La venganza catalana (Los Almogávares de Roger de Flor).
Reproductor: Borina Pagana (Lurte)
Bueno, pues ya estoy de nuevo por aquí, este post voy a centrarlo en los almogávares de Roger de Flor, pues fueron los protagonista de este trozo de nuestra historia, mal que le pese a los nacionalistas catalanes. Pues hacen suyos a los almogávares. Cuando en esas tropas habian gentes de distintas nacionalidades, clase y condición. Lo único irrefutable es que combatieron bajo la bandera del reino de Aragón, el cual hoy en día esta incluido en otro reino, al cual conocemos como España.
Compañias de Almogávares, existieron varias. Las principales estuvieron en Aragón y en Castilla.
Como he dicho antes, aparte de hablar de este cuerpo de guerreros de élite, voy a centrar el tema en los sucesos ocurridos a partir del asesinato de Roger de Flor junto a cien altos mandos de los almogávares a manos de mercenarios alanos, contratados por Miguel IX Paleólogo. Que pasaron a la historia con el nombre de "Venganza Catalana".
Espero que os guste. Atte: Jesús.
¡Desperta Ferro! era su grito de guerra pero: ¿quiénes eran los Almogávares? La equivalencia aragonesa de los peones de Castilla, pero no solo eso, los Almogáraves fueron la milicia mercernaria más temida, poderosa y letal de su tiempo. Juan Antonio Cebrían en sus "Pasajes de la historia" nos cuenta algo más sobre éstos desconocidos y apasionantes personajes. Epica la narración de J. Antonio.
Corría el año 1303 cuando el emperador de Bizancio, Andrónico II Paleólogo, decide tomar a su servicio a una tropa de mercenarios aragoneses, los almogávares. Lo que en un primer momento parecía una decisión acertada derivó en un episodio que entró en la historia negra de Grecia con el nombre de la Venganza Catalana.
Andrónico II Paleólogo:
Andrónico II Paleólogo (25 de marzo de 1259 – 13 de febrero de 1332), emperador bizantino, fue el hijo mayor de Miguel VIII Paleólogo, a quien sucedió en 1282. Reinó hasta 1328.
Durante su reinado, dejó que la flota, que su padre había organizado, entrase en decadencia, y de este modo al imperio le resultó más difícil oponerse a las demandas de tributo por parte de las potencias rivales de Venecia y Génova.
En su época, los turcos otomanos bajo Osmán I conquistaron casi toda Bitinia, siendo derrotados los bizantinos en la batalla de Bafea (1302). Para luchar contra ellos, el emperador pidió ayuda a Roger de Flor, capitán de un regimiento de mercenarios aragoneses y catalanes llamados almogávares conocido como Gran Compañía Catalana. Los turcos fueron derrotados, pero Roger de Flor se convirtió en un enemigo importante para el poder imperial. Roger fue asesinado por el hijo de Andrónico y co-emperador (al que a menudo se conoce como Miguel IX, aunque nunca reinó en su propio nombre) en 1305 y los almogávares, para vengar su muerte, declararon la guerra a Andrónico y, tras devastar Tracia y Macedonia, conquistaron el Ducado de Atenas y Tebas. La venganza fue tan horrible que en historia se conoce como la «venganza catalana», y en Grecia existe un maldición: «¡Ojalá te alcance la venganza catalana!».
A partir de 1320, el emperador estuvo en guerra con su nieto Andrónico. Abdicó en 1328 y murió en 1332.
En 1274 se había casado con Ana de Hungría, hija del rey Esteban V, con quien tuvo dos hijos:
1. Miguel IX Paleólogo
2. Constantino
Tras la muerte de ésta en 1281, Andrónico se casó con Yolanda, hija de Guillermo VII de Montferrato, que tomó el nombre de Irene y le dio cuatro hijos:
1. Juan (h. 1286 – 1308)
2. Teodoro I, marqués de Montferrato (1291 - 1338)
3. Demetrio (murió después de 1343)
4. Simonides (1294 – después de 1336), que se casó con el rey de Serbia, Stefan Uroš II Milutin
También tuvo, al menos, dos hijas ilegítimas:
1. Irene, esposa de Juan II, déspota de Tesalia
2. María, esposa de Tokhta o Tojta, kan de la Horda de Oro
Fin del Spoiler.
Almogávares
Los almogávares fueron unas tropas de choque de la Corona de Aragón formadas por infantería ligera, activos en el Mediterráneo entre los siglos XIII y XIV. Son equivalentes a los entonces llamados peones en Castilla. Sobre el origen del nombre existen diversas teorías: su origen en el árabe المغاور al-mugāwir («el que realiza una expedición») o en المخابر al-mujābir («el portador de noticias»), y finalmente una tercera teoría sostiene que viene del adjetivo gabar, que se traduce como «orgulloso» o «altivo».
Estas tropas estaban integradas principalmente por oficiales aragoneses y catalanes, y una tropa que en su origen estuvo formada por campesinos y pastores oriundos de los valles pirenaicos, y en la época de su mayor actividad procedían de toda la Corona de Aragón, incluidos valencianos, mallorquines, sicilianos, sardos, calabreses, occitanos e incluso griegos y turcos, así como gallegos y asturianos que se unieron a las tropas del rey de Aragón durante la expedición por el imperio bizantino, teniendo como lenguas de habla y comunicación exclusivamente el aragonés y el catalán, pues jamás lo hicieron en castellano.(Sobre esto habría mucho que hablar, pues en esa época aún no existía el castellano como tal. En cambio si que se hablaba el Romance o sus variantes en Castilla, Valencia, Aragón, etc.)
Los almogávares se habían arruinado por las continuas incursiones contra las tropas árabes y actuaron como mercenarios al servicio del rey de Aragón. Se caracterizaban por ser tropas de choque de infantería que combatían a pie, con armas y bagajes ligeros, generalmente con un par de lanzas cortas (azconas), un cuchillo largo (llamado coltell) y a veces un pequeño escudo redondo como única defensa. Llevaban la barba crecida y vestían pobremente, únicamente un camisón corto (tanto en verano como en invierno), llevaban un grueso cinturón de cuero y calzaban abarcas de cuero. Además siempre llevaban consigo una buena piedra de fuego, con la que antes de entrar en batalla solían golpear sus armas, por lo que estas echaban unas enormes chispas, que unidas a sus terribles gritos, aterrorizaban a sus enemigos. De gran valor y fiereza, entraban en combate al grito de «Desperta Ferro! Matem, matem», «San Jorge!» o «Aragón!».
Descripción hecha por Desclot
Esta es la famosa descripción de un almogávar hecha por Bernat Desclot en su crónica llamada Libro del Rey Pedro de Aragón y de sus antecesores pasados:
Estas gentes que se llaman Almogávares no viven más que para el oficio de las armas. No viven ni las ciudades ni las villas, sino en las montañas y los bosques, y guerrean todos los días contra los Sarracenos: y penetran en tierra de Sarracenos una jornada o dos, saqueando y tomando Sarracenos cautivos; y de eso viven. Y soportan condiciones de existencia muy duras, que otros no podrían soportar. Que bien pasarán dos días sin comer si es necesario, comerán hierbas de los campos sin problema. Y los adalides que los guían conocen el país y los caminos. Y no llevan más que una gonela o una camisa, sea verano o invierno, y en las piernas llevan unas calzas de cuero y en los pies unas abarcas de cuero. Y traen buen cuchillo y buen correa y un eslabón en el cinto. Y trae cada uno una buena lanza y dos dardos, así como una panetera de cuero a la espalda, donde portan sus viandas. Y son muy fuertes y muy rápidos, para huir y para perseguir; y son catalanes y aragoneses y sarracenos. Bernat Desclot, Libre del rei en Pere e dels seus antecessors passats, cap. LXXIX.
Un testimonio de Jerónimo Zurita en sus Anales de Aragón sitúa a los almogávares en época de Alfonso I de Aragón reforzando hacia 1105-1110 la fortaleza de El Castellar con vistas a la conquista de Zaragoza:
Gánase Tahuste. Guarda de almogávares. De allí fue discurriendo más adelante y tomó el lugar de Tahuste junto a las riberas de Ebro; el cual se ganó por la valentía y grande esfuerzo de don Bachalla. Y poco después comenzó a poner gente plática en la guerra y muy ejercitada en ella, que llamaban almogávares, en el Castellar para que estuviesen en frontera contra los moros de Zaragoza.
