió en el Reino, en virtud del Compromiso de Caspe, su sobrino Don Fernando de Antequera. Y, como ya hemos dicho antes, fue su hijo y sucesor, Alfonso V el Magnánimo, el que hizo llevar el Santo Caliz desde Barcelona a su Palacio Real de Valencia, por el año 1414.
Palacio Real de Valencia, antes de su derribo en 1810
(El derribo del edificio fue un intento de los Borbones de borrar uno de los símbolos del pasado de Valencia como reino, ya que el Palacio Real representaba un emblema de poder y de gloria para la ciudad .)
(El derribo del edificio fue un intento de los Borbones de borrar uno de los símbolos del pasado de Valencia como reino, ya que el Palacio Real representaba un emblema de poder y de gloria para la ciudad .)
El 17 de marzo de 1437 el rey Alfonso V de Aragón, llamado el Magnánimo, hizo entrega solemne del Santo Cáliz a la Catedral de Valencia. De esta donación se conserva el documento público en el que se levantó acta de la misma.
Documento de ingreso
Alfonso el Magnánimo había trasladado su Corte desde Barcelona a Valencia el año 1424, llevando consigo el Santo Cáliz, el cual, antes de la entrega a la Catedral, estuvo depositado en el Palacio Real de Valencia. En el documento de entrega del Santo Cáliz a la Catedral de Valencia de 18 de marzo de 1437 se hace constar que se hace donación de "el Cáliz en que Jesucristo consagró la Sangre el Jueves de la Cena, hecho con dos asas de oro, cuyo pie, del mismo color que el Cáliz, está guarnecido alrededor de oro con dos rubíes y dos esmeraldas en el pie, y con veintiocho perlas, comparadas al grueso de un guisante, alrededor del pie de dicho Cáliz".
Pero en realidad no fue una donación, como tradicionalmente se piensa y ahora os lo explico.
Alfonso El Magnánimo solicitó al cabildo de Valencia un préstamo de 136.430 sueldos para costear la guerra de Nápoles y puso como aval la práctica totalidad de las reliquias que habían acumulado los reyes de Aragón durante el siglo XIV. El monarca se comprometió a devolver el crédito en cinco años y al no poder pagar se vio obligado a entregar el 18 de marzo de 1437 todas las reliquias. Entre ellas estaba el Santo Cáliz que según la tradición empleó Jesucristo en la Última Cena.
Durante la Edad Media se desató el fervor por poseer reliquias. Vicente Pons indica en su estudio que los reyes de Aragón reunieron a lo largo del siglo XIV, sobre todo en el reinado de Martin I El Humano, un considerable tesoro de piezas con un alto valor simbólico y representativo. Entre ellas, según consta en un inventario de 1410, estaba el supuesto Santo Grial utilizado por Jesucristo.
El relicario de los reyes de Aragón fue itinerante, con sedes en Barcelona, Zaragoza y Valencia. En un momento histórico en el que era muy complicado trasladarse a Jerusalén, la presencia de los relicarios convertía a las ciudades en destino de peregrinación.
El Cáliz llegó a Valencia en 1432. Alfonso El Magnánimo lo depositó en la capilla real de su palacio en Valencia y cinco años más tarde lo perdió al no poder hacer frente a la deuda.
Desde 1437 el Santo Cáliz ha permanecido casi ininterrumpidamente en la catedral valenciana.
El 3 de abril de 1744, día de Viernes Santo, el Santo Cáliz sufrió un pequeño percance. En aquellos tiempos se acostumbraba a utilizar el Santo Cáliz en los Oficios de Jueves y Viernes Santo para colocar en su interior la Sagrada Forma. El Arcediano Mayor y canónigo de la Catedral don Vicente Frígola Brizuela, que actuaba de Preste en los oficios, al ir a sacar la Sagrada Forma del Santo Cáliz, se desprendió de la copa, la cual resbaló y cayó al suelo, sufriendo un pequeño desperfecto. Recogidos inmediatamente y con todo cuidado los fragmentos, fueron colocados en el cofrecillo del Monumento y depositados luego en la Capilla de las Reliquias. Avisado el maestro platero Luis Vicent, acudió éste en la tarde de aquel mismo día con sus hijos, Luis y Juan, procediéndose a la recomposición de la Sagrada Copa, en presencia de varios Canónigos y del notario Juan Claver, levantándose la correspondiente acta de todo ello. El canónigo Don Vicente Frígola quedó tan impresionado por el percance que enfermó y murió a los quince días.
En marzo de 1809, ante el avance de las tropas francesas, y con el fin de salvar la reliquia de la rapiña de Napoleón, el Santo Cáliz fue sacado de Valencia y fue llevado primero a Alicante. De Alicante volvió a Valencia en febrero de 1810, pero en marzo de dicho año hubo de ser trasladado de Valencia a Ibiza, y en febrero de 1812 a Palma de Mallorca. De Palma de Mallorca el Santo Cáliz volvió a la Catedral de Valencia en septiembre de 1813.