J. Zurita, Anales de Aragón, cap. XLI «De las guerras que el emperador don Alonso [por Alfonso I el Batallador] hizo a los moros»
Los inicios: Península Ibérica y Sicilia
Se empieza a tener noticias de este cuerpo a partir de principios del siglo XIII, cuando solían hacer incursiones en tierras musulmanas (de una duración de uno a dos días), estructurados en escuadrones de doce hombres, comandados por un almugaten (del árabe al-mucaddem, «el capitán», «el que dirige») y si era una operación de mayor envergadura por un adalid (del árabe al-dalla, «enseñar el camino», "guía"), de designación real. Formaban una hueste numerosa,puesto que Pedro III de Aragón (1276-1285) llevó a unos 15.000 en sus expediciones a Túnez y Sicilia, y lucharon también en tierras catalanas durante la Cruzada contra la Corona de Aragón bajo mando de Roger de Lauria, participando en la batalla del collado de las Panizas (en catalán, Coll de Panissars).
Los almogávares en el Imperio bizantino
Tras combatir en la Reconquista y en el sur de la península Itálica, realizaron sus gestas más importantes en Oriente, principalmente en el Imperio bizantino durante el siglo XIV. La expedición de los almogávares al Imperio Bizantino es fruto de tres situaciones: * Federico II de Sicilia quería deshacerse de los almogávares, ya que estaban causando desórdenes en la isla al haberse quedado sin ningún cometido tras firmarse la paz de Caltabellota (1302). Este acuerdo puso fin a las luchas entre la casa de Anjou y la de Aragón, dejando Nápoles para Carlos II de Anjou y Sicilia para Federico. * Después del mismo acontecimiento, el antiguo templario Roger de Flor (Brindisi 1266 (?)- Adrianopolis 1305) tenía interés en no ser entregado por sus antecedentes en manos de sus adversarios, ya que Federico tenía muy buena relación con la Santa Sede y tuvo miedo de que la orden del Temple lo reclamara. * El emperador bizantino Andrónico II Paleólogo tenía urgente necesidad de tropas para conjurar el peligro turco que avanzaba desde Asia Menor. Se forma así la Gran Compañía Catalana teniendo al frente a Roger de Flor, que pidió esposa y el título de Mega Dux, al emperador bizantino, lo cual le fue concedido. La expedición zarpó de Sicilia en el verano de 1302 contando con 32 naves y 2.500 soldados, que, junto con sus mujeres e hijos, contabilizaban un total de 7.000 personas. Tras su llegada a territorio bizantino, y tras una escaramuza con unos genoveses que deja a 3.000 de ellos muertos, entran en batalla contra los turcos, terminando con la vida de unos 13.000 (todos los varones mayores de diez años, no se hacían prisioneros). Prosiguen obteniendo grandes éxitos en su lucha, tomando Filadelfia, Magnesia y Éfeso, y obligando a los turcos a retirarse en Cilicia y en Tauro. Ramón Muntaner, uno de los integrantes de la expedición, narra en su Crónica de los Almogávares que en la batalla de Monte Tauro se enfrentaron a un ejército de unos 40.000 turcos, que se retiraron tras perder aproximadamente 18.000 hombres. Sin embargo, luchas de poder y problemas de avituallamiento hacen que se encaminen hacia Tesalia, que un siglo antes había caído en manos de barones francos tras la Cuarta Cruzada, y no había sido recuperada por los emperadores de Nicea al tomar Constantinopla. En 1304, el emperador de Bizancio nombra césar a Roger de Flor, lo cual fomenta las intrigas palaciegas. Tras pasar el invierno en Gallípoli, planean regresar a su lucha contra los turcos, pero Miguel, hijo del emperador, invita a Roger de Flor a una celebración en su honor en Adrianópolis. Tras los festejos, unos mercenarios alanos contratados para tal efecto asesinan a Roger de Flor y a la guardia que lo acompañaba: era el 4 de abril de 1305. Confiaban que los almogávares, sin líderes, se rindieran. Éstos, hacen justo lo contrario, comienzan la llamada «venganza catalana», arrasan pueblos y aldeas y derrotan a los griegos. Alarmado el Emperador, manda un gran ejército contra ellos, pero los almogávares se alzan con la victoria, matando a unos 26.000 bizantinos. A continuación persiguen a los mercenarios alanos, asesinándolos a todos menos a sus mujeres: 8.700. Los almogávares y el ducado de Atenas
Terminada su venganza, los almogávares forman un consejo de gobierno (Consell de Dotze) y son contratados por el duque de Atenas para luchar contra los griegos. Sin embargo, una vez realizado el trabajo, el barón franco se niega a pagarles y los almogávares se enfrentan a él, derrotándolo en la batalla del río Cefis (1311) y toman posesión del ducado en nombre de la Corona de Aragón, negándose a devolverlo al teórico legítimo heredero del barón. El Papa los insta a devolver el territorio, pero al negarse, los excomulga en 1318. En este periodo, los almogávares aprovechan para ampliar sus territorios con Neopatria (las tierras del duque de Tesalia, muerto sin descendencia), pasando estas tierras al control de la Corona de Aragón. En 1331, un fuerte ejército armado en Francia con el beneplácito del Papa intenta recuperar Atenas, pero es derrotado. El dominio de los reyes de la Corona de Aragón sobre estos ducados se mantuvo hasta 1391. Sus caudillos más importantes fueron Roger de Flor, Bernat de Rocafort y Berenguer de Entenza.
Legado almogávar en la cultura contemporánea
Recientemente, además de haber sido rescatados del pasado para ser representados en numerosas comparsas y desfiles de fiestas populares, los almogávares han inspirado algunas obras de ficción: * En 1958 el escritor Ramón J. Sender escribió y publicó la novela Bizancio, ambientada durante la epopeya almogávar. * En enero de 1995 la hoy en día desaparecida editorial barcelonesa Joc Internacional publicó el juego de rol Almogàvers, creado por Enric Grau. Además de ser el primer juego de rol enteramente redactado en catalán, Almogàvers ambienta su universo de juego en el período de las incursiones almogávares. * En 2006 fue estrenada la película Tirante el Blanco, de Vicente Aranda. A pesar de pertenecer a una época ligeramente posterior a la de los almogávares el personaje de Tirante el Blanco se inspira parcialmente en el jefe almogávar Roger de Flor y la película está históricamente situada en el período de la pérdida de Constantinopla, ciudad de destino habitual de las expediciones almogávares.
* La última que tengo noticia es la novela histórica "La promesa del Almogavar" de Francisco Oliver Jarque. De la cual os pongo aquí una pequeña introducción para haceros los dientes largos.
“Corona de Aragón principios del siglo XIII.
Desde Teruel, último bastión cristiano del reino, el joven Diego de Marcilla parte a la nueva cruzada proclamada por el Papa.
Su objetivo es cumplir una promesa de amor disponiendo de un plazo de cinco años para conseguir fortuna suficiente con la que ser aceptado por la familia de su amada. Con el tiempo descubrirá que la guerra, sus horrores, y la intransigencia que conlleva no son el medio más honesto para alcanzar su objetivo: la mano de Isabel de Segura.
“La promesa del almogávar” es una novela histórica con la que el lector paseará por distintos escenarios, desde Occitania al Al Ándalus, será testigo de la cruzada Albigense, de la persecución de los cátaros, conocerá las Cortes de Amor y el mundo de los trovadores, tendrá acceso a las intrigas de los harenes califales, vivirá en primera línea batallas como las Navas de Tolosa o el desastre de Muret.
El plazo termina. Tras múltiples vivencias y aventuras Diego de Marcilla ha madurado dejando atrás al muchacho que era. Ahora toca retornar a su tierra, pero ya nada es igual”.
Fin del Spoiler.
Aquí tenéis al inagualable J. Antonio Cebrián haciéndonos vibrar con sus narraciones.
Los almogávares eran tropas mercenarias de infantería ligera. Sus miembros habían quedado arruinados debido a las razzias árabes y habían tomado el oficio de las armas, organizando incursiones de pocos hombres en territorio árabe. Poseían lo justo: una camisa, un par de lanzas, una espada corta, a veces un escudo y una gran piedra para encender fuego que golpeaban contra su espada haciendo saltar chispas antes de entrar en combate, mientras entonaban su grito de guerra "¡Desperta ferro!" o "¡Aragón!". Incluso para los estándares de la época tenía que ser un espectáculo impresionante que debía quitar las ganas de pelear a más de uno.
Durante el enfrentamiento entre la Corona de Aragón y el Reino de Sicilia que siguió a las Vísperas Sicilianas, los almogávares jugaron un importante papel desembarcando detrás de las líneas enemigas para dedicarse a la guerra de guerrillas, desviando tropas napolitanas del esfuerzo principal. Cuando acabó la guerra el nuevo rey aragonés de Sicilia se encontró con el problema de qué hacer con estos endurecidos mercenarios sin ocupación que ya empezaban a causar problemas con la población local.
Vísperas Sicilianas:
Por Vísperas sicilianas se conoce al acontecimiento histórico de la matanza de franceses en Sicilia en el año 1282, que acabó causando la desaparición del dominio de Carlos I de Anjou en la isla, sustituido por la influencia de la Corona de Aragón. Las Vísperas sicilianas (1846), de Francesco Hayez.
El 30 de marzo de 1282, cuando las campanas de las iglesias de Palermo llamaban al oficio de vísperas, se produjo un levantamiento del pueblo de Palermo, que masacró la guarnición francesa (angevina) presente en la ciudad. El levantamiento se extendió a otras localidades de la isla, como Corleone y Mesina, hasta que se expulsó completamente de la isla a los franceses. Los sicilianos llamaron en su ayuda al rey Pedro III de Aragón. Pedro III podía alegar en favor de su causa los derechos de su mujer Constanza, hija del rey Manfredo, de la casa de Hohenstaufen, que gobernó en Sicilia y Nápoles hasta su derrota y muerte a manos de Carlos I de Anjou en la batalla de Benevento.
La guerra prosiguió tras las muertes de Carlos I de Anjou y de Pedro III de Aragón, sostenida por sus herederos Carlos II el Cojo, por la parte angevina, y Alfonso III y Jaime II por la aragonesa. Finalmente, tras el agotamiento del ejército angevino, se firmó en 1302 la Paz de Caltabellota, que supuso la independencia de Sicilia bajo el gobierno de Fadrique, hermano de Jaime II de Aragón. Nápoles permaneció en manos de la dinastía angevina.
Los acontecimientos relativos a las Vísperas sicilianas se encuentran relatados en varias crónicas medievales, entre las que cabe citar la famosa Crónica de Ramón Muntaner, donde se afirma que la chispa que encendió la rebelión en Palermo fue el ultraje que unos angevinos perpetraron a unas damas sicilianas.
Antes de que la situación se deteriorase más, los almogávares buscaron algún otro gobernante al que ofrecer sus servicios, decidiéndose por el emperador bizantino Andrónico II. En la elección influyó que su líder, Roger de Flor, tenía un contencioso con sus antiguos compañeros templarios a cuenta de un tesoro que se había extraviado durante el desalojo de San Juan de Acre. Bizancio, por su lejanía, era la opción perfecta, más aún cuando los bizantinos siempre estaban dispuestos a pagar para compensar su endémica falta de soldados.
Roger de Flor:
Roger de Flor, también conocido como Rutger Blume o Roger von Blume, (Brindisi, c. 1266 - Adrianópolis, Imperio bizantino, 1305) fue un caballero templario y caudillo mercenario al servicio de la corona de Aragón, ejerciendo como uno de los capitanes de los almogávares.
Infancia y juventud
Su padre Ricardo (muerto en la batalla de Tagliacozzo) era un oficial de cetrería del emperador Federico II y su madre una burguesa de Brindisi, localidad en la que nació. Arruinada su familia, su madre lo confió a un caballero del Temple, orden en la que acabaría profesando como "hermano sargento", al mando de un navío llamado "Halcón".
Participó en la última cruzada a Tierra Santa, donde se distinguió en la defensa de San Juan de Acre (1291). Sin embargo, los templarios le acusaron de haberse apropiado de tesoros de la orden en la confusión en la que se desarrolló el desalojo de la ciudad, por lo que fue expulsado de la orden. Aprovechando su experiencia militar, se hizo mercenario, entrando al servicio del rey Federico II de Sicilia (hijo de Pedro III el Grande de Aragón).
Federico puso a Roger de Flor al mando de las compañías de almogávares, mercenarios aragoneses y catalanes que habían sido empleados por la Corona de Aragón en la conquista de Valencia y Mallorca y más tarde para que la Casa de Aragón consolidase su dominio de Sicilia frente a las pretensiones de la Casa de Anjou. Participó en la defensa de Mesina en 1302 demostrando dotes de auténtico líder.
Tras la Paz de Caltabellota (1302) entre Carlos II de Anjou y Federico de Sicilia, en 1303 se puso al servicio del emperador bizantino Andrónico II Paleólogo, para ayudarle contra el peligro turco, al mando de una expedición de 4.000 almogávares, 1.500 soldados de caballería y 39 naves enviada por Federico (la Gran Compañía Catalana). Desfiló al mando de los almogávares, los cuales le tenían gran estima, ante el emperador bizantino en la ciudad de Constantinopla. Al mando de los almogávares aniquiló a los genoveses de Constantinopla, cosa que agradeció el emperador, harto de su tutela, pasó a Anatolia y tomó las ciudades de Filadelfia, Magnesia y Éfeso, rechazando a los turcos hasta Cilicia y la Tauro (1304) siempre en batallas en inferioridad numérica.
También durante la primavera de 1304 tuvo lugar una batalla entre los almogávares e invasores escitas procedentes del norte del Mar Negro (alanos), que fueron derrotados. En recompensa por los servicios al imperio, Andrónico le concedió el título de megaduque (comandante de la flota) y la mano de María, su sobrina e hija del zar de Bulgaria. Las batallas anteriores habían sido cortas y se provocaron mayor número de víctimas sobre todo en la retirada de los turcos del campo de batalla. Fueron de menor intensidad comparadas con la que se produjo cerca de las Puertas de Hierro. Roger de Flor y 8.000 almogávares derrotaron a un ejército turco compuesto por 30.000 soldados, en su mayoría jenízaros, causando 18.000 muertos enemigos. Después de esta gran victoria, los turcos se pensaron dos veces atacar de nuevo al Imperio Bizantino durante varios años y Roger fue proclamado césar del Imperio, concediéndole aquél en feudo los territorios bizantinos en Asia Menor, con excepción de las ciudades. En la batalla destacó Berenguer de Entenza que había apoyado a Roger con 1.000 almogávares. A éste se le concedió el título de megaduque a petición de Roger.
Estratégicamente, la posición de Roger de Flor y Berenguer de Entenza en Bizancio favorecía el proyecto Rex Bellator de Ramón Llull, que proponía en su Liber de Fine la ruta del Sur (Almería-Granada-Norte de África-Egipto) para proseguir la Cruzada, con ventaja de los reyes de la Corona de Aragón, en caso de que hubiesen conseguido encabezar las órdenes militares unidas.
Sin embargo, la situación de los almogávares en el imperio no era cómoda. Por una parte, al parecer cometieron excesos con la población griega local. Por otra, parece que la ambición de Roger de Flor era grande y pretendía erigirse en soberano de los territorios conquistados. Finalmente, su creciente ambición e influencia despertaron la hostilidad de Miguel IX, hijo de Andrónico II y asociado al gobierno del imperio. Así, éste le hizo asesinar en Adrianópolis durante un banquete junto con más de un centenar de jefes almogávares (5 de abril de 1305), y atacó posteriormente a las tropas almogávares. Sin embargo, no sólo no pudieron acabar con ellos, sino que los supervivientes, bajo el mando de Berenguer de Entenza, contraatacaron y arrasaron todo cuanto encontraron a su paso en Tracia y Macedonia (hechos conocidos como Venganza catalana). Finalmente se creó un ducado (Atenas y Neopatria) nominalmente dependiente de la Corona de Aragón.
La figura de Roger de Flor alcanzó difunsión entre sus contemporáneos gracias a la Crónica de Muntaner, inspirando la obra Tirante el Blanco, de Joanot Martorell. Una de las unidades de la BRIPAC lleva su nombre.