En 1916, el entonces Arzobispo de Valencia, Monseñor Valeriano Menéndez Conde, junto con el cabildo de la Catedral, acordó instalar el Santo Grial en la antigua Sala Capitular de la Seo, en lugar del relicario en el que permanecía desde el siglo XV.
El Santo Cáliz tuvo también que abandonar la Catedral en 1936, durante la Guerra Civil española. El 21 de julio de 1936, pocas horas antes de que las hordas revolucionarias saquearan y quemaran la Catedral, el Santo Cáliz fue sacado del templo, envuelto en papel de seda, disimulado con un periódico. El Cáliz fue primero escondido en varios domicilios particulares de Valencia y luego en la población de Carlet, donde permaneció oculto hasta el 30 de marzo de 1939, cuando, finalizada la contienda, pudo volver a la Catedral. En este período fue decisiva la intervención de María Sabina Suey, que fue la que, con gran peligro para su vida, ocultó en los primeros meses en su domicilio la reliquia.
El año 1959, con motivo de la celebración del XVII Centenario del Martirio de San Lorenzo, el Santo Cáliz salió en peregrinación por tierras de Aragón, recorriendo de nuevo el itinerario seguido por la reliquia desde su venida a España.
El año 1982 el Papa Juan Pablo II visitó Valencia y celebró la Santa Misa con el Santo Cáliz. Era la primera vez que el Santo Cáliz era utilizado por un Papa, desde los tiempos de Sixto II.
El 9 de julio de 2006 fue el Papa Benedicto XVI quien utilizó en Santo Cáliz en la Eucaristía con la que se clausuró el V Encuentro Mundial de las Familias celebrado en Valencia.
Pero, ¿en realidad el Santo Grial no es otra cosa? ¿No está relacionado con la sangre de Cristo, con María Magdalena y una posible familia de sangre real?
No es que yo crea a pies juntillas lo que nos dice la Iglesia, ya sabéis que no es santo de mi devoción, pues ya sabemos la de historias que muchas veces nos cuentan. Pero si que reconozco y creo en la documentación y en los datos que se aportan y en este caso del cócigo da Vinci de Dan Brown, todos son refutables.
Esta teoria de momento, no se sostiene en documento histórico alguno y que no es tomado en serio por ningún especialista medianamente solvente.
El gran éxito editorial que ha supuesto la novela "El Código Da Vinci" ha difundido por todo el mundo una disparatada fábula según la cual el Santo Grial no sería sino la forma de denominar a los hijos que Jesús habría tenido con María Magdalena, que de repente se convierte en esposa de Cristo. Se trata de una hipótesis que no tiene respaldo en ningún texto antiguo, ni siquiera en los llamados evangelios apócrifos.
Apócrifo de Judas.
La citada novela (así como también otros libros sensacionalistas) pretende fundamentar semejante dislate en el evangelio apócrifo de Felipe. El evangelio apócrifo de Felipe forma parte de la colección de códices escritos en lengua copta y pertenecientes al siglo IV que se encontraron en 1945 en el pueblo de Nag Hammadi. Este texto, según opinión unánime de los especialistas (tanto católicos, como protestantes y agnósticos), no es una fuente histórica que nos proporcione información sobre el Jesús histórico. Además, del texto del citado evangelio apócrifo tampoco se deduce lo que se afirma en la citada novela. Para demostrarlo basta con leer el texto del evangelio apócrifo de Felipe, lo que puede hacerse en la siguiente dirección de internet:
Otro libro reciente, Los Illuminati y el Priorato de Sión, de Massimo Introvigne, pone también en evidencia todas las falsedades del Código Da Vinci. Una recensión de este libro puede leerse pinchando la siguiente fotografía:
En definitiva, no aguantan ningún estudio serio que se realize sobre estás hipótesis.
En cambio con el Cáliz de Valencia, se han hecho numerosos estudios. De los cuales los más importantes y eshaustivos, son los siguientes:
En los años cincuenta se realizó un análisis científico del Santo Grial que se custodia en la Catedral de Valencia.
De todas las operaciones que se realizaron, se levantaron actas notariales y llegando a la conclusión; "La parte superior del cáliz, la copa, está labrada en calcedonia -mineralógicamente un conglomerado de cristales submicroscópicos de cuarzo-, en una variedad llamada cornalina, de color rojo cereza, que también es conocida como cornarina o cornerina oriental. Se trata de un trabajo finísimo cuyo resultado produce que el material sea traslúcido. Mide 9,5 cms. de diámetro medio en la boca, 5,5 cms. de profundidad por el interior y 7 cms. de altura desde la base hasta el borde. Se determinó que esta pieza procede de un taller de Antioquía o Alejandría. El resto de elementos son añadidos, quizás de origen carolingio con una orfebrería excepcional".Inscripción
El Santo Cáliz que se conserva en la Catedral de Valencia se compone, en realidad, de tres partes distintas.