Roger de Flor vs Andronico II Paleólogo
Fue el inspirador y creador de la epopeya almogávar en Bizancio.
Su asesinato, ordenado por el Coemperador Miguel Paleólogo, en la ciudad imperial de Adrianópolis, puede ser calificado como una de las peores conspiraciones de la Edad Media, y cuyas terribles consecuencias nos pueden descubrir muchas de las claves que marcaron decisivamente la Historia que fue y la que no fue.
Roger de Flor llegó a Constantinopla unos años antes en loor de multitudes. El Emperador Andrónico Paleólogo le concedió las máximas dignidades imperiales y le dio en matrimonio a su propia nieta, la Princesa María.
Su misión consistía fundamentalmente en expulsar a los turcos que saqueaban el Imperio. Para tal menester contaba con la mejor Infantería de la Edad Media, Los Almogávares, bravísimos soldados españoles cuya furia en el combate revestía carácter sobrenatural.
Roger de Flor se fue a Bizancio huyendo de los poderosos enemigos que le acosaban y que le obligaron a tomar sendas peligrosas y desconocidas.
La Salvación de Bizancio
Perseguido por la Iglesia, por su pasado templario, por Francia y por parte de la Casa de Aragón, una vez que finalizó sus servicios al Rey Fadrique de Sicilia, proyectó magistralmente una de las historias más deslumbrantes de la Edad Media: La Salvación de Bizancio frente al Turco.
La vida no le había resultado fácil; siempre huyendo de sus enemigos interiores y exteriores, Roger de Flor planifica para la Compañía Almogávar el mejor escenario de batallas y gloria que un soldado cristiano de la época podía desear: defensa de la Fe, engrandecimiento de la Patria y suculentos botines.
Nada más llegar a Bizancio se inició la campaña contra los turcos que resultó terriblemente destructora para éstos.
Los Almogávares asaltaron los campamentos turcos, liberaron las ciudades bizantinas ocupadas o sitiadas, venciéndoles en sucesivas batallas, hasta que ocurrió la increíble victoria almogávar en el Monte Tauro el día quince de Agosto de 1304, festividad de la Asunción de la Virgen, en la que siete mil almogávares arrollan a un Ejército de treinta mil turcos.
Desde ese momento, los turcos dejaron de ser ya una amenaza seria para Bizancio. Roger de Flor había cumplido ya su difícil misión. El contrato con Bizancio había sido cumplido de forma magistral. La nueva Paz en Bizancio se vislumbraba con inusitada fuerza gracias a Roger de Flor y sus aguerridos Almogávares.
Roger de Flor no cruzó su Rubicón
Hay momentos en la vida de un héroe que marcan su inmortalidad. Julio César alcanzó su inmortalidad cuando desoyendo las indicaciones del Senado Romano, cruzó el Rubicón y conquistó Las Galias. O siglos antes, cuando Alejandro Magno, según cuenta la leyenda, cortó el nudo gordiano y a continuación conquistó Asia.
Alejandro en la batalla de Issos. Fragmento del mosaico romano
Roger de Flor pudo haber sido un segundo Alejandro Magno
Roger de Flor tuvo la inmortalidad al alcance de su mano. Después de su prodigiosa Victoria en el Monte Tauro, tenía abiertas de par en par las puertas de Asia. Hay un gran paralelismo entre la Batalla de Issos, en la que Alejandro Magno venció a Darío III, y la Batalla del Monte Tauro. Con una proximidad entre ambas que nos invita a soñar, podemos imaginarnos lo que habría cambiado la Historia si Roger de Flor y sus 7.000 Almogávares se hubieran dirigido a Tierra Santa, o a la India, o a Egipto.
¿Y por qué no lo hizo, por qué no cruzó su Rubicón hacia la inmortalidad?
El conflicto interior de Roger de Flor El carácter de Roger venía determinado por una infancia y una adolescencia muy difíciles en las que los conflictos de todo tipo constituyeron sus motores existenciales.
Los pérfidos políticos bizantinos pronto descubrieron el “Talón Aquiles” que constituían en Roger los miedos y dificultades que le acompañaron desde que nació.
Los bizantinos concedieron a Roger los reconocimientos y honores oficiales que nunca antes tuvo en vida. Le halagaban el oído y le realizaron suntuosas demostraciones falsas de insincero afecto. Debilitaron su espíritu militar para convertirles en un instrumento más de la decadente política bizantina. Además, le emparentaron con la Familia Imperial para hacerle creer que era uno más de ellos, concediéndole la dignidad de Megaduque del Imperio.
La Traición bizantina
La Traición Bizantina tuvo sus manifestaciones previas al asesinato de Roger: el robo de los tesoros almogávares custodiados en la ciudad bizantina de Magesia, el pago a los servicios militares de Los Almogávares con moneda devaluada, etc... Circunstancias adversas todas ellas que anticipaban un fatal final para el Caudillo Almogávar. Hasta su propia esposa María, la nieta del Emperador, le prevenía de lo retorcido y traicionero de una Corte en la que había crecido y sido educada. Los mismos amigos de Roger le aconsejaban que fuera prudente y cauteloso frente a los griegos que no cesaban en dar pruebas de enemistad hacia el Ejército que le había liberado de sus peores enemigos. Sin embargo, Roger se mostraba ausente y embelesado por los sueños de grandeza imperial que habían germinado en su persona, fruto de hábiles maniobras imperiales. Roger no atendía a los consejos de advertencia, pecó de autosuficiencia y eso le costó su fatal destino.
Asesinato de Roger de Flor
La imprudencia de Roger causó no sólo su propia perdición, sino también la de miles de sus Almogávares que estaban desparramados por todo el Imperio.
El lugar de su vil asesinato no podía ser más alevoso y premeditado: un banquete imperial celebrado en el Palacio de la ciudad de Adrianópolis.
El Coemperador Miguel Paleólogo fue el instigador de su crimen, que fue ejecutado por el General Georgio de las fuerzas auxiliares de Los Alanos, que con ello vengó la muerte de su hijo en manos de Los Almogávares unos meses antes.
En ese día fatídico para el Imperio en que ocurrió el asesinato de Roger, el 4 de Abril de 1304, el tiempo transcurrió con una lentitud criminal, como si anticipase las sangrientas venganzas que aquel hecho iba a ocasionar.
En mi opinión, el crimen de Roger fue un acto suicida de los bizantinos, una inmolación retardada de la que ya nunca más se recuperarían.
Con la muerte de Roger, se inició una cacería humana contra los españoles residentes en el Imperio que afectó a más de 5000 Almogávares y otros tantos comerciantes españoles. Una furia antiespañola alimentada no sólo por los políticos bizantinos sino también por los genoveses, verdaderos usufructuarios del Imperio que temían el creciente poder militar y comercial de los españoles de Aragón.
Matando a Roger, Bizancio se suicidaba, pues acababa con la única fuerza militar capaz de ahuyentar a sus crecientes enemigos. En ese día negro, Bizancio comenzó a morir de verdad, pues ya ninguna ayuda podría esperar de Occidente con esa ingratitud tan manifiestamente criminal.
La Venganza Catalana
Muerto Roger, los 2000 Almogávares supervivientes se reagruparon en la ciudad de Galípoli en busca de un lugar desde el cual vengar la muerte de su Caudillo y la de miles de sus compatriotas.
Pero es muy cierto que esa llamada Venganza Catalana fue en la mayor parte de sus capítulos una lucha por su supervivencia en un territorio hostil decidido a exterminarles. Los Almogávares, sin aliados, sin avituallamientos, acorralados, salieron a campo abierto a vender caras sus vidas y al final resultó que fueron capaces de vencer a cuantos Ejércitos, muy superiores en número, se dirigieron contra ellos.
Las increíbles batallas de Galípoli y Apros están escritas en la Historia Militar con de las más asombrosas por los estudiosos.
Los Almogávares se había convertido en dioses de la guerra, y no pararon hasta arrasar y destruir todo lo que participó en el asesinato de Roger y de sus Hermanos.
Fin del Spoiler
Los bizantinos, que hacía menos de cincuenta años que había recuperado su capital tras el desastre de la Cuarta Cruzada, estaban sufriendo la constante presión de las tribus turcas en Anatolia. El emperador ofreció a Roger de Flor la mano de su sobrina y el título de megaduque (a los bizantinos les encantaban los títulos rimbombantes). Fundaron entonces la Gran Compañía Catalana y pusieron rumbo a Constantinopla. El rey Federico III de Sicilia estuvo encantado de poner a su disposición barcos para librarse de ellos "transportar" a 1500 marineros y 4000 almogávares junto con sus familias.
Cuarta Cruzada:
A pesar de que aún mantienen un cierto halo romántico, las cruzadas, como toda guerra, estuvieron plagadas de sangrías y hechos vergonzosos. Pero dentro de su leyenda negra posiblemente el lugar más destacado lo ocupe la Cuarta Cruzada: una expedición contra el infiel que acabó, por medio de engaños, bañándose en la sangre de miles de cristianos. Venecia, año 1202. Un ejército cruzado acampa en la pequeña isla del Lido, esperando a embarcar hacia Egipto. Señalado como el punto débil del sultanato islámico, Egipto se cree peor defendida que Siria, es una provincia muy rica y una buena base desde donde acometer sobre Palestina. Los cruzados están hartos de esperar. Han acudido muchos menos de los que se esperaban y no tienen el dinero prometido a los venecianos a cambio del apoyo de su flota. Los venecianos son, ante todo, mercaderes, y no están dispuestos a poner en juego sus naves sin recibir una buena compensación. Además, amenazan con cortar los suministros si no reciben lo acordado. Lo que los cruzados no saben es que Venecia acaba de firmar un beneficioso acuerdo comercial con Egipto. Lo último que quiere ahora es un ataque contra su nuevo socio, con el que se ha comprometido a no emprender ninguna acción militar en su contra. Cuando más tensa está la situación el Dogo de Venecia ofrece una solución a los líderes cruzados: llevarán a su ejército a pesar de que el pago no llegue al estipulado… a cambio de un favor. Hace no mucho que Venecia ha perdido la estratégica ciudad de Zara, en la actual Croacia, a manos del rey de Hungría. Los cruzados deberán ayudarles a recuperarla de camino a Egipto. Esto supone usar el ejército de Dios para atacar a otro rey cristiano. Algunos se revelan contra la idea, pero los líderes de la cruzada, puestos entre la espada y la pared, aceptan. Cuando el Papa se entera ordena que se retracten, pero es demasiado tarde; cuando llega su mandato Zara ha caído. Enfadado, el Papa excomulga a cruzados y venecianos. Aunque luego reconsiderará su postura y mantendrá la excomunión sólo contra los venecianos, durante un tiempo se da la circunstancia de que un ejército creado para luchar en el nombre del Señor ha sido apartado de su Iglesia por su representante en la Tierra. Y, sin embargo, la toma de Zara no era nada comparado con lo que venecianos y cruzados serían capaces de hacer más adelante. El Dogo de Venecia en ese momento era Enrico Dandolo. Había sido elegido con setenta años y era prácticamente ciego, pero aún así contaba con una gran energía y había decidido acompañar a la expedición. La historia de su ceguera se relaciona con un episodio no muy claro en sus tiempos de embajador en Constantinopla, que le había provocado un serio resentimiento hacia los bizantinos. Dandolo convenció a los cruzados de pasar el invierno en Zara, mientras buscaba la manera de desviarlos de su objetivo. Venecia había firmado hacía poco un acuerdo comercial con Egipto y no tenía ningún interés en atacar a su socio. La solución le vino en bandeja cuando apareció en el campamento Alexius IV, hijo del anterior emperador bizantino y sobrino del actual, que había alcanzado el poder tras derrocar y encarcelar a su hermano. Alexius IV había logrado escapar de prisión, y tras un periplo por Europa acabó en Zara ofreciendo a los cruzados el oro y el moro a cambio de ayudarle a derrocar a su tío. Sin embargo, el precio que tendrían que pagar él y su país por esta ayuda sería mayor del que Alexius podía imaginar. Ésta era la oportunidad que Dandolo esperaba. Por un lado alejaba a los cruzados de Egipto, dándole además la oportunidad de dar rienda suelta a su resentimiento contra los bizantinos. Pero no nos confundamos, Dandolo era ante todo veneciano y, por ello, un hombre práctico. Ésta era una ocasión sin igual para la Serenísima República de colocar a un emperador afín en el trono de Constantinopla, que cada vez prestaba más atención a sus rivales de Génova y Pisa. No fue difícil convencer a los cruzados. Aunque hubo quien rechazó la idea y prefirió marchar por su cuenta a Tierra Santa, para la mayoría de sus líderes esto suponía la posibilidad de verse recompensados con tierras en la rica Bizancio, algo mucho más interesante que los pobres y peligrosos feudos a los que podían aspirar en Palestina. Además podían tranquilizar sus conciencias asumiendo que un gobierno afín en Constantinopla era una garantía para futuras cruzadas. Para el soldado medio la aventura también resultaba atractiva: los bizantinos eran vistos como malos cristianos que no admitían la autoridad del Papa y se les culpaba, falsamente, de obstaculizar las cruzadas. Además Constantinopla era en aquel entonces la ciudad más rica de occidente, y eso sólo significaba una cosa para el soldado raso, fuese cruzado o no: la promesa de un gran botín. El asalto combinado de las fuerzas cruzadas y venecianas, dónde el ciego Dandolo se distinguió con especiales muestras de valor, logró su objetivo. Pero una vez en el trono, Alexius IV se enfrentó al descontento que causaba entre sus súbditos la presencia de los cruzados y, aún más grave, se dio cuenta que era incapaz de cumplir todas las promesas que había hecho a cambio de su ayuda. Tras varios enfrentamientos entre los cruzados y la población local, uno de los cuales acabó con el incendio de varios barrios de Constantinopla, la situación explotó. Los bizantinos derrocaron a Alexius IV y eligieron a un emperador dispuesto a plantarle cara a los extranjeros. Esto dio lugar a un segundo asalto de la ciudad que desembocó en uno de los momentos más trágicos de la historia de las cruzadas.
Saqueo de Constantinopla
Después de tomar la ciudad los soldados fueron dejados a los tres acostumbrados días de pillaje. Estos soldados de Dios no respetaron ni monasterios ni conventos, donde se dieron las mismas imágenes de asesinatos, violaciones y robos que en el resto de la ciudad. Los relatos de la crudeza del saqueo conmovieron a muchos contemporáneos a pesar del poco amor que se sentía en Europa por los bizantinos.
Y no sólo se perdieron vidas humanas. Constantinopla era el último vínculo que quedaba con la antigüedad clásica, la depositaria de una tradición de más de un milenio. No se sabe cuántas obras de arte y escritos desaparecieron en el saqueo, pero para la cultura occidental supuso una pérdida al nivel del incendio de la biblioteca de Alejandría. Sólo los venecianos, prácticos ellos, se preocuparon de salvar parte de los tesoros de la ciudad para embellecer la suya. Aún hoy se exponen en la Catedral de San Marcos los caballos de bronce que presidían la entrada al hipódromo de Constantinopla.
Bizancio nunca se recuperó de ese golpe. La civilización que había florecido durante casi un milenio haciendo de puente entre Europa, Asia y África quedó tan debilitada que, aunque con el tiempo lograra expulsar a los invasores latinos, no pudo aguantar el empuje de la nueva potencia emergente: los turcos. Es posible que, de no haber sido por la Cuarta Cruzada, Bizancio hubiera podido continuar haciendo de muro defensivo de Europa y quien sabe si logrado integrar en su cultura a los turcos. Nunca se sabrá. A modo de justicia poética, fueron precisamente los venecianos uno de los más perjudicados ante la ascensión de los turcos, que arrebataron a la república el dominio del mediterráneo junto con todas las posesiones que había conseguido a costa de los bizantinos.
Fin del Spoiler.
Gran Compañía Catalana
La Companía Catalana de Oriente, también denominada Magna Societas Catalanorum, Societas Catallanorum y Gran Companía Almogávar o de Almogávares, fue una compañía de mercenarios creada por Roger de Flor a comienzos del Siglo XIV y contratada por el emperador bizantino Andrónico II Paleólogo para combatir el creciente poder del Imperio otomano en Anatolia. Estuvo formada en parte por almogávares aragoneses, valencianos y catalanes veteranos de la Guerra de Sicilia, los cuales habían quedado desocupados tras la firma en 1302 de la Paz de Caltabellotta entre la Corona de Aragón y la dinastía francesa de los Anjou.