1.- La Copa de la Parte Superior.
Esta copa superior sería la utilizada por Jesús como Cáliz en la Última Cena. Se trata de una copa de piedra ágata cornalina oriental, semiesférica, de 9'5 centímetros de diámetro medio en la boca, 5'5 centímetros de profundidad por el interior y 7 centímetros de altura desde la base al borde; toda ella lisa, al interior y al exterior, sin ningún adorno, excepción hecha de una simple línea incisa, de corte redondeado, muy regular, que corre paralela al borde y a escasa distancia de él.
2.- La Parte Central.
Se trata de la vara con su nudo, de 7 centímetros de largo, que sirve como elemento de unión entre la copa y el pie, con añadidura de las asas y de una guarnición de oro purísimo, finamente burilado, que soporta el engaste en el pie de perlas y piedras. Se trata, claramente, de un añadido en relación con la copa original.
3.- La Parte Inferior.
Está formada por un vaso ovalado e invertido, del mismo color y parecido material que la copa. Los ejes de la base miden 14'5 centímetros. el eje mayor y 9'7 centímetros el eje central menor, y un pie casi rectangular con los lados cortos redondeados, rehundidos en el interior, con 4 y 3 centímetros de eje mayor y menor respectivamente, y una altura de 5 milímetros. Todo él lleva una guarnición de oro puro, sobre el cual van montadas 27 perlas, dos rubíes y dos esmeraldas de gran valor.
El Santo Cáliz fue examinado detalladamente en 1960 por el Catedrático de Arqueología de la Universidad de Zaragoza Don Antonio Beltrán, el cual, en su libro El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia (Valencia 1960), llegó a las siguientes conclusiones:
- Que el Cáliz resulta estar compuesto de tres partes, de las cuales dos gozaron de autonomía y en un momento determinado fueron unidas entre sí por la tercera. Es decir, los dos vasos unidos por el nudo. La única parte que sigue cumpliendo su primitivo papel es la copa, mientras que el actual pie fue un día pieza estimadísima, como lo demuestra el filete de oro que lo bordea. La orfebrería, aparte del valor funcional de servir de unión de copa y pie, sirvió para alhajar la sencilla copa y como muestra del aprecio en que se le tenía.
- Que la copa superior se remonta a la época comprendida entre el siglo I antes de Cristo y el I de nuestra Era, y fue labrada en un taller oriental de Egipto, de Siria o de la propia Palestina, por lo que bien pudo estar en la mesa de la Santa Cena” y “pudo ser el que Jesucristo utilizó para beber, para consagrar o para ambas cosas. Para efectuar esta datación el profesor Beltrán lo comparó con otros cálices de piedra pulida, provenientes de Palestina y fechados en el siglo I a.C., que se conservan en el Bristish Museum de Londres
Copas romanas fechadas en entre el año 1 y el 50 d.C. fabricadas en calcedonia similares el Santo Cáliz que se conservan en el Museo Británico
- Que el pie es un vaso egipcio o califal del siglo X u XI, añadido a la copa hacia el siglo XIV.
- Que las perlas y piedras preciosas que lo ornamentan son posteriores y pudieron ser sobrepuestas cuando el Santo Cáliz era venerado en San Juan de la Peña.
Copa romana de gran calidad, datada entre el año 10 a. C. y el 50 d. C. que se conserva en el Museo Británico
De este modo, y cuanto menos, queda acreditado que la copa conservada en Valencia (la parte superior a la que nos hemos referido), por su antigüedad, sí pudo ser utilizada por Jesús en su Última Cena.
El I Congreso Internacional de Santo Cáliz de Valencia que se celebró en esta ciudad los días 7, 8 y 9 de noviembre de 2008, que ha servido para que un grupo de investigadores de diferentes países y disciplinas hayan expuesto lo último que se conoce sobre esta reliquia.
Concluyó con que los trabajos y conclusiones del profesor Beltrán continúan siendo válidos, si bien ha instado a que se puedan efectuar sobre las distintas partes del Santo Cáliz nuevas investigaciones arqueológicas con técnicas modernas que no existían en 1960.
Apuntar que la prueba del carbono catorce, solo es aplicable a materia orgánica, por lo cual no se puede realizar. Lo que se podría conseguir con otros estudios es saber la región donde fue extraída la piedra. Ya que este tipo de copas fueron utilizadas en la región de Palestina y se dejaron de hacer a finales del siglo I.
El último estudio sobre el Santo Cáliz fue realizado por el profesor alemán, Michael Hessmann (catedrático de historia), y en cuyo libro titulado «Die Eneeckung des Heilligen Grars», afirma que el Santo Cáliz que se conserva en Valencia corresponde al que usó Jesús en la Última Cena.
Atte: Jesús Vila
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