Fin del Spoiler
Federico III de Sicilia
Federico o Fadrique III de Sicilia (1 de septiembre de 1341 - 27 de enero de 1377), apodado "el sencillo", fue rey de Sicilia desde 1355 hasta 1377. Era el segundo hijo de Pedro II de Sicilia y de Isabel de Carintia. Sucedió a su hermano Luis en el trono del reino.
Los inicios del reinado de Federico el sencillo están llenos de guerras repetitivas contra el reino de Nápoles. En 1372 se llegó a un acuerdo en los términos de pacificación con Nápoles y la Santa Sede. Federico consiguió ser reconocido como rey tributario de Trinacria.
A menudo se confunde Federico el simple con un monarca anterior, Federico II que escogió llamarse "Federico III" ya que era el tercer hijo de otro rey, Pedro el Grande aunque en realidad era el segundo monarca siciliano que llevaba el nombre de Federico.
Federico el sencillo se casó con Constanza de Aragón, hija de Pedro IV de Aragón. De su matrimonio nació una única hija, María.
Fin del Spoiler.
Pronto se dio cuenta Andrónico de la catadura de sus nuevos asalariados cuando, nada más llegar a Constantinopla, se enzarzaron en una batalla campal con la importante colonia genovesa, no se sabe si buscada o surgida a partir de una riña callejera, que acabó con muerte de 3000 genoveses. Detrás estaba la gran rivalidad entre Génova y Barcelona, enfrentadas por el comercio en el Mediterráneo. Sin embargo, tan pronto cruzó a Anatolia la Gran Compañía demostró su valía en combate. Por tres veces derrotaron a los turcos, siempre en inferioridad numérica y siempre causando grandes bajas al enemigo (no tomaban prisioneros, ejecutando a todo varón mayor de diez años). Destaca especialmente su victoria en Puertas de Hierro, dónde 8.000 almogávares derrotaron a un ejército turco compuesto por 30.000 soldados, causando 18.000 muertos enemigos. Y todo esto sin tener en cuenta que entre combate y combate los almogávares se dedicaban al noble deporte de reñir entre ellos.
Pero en una corte tan aficionada a las intrigas como la bizantina el triunfo no estaba bien visto. Celos al cada vez mayor ascendiente de Roger de Flor, junto con la oposición de los genoveses y los cada vez mayores problemas con la población local (debido a que los almogávares se cobraban saqueando los salarios que el emperador tardaba en pagar) hicieron que se formara una facción opuesta a ellos que incluía al hijo del emperador, Miguel IX Paleólogo.
Miguel IX Paleólogo:
Andrónico II y Miguel IX Paleólogo (basilikon de plata)
Miguel IX Paleólogo
Gracias a Bizancio Maravillosa por la imagen.
(1277/1278-1320) fue el hijo del emperador bizantino Andrónico II y de Ana de Hungría, y padre del emperador Andrónico III Paleólogo.
Se casó con la princesa Rita de Armenia en 1296, hija del rey León III de Armenia y de la reina Keran.
En ocasiones se le considera emperador bizantino, y así aparece en las listas de emperadores, pero murió antes que su padre, con quien era co-emperador.
La gota que colmó el vaso fue el nombramiento de césar a Roger de Flor por Andrónico II, dándole como feudo todos los territorios conquistados en Asia Menor. Temiendo que Roger aprovechara su nueva posición para fundar un reino al margen del imperio (lo que puede que no andase muy lejos de sus intenciones), Miguel IX convocó a un centenar de jefes almogávares a un banquete en Adrianópolis, en el que fueron asesinados por mercenarios alanos junto con los 1000 infantes que les acompañaban. Cuando recibieron la noticia, los almogávares indignados desataron una gran matanza entre los habitantes de Gallipolli, donde se hallaban acantonados.
Alanos:
Los alanos (llamados también alauni o halani) eran un grupo étnico de origen iranio incluido en la familia de los sármatas, pastores nómadas muy belicosos de diferentes procedencias, que hablaban la lengua irania y compartían con ellos la misma cultura en muchos aspectos.
Tanto las varias formas para «alano» que se conservan (Αλανοι, Αλαννοι en griego; O-lan-na en chino), como la forma iron (que utilizan sus descendientes modernos, los osetios, para sí mismos), son formas dialectales iranias de la palabra ario. Los antiguos alanos habitaban en la zona en la que supuestamente se incluía a los arios o indo-iranios, los antepasados comunes de los indo-arios y los iranios. La utilización por parte de estos pueblos del término «ario», «iron», «iranio», etc. para autodesignarse eran algo común entre ellos.
Los alanos fueron asimismo conocidos a lo largo de la historia por otro grupo de nombres, que incluían las variantes «así», «as» y «os» (yasi en ruso, osi en georgiano). De esta denominación es de donde proviene el actual osetio y el termino griego para el continente Asia.
Alrededor del año 370, los alanos fueron barridos por los hunos y se dividieron en varios grupos, algunos de los cuales huyeron al oeste. Una parte de esos alanos occidentales se unieron a las tribus germánicas de los vándalos y suevos en su invasión de la Galia romana. Gregorio de Tours destaca en su Liber historiae Francorum (Libro sobre la historia de los francos), que el rey alano Respendial salvó la batalla para los vándalos en un choque con los francos cerca del Rin el 31 de diciembre de 406. Según este historiador, otro grupo de alanos, conducidos por Goar cruzaron este río por esas fechas, pero al punto se unieron a los romanos y se asentaron en la Galia.
Si seguimos el derrotero de vándalos y suevos en la Península Ibérica (la entonces Hispania) en 409, los alanos se asentaron en las provincias de Lusitania y Cartaginense: «Alani Lusitaniam et Carthaginiensem provincias, et Wandali cognomine Silingi Baeticam sortiuntur» (Hidacio). Los vándalos silingos se asentaron en la Bética, los suevos en la Galicia costera y los vándalos asdingos en el resto de Galicia.
En 412, el rey alano Atax o Attaces conquistó la ciudad de Emérita Augusta (Mérida) y estableció en ella su corte durante seis años, hasta que en 418 murió en una batalla contra los visigodos y esta rama de los alanos, por consiguiente, apeló al rey vándalo asdingo Gunderico para que aceptara la corona alana. Aunque algunos de estos alanos permanecieron en Iberia, la mayoría se dirigió al norte de África con los vándalos en 429. Los posteriores reyes vándalos de esta zona se hacían llamar Rex Wandalorum et Alanorum (Rey de los vándalos y de los alanos).
En la Galia, los alanos en un principio conducidos por Goar se asentaron en diversas áreas, sobre todo cerca de Orleans y Valence. Bajo este rey se aliaron con los burgundios de Gundahario (Gunther), con quienes entronizaron al emperador usurpador Jovino. Con el sucesor de Goar, Sangiban, los alanos de Orleans desempeñaron un papel crucial al repeler la invasión de Atila en la Batalla de Chalons. Tras el siglo V, sin embargo, los alanos de la Galia se sumieron en las luchas territoriales de los francos y los visigodos y dejaron de tener la independencia de antes. Flavio Aecio congregó a numerosos alanos en la región de Armórica para reprimir los levantamientos. El nombre bretón de Alan (antes que el francés Alain) y muchas poblaciones con nombres relacionados a «alano», como Alanville, son considerados popularmente como evidencias de que un contingente de este pueblo se asentó en la Bretaña.
En la Península Ibérica se centraron en las provincias romanas de Lusitania y Cartaginense. Llegaron a ser conocidos más tarde por sus cacerías masivas y sus perros de pelea, que aparentemente introdujeron en Europa. Una raza de esos canes, que sobrevive en el País Vasco, aún lleva el nombre de «alana». Normalmente los utilizaban en las cacerías de osos y para guardar el ganado. Pero no solo eso. Una parte del grupo de alanos germánicos junto con visigodos se establecen en la parte noreste de la península y según Encyclopædia Iranica dan su nombre a Cataluña, cuyos pobladores se llaman los Got-Alanien.
Fin Spoiler.
Si, como parece ser, el plan de los conspiradores era que al asesinar a sus líderes la Compañía Catalana sería fácil de vencer estaban muy equivocados. Al grito de "¡Desperta, ferro!" se lanzaron contra el gran ejército que el emperador mandó contra ellos, matando a 26000 bizantinos (la cifra, no del todo fiable, se debe a Ramón Muntaner, cronista de la Compañía que estuvo en la batalla. Según él no se alzaba mano para herir que no diera en carne). Pero la victoria salió cara, sufriendo ellos mismos numerosas bajas. Aún así lograron vencer a otro ejército bizantino, gracias a la incorporación a sus filas de tropas turcas y de mercenarios que abandonaron a sus empleadores bizantinos, siempre con retrasos a la hora de pagar, por la promesa de un suculento botín. Finalmente se hicieron fuertes en Tracia y Macedonia, devastando estas regiones durante dos años en lo que se llamó la Venganza catalana. Su recuerdo perduraría en la memoria de los pueblos de la zona durante siglos, de tal forma que los monjes del Monte Athos llegaron a prohibir la entrada a ciudadanos catalanes hasta hace pocos años.
Ramón Muntaner:
(Peralada, (Gerona, Cataluña), 1265 - Ibiza, Islas Baleares, 1336) fue un caballero y escritor catalán. Escribió la Crónica de Muntaner, que comprende desde la concepción de Jaime I (1207) hasta la coronación de Alfonso IV de Aragón (1328). Perteneció a una familia noble, que había hospedado a Jaime I el Conquistador y a Alfonso X el Sabio, y que luego se vio arruinada por las guerras contra Francia. En 1285, su villa natal fue incendiada por los invasores, por lo que Muntaner se fue a vivr a Valencia con su padre. Poco después de cumplir los veinte años, tomó parte en la conquista de Menorca (1286). No tenemos noticias de su vida hasta diez años más tarde, en que le encontramos en Sicilia luchando contra los franceses.
Perteneció a la Gran Compañía Catalana, ejército de infantería ligera formado por mercenarios aragoneses y catalanes, llamados almogávares, que fueron fieles hasta su fin en Grecia a la Corona de Aragón. Fue enviado a Constantinopla para ayudar a los griegos a luchar contra los turcos, bajo el liderazgo de Roger de Flor. En 1300 participó en el asedio de Mesina, al lado de éste. Fue administrador de la Compañía de Roger de Flor. Redactó el tratado entre el emperador bizantino y los catalanes y defendió como capitán, con valor y prudencia, la ciudad de Galípoli del ataque de los genoveses. Siguió a Roger de Flor y sus almogávares en sus gestas por tierras de Anatolia y fue el personaje experto de la compañía, junto con nobles caballeros como Berenguer de Entenza y Bernat de Rocafort.
Muntaner escribió su Crónica en poco más de tres años. Está escrita en primera persona, utilizando un estilo sencillo, sin demasiada retórica. Gracias a su condición de soldado, Muntaner presenció algunos de los hechos que relata, algo inusual en otros cronistas. Cargada de datos históricos, la Crónica de Ramon Muntaner se ha convertido en un elemento imprescindible para analizar ese periodo de la historia de la Corona de Aragón.
Fin Spoiler.
Tracia:
Tracia (en búlgaro Тракия, en griego θράκη ) es una región del sureste de Europa, en la península de los Balcanes, al norte del mar Egeo, enclavada en Bulgaria, Grecia y la Turquía europea.
En su época, esta región histórica se extendía desde Macedonia hasta el mar Negro y desde el mar Egeo hasta el Danubio. Ocupa la punta del sudeste de la península Balcánica y comprende el Nordeste de Grecia, el sur de Bulgaria, y la zona europea de Turquía. Sus límites han variado en diferentes períodos. Las montañas Ródope separan la Tracia griega de la búlgara y el río Evros separa la Tracia turca de la griega.
Las ciudades principales de la zona son Constantinopla, Kallipolis, Edirne (antes Adrianópolis) y Tekirdag, todas ellas en Turquía. En la zona griega se distinguen Komotini, Xánthi y Alejandrópolis como las ciudades más grandes. La región de Tracia es esencialmente agrícola. Allí se produce tabaco, arroz, trigo, algodón, seda, aceite de oliva y frutas.
Fin Spoiler
Macedonia:
El thema de Macedonia (en griego: θέμα Μακεδονίας) fue una provincia del Imperio bizantino, organizada por la emperatriz Irene en alrededor de 800, fuera del tema de Estrimón. No tenía relación con la región histórica y geográfica de Macedonia, pero en cambio se centró en Tracia, incluida la zona de Adrianópolis (capital del thema) y el valle del Evros hacia el este por el Mar de Mármara. No incluía ninguna parte de la antigua Macedonia, que (la medida en que los bizantinos la controlaban) fue en el thema de Tesalónica. De acuerdo con Constantino VII, que incluía también Tesalia, las regiones de Trikalia y Larissa, e incluso la isla de Skiathos, esta opinión es, sin embargo, controvertida. Juan I Tzimisces sustituye esto con un ducado de Adrianópolis, que incluía gran parte de sus conquistas búlgaras.
Además, enterados de que los mercenarios alanos que habían asesinado a sus compañeros habían sido licenciados y volvía a sus casas, los interceptaron y mataron a todos, respetando sólo la vida de las mujeres. Y, por supuesto, todo lo anterior lo hicieron sin dejar de reñir y enfrentarse entre ellos.
Finalmente sus servicios fueron requeridos por el Ducado deAtenas, uno de los reinos francos que había surgido tras la Cuarta Cruzada, para enfrentarse al rey de Tesalia. Pero tras derrotarle, el duque de Atenas se negó a pagar lo prometido (cosa poco inteligente viendo con quien estaba tratando). Los almogávares se rebelaron contra él, derrotándolo y tomando el control del ducado. Poco después conquistaban Tesalia, que convirtieron en el ducado de Neopatria, tomando posesión en nombre de la Corona de Aragón y proclamándose subditos del rey Federico III de Sicilia (y siendo excomulgados por ello). Ambos ducados permanecieron en sus manos hasta 1388-1390.
Ducado de Atenas:
El Ducado de Atenas fue un estado instituido en 1205 en las regiones griegas del Ática, Beocia, Lócrida y Megárida tras la conquista del Imperio bizantino por los francos durante la Cuarta Cruzada.
Tras el declive de la época clásica, y ya en la Edad Media, la ciudad de Atenas sufrió un grave proceso de deterioro, agravado a partir del siglo XI por su posición geográfica que la alejaba de la influencia latina pero no terminaba de ser territorio de interés para el Imperio Bizantino. Esta situación provocó oleadas de saqueos, los más graves a mediados del siglo XII por los normandos.
En esta situación, Bonifacio de Montferrato ocupó la ciudad sin grandes esfuerzos en 1204 y se la cedió junto a Tebas a Otón de la Roche, señor de Ray, un caballero menor borgoñón procedente del Franco Condado de la cuarta cruzada en 1205. Otón fue nombrado Gran Señor de Atenas y Tebas por lo que para algunos historiadores esta es la constitución del Ducado, ya que fue conocido como tal desde esa fecha, para otros el feudo se constituye formalmente en 1260 cuando su hijo y sucesor Guido I obtiene el título de duque y el ducado es reconocido oficialmente.
Atenas fue originalmente un estado vasallo del Reino de Salónica pero tras la captura de éste por el bizantino Teodoro, déspota de Epiro, el ducado pasó a ser vasallo del Principado de Acaya o de Morea.
Bajo el gobierno de la familia de la Roche la ciudad y el ducado disfrutaron de una gran prosperidad, siendo la ciudad renovada y convirtiéndose en un centro cortesano de primer orden, en la que la Acrópolis servía de palacio ducal. El estado construido alrededor de Atenas se convirtió en el más poderoso y pacífico de los estados latinos creados en Grecia y sus instituciones se tornaron totalmente francesas.
Dominio aragonés
El ducado fue gobernado por la familia De la Roche desde 1205 hasta 1308. A la muerte de Guy II en 1308 el parlamento ateniense eligió al conde de Brene Gualterio V (fr: Gautier de Brienne) como sucesor, ya que éste era hijo de Isabel de La Roche, heredera de Tebas. Su mujer aunque de forma muy breve también gobernó sobre la ciudad. En 1310 Gualterio recurrió a las tropas almogávares de la Gran Compañía Catalana para hacer frente al rey de Tesalia, venciendo a éste último. Cabe recordar que los almogávares se habían instalado en Tesalia como república militar independiente entre 1309 y 1310. Al no pagar a los almogávares las cantidades estipuladas, estos se sublevaron y vencieron a De Brene en la batalla del río Cefis o Cefiso (¿Halmyros?) el 13 de marzo de 1331, tras la que expulsaron a los francos y tomaron el control del Ducado y proclamaron nuevo señor de Atenas y Tebas al rey Federico II de Sicilia, al cual habían servido anteriormente. El ducado quedó ligado al rey de Sicilia que solía dejar el gobierno en manos de sus hijos menores o de un vicario general. Los almogávares reemplazaron el francés por el catalán como lengua oficial y las leyes derivadas de las bizantinas del Principado de Acaya por las catalanas. Los herederos de Gualterio continuaron reclamando el ducado pero tan solo fueron reconocidos en Argos y Nauplia. Entre 1318 y 1319 los almogávares conquistaron Siderocastrom y el sur de Tesalia y crearon el Ducado de Neopatria unido al de Atenas. Parte de Tesalia fue tomada por los serbios en 1337 de la mano de Stefan Dusan. En 1379 la Compañía Navarra, al servicio del emperador latino Jaime de Baux, conquistó Tebas y parte de Neopatria, mientras que los aragoneses mantenían la parte restante del Ática y Neopatria. Tras la muerte de Federico III de Sicilia el simple en 1377, el ducado pasó a María de Sicilia y posteriormente a Leonor de Sicilia, esposa de Pedro IV de Aragón, el ceremonioso, al que los habitantes y nobles de la ciudad reconocen como soberano en 1379, año en el que los aragoneses del ducado piden que el ducado se incorpore de forma perpetua a la Corona de Aragón. La ciudad fue visitada en ese tiempo por el monarca, que dejó escritas sus magníficas impresiones de las obras arquitectónicas que pudo contemplar, incluida una descripción del Partenón. A pesar de la conquista otomana, el Rey de España posee el título de Duque de Atenas y Neopatria.
Fin Spoiler
Neopatria:
El Ducado de Neopatria, (griego: Δουκάτο Νέων Πατρών) fue un territorio histórico situado en Grecia, en la región de Tesalia, alrededor de la ciudad de Neai Patrai (actual Ypati).
Fue conquistado en el año 1319 por tropas almogávares de la Gran Compañía Catalana al mando del infante Alfonso Federico de Sicilia, y elevado a ducado en unión con el de Atenas.
Administrativamente estaba dividido en las capitanías de Siderocastron, Neopatria y Salonia.
El título de duque de Neopatria fue asumido en 1377 por el rey Pedro el Ceremonioso de Aragón y fue conservado dentro de las prerrogativas reales hasta el reinado de Carlos II de España. En la actualidad el Rey de España posee el título de duque de Neopatria.
A pesar de que la zona fue poblada por catalanes y aragoneses, parte del territorio fue conquistado por los serbios de Stefan Dusan en 1337 y los progresivos embates del Imperio bizantino fueron disminuyendo las posesiones del ducado. Finalmente, en 1390, cayó completamente en manos de la República de Florencia.
Los almogávares fueron unas tropas de choque de la Corona de Aragón formadas por infantería ligera, activos en el Mediterráneo entre los siglos XIII y XIV. Son equivalentes a los entonces llamados peones en Castilla.
Estas tropas estaban integradas principalmente por oficiales aragoneses y catalanes, y una tropa que en su origen estuvo formada por campesinos y pastores oriundos de los valles pirenaicos, y en la época de su mayor actividad procedían de toda la Corona de Aragón, incluidos valencianos, mallorquines, sicilianos, sardos, calabreses, occitanos e incluso griegos y turcos, así como gallegos y asturianos que se unieron a las tropas del rey de Aragón durante la expedición por el imperio bizantino.
Los almogávares se habían arruinado por las continuas incursiones contra las tropas árabes y actuaron como mercenarios al servicio del rey de Aragón. Se caracterizaban por ser tropas de choque de infantería que combatían a pie, con armas y bagajes ligeros, generalmente con un par de lanzas cortas (azconas), un cuchillo largo (llamado coltell) y a veces un pequeño escudo redondo como única defensa. Llevaban la barba crecida y vestían pobremente, únicamente un camisón corto (tanto en verano como en invierno), llevaban un grueso cinturón de cuero y calzaban abarcas de cuero. Además siempre llevaban consigo una buena piedra de fuego, con la que antes de entrar en batalla solían golpear sus armas, por lo que estas echaban unas enormes chispas, que unidas a sus terribles gritos, aterrorizaban a sus enemigos. De gran valor y fiereza, entraban en combate al grito de «Desperta Ferro! Matem, matem», «San Jorge!» o «Aragón!».
Lista de Duques de Neopatria
* 1319-1338 : Alfonso Federico de Sicilia, hijo bastardo de Federico II de Sicilia * 1338-1348 : Juan de Sicilia, hijo de Federico II de Sicilia * 1348-1355 : Federico I de Atenas, hijo de Juan II * 1355-1377 : Federico III de Sicilia, primo de Federico I de Atenas * 1377-1381 : María de Sicília, reina de Sicilia, hijo de Federico III de Sicilia * 1381-1390 : Pedro IV de Aragón, rey de Aragón Mateo de Montcada Roger de Lauria Mateo de Peralta Luis Federico de Aragón Dalmau VI de Rocabertí o Dalmau IV, vizconde de Rocabertí Bernat de Cordella
Fin Spoiler.
Corona de Aragón:
La Corona de Aragón (en aragonés: Corona d'Aragón; en catalán: Corona d'Aragó; conocida también por otros nombres alternativos) englobaba al conjunto de territorios que estuvieron sometidos a la jurisdicción del rey de Aragón, de 1164 a 1707.
Corona de Aragón
El 13 de noviembre de 1137, Ramiro II el Monje, rey de Aragón, depositó en su yerno Ramón Berenguer el reino (aunque no la dignidad de rey), firmando este en adelante como Conde de Barcelona y Príncipe de Aragón. Petronila tomó el título de "Reina de Aragón" y Ramón Berenguer tomó el nombre de príncipe y dominador de Aragón. Según algunos historiadores modernos, el matrimonio se hizo bajo la forma de Matrimonio en Casa (esto supone que, al no haber heredero varón, el esposo cumple la función de gobierno, pero no la de cabeza de la casa, que solo se otorgará al heredero), aunque no existe consenso historiográfico al respecto. En 1164, Alfonso II de Aragón heredaría el patrimonio conjunto.
Más tarde, por conquistas de nuevos territorios y matrimonio, esta unión de reino y condado en una sola corona, ampliaría sus territorios del Aragón y Cataluña históricas hasta incluir otros dominios: fundamentalmente los reinos de Mallorca, Valencia, Sicilia, Córcega, Cerdeña, Nápoles, así como, durante breve tiempo, los ducados de Atenas y Neopatria.
Con la boda de los Reyes Católicos en 1469, se inicia el proceso de convergencia con la Corona de Castilla, formando la base de lo que luego se convertiría en la Corona de España, aunque los distintos reinos conservarían sus sistemas legales y características. Con los Decretos de Nueva Planta de 1705-1716, Felipe V elimina finalmente todos estos privilegios y fueros.
Algunos historiadores actuales se suelen referir a los monarcas por su alias y no por su numeración, debido a que algunos de ellos tenían una numeración diferente según el territorio al que se hace referencia. Por ejemplo, "Pedro el Católico" en lugar de "Pedro II de Aragón".
Fin Spoiler
Roger de Flor, al mando de los almogávares, saluda al emperador de Bizancio
La venganza catalana escribió un página negra en la historia de Grecia, hasta tal punto que en algunos países balcánicos existe la figuran del Katalan, un guerrero-gigante sediento de sangre que se usa para asustar a los niños. Y aún hoy si un griego quiere maldecir a alguien le increpa: "Así te alcance la venganza de los catalanes".
Bueno finalizo el post esperando que haya despertado vuestra imaginación, y os haya hecho creer por un momento que estabais en otra época, con vuestra azcona y gritando "Desperta Ferro"
Aquí os dejo unos enlaces aportados por Le Barón con el humor que le caracteriza, para quien quiera seguir buceando en este trozo de nuestra historia.
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