Para ti Rom

Your dying Heart by Adrian von Ziegler on Grooveshark

martes, 27 de diciembre de 2011

Requiem por mi Magdalena - Sentimientos


Reproductor: Requiem por una Magdalena ( El barrio)
Quien tiene las llaves,
las puertas del cielo,
quien es el que juzga
a los malos y a los buenos

Oye mujer dígame si no eres pura rutina,
ya tu amor se murió y reside en una esquina,
el reloj marca las dos y tu cuerpo destrozado,
es que Dios y tu corazón
se han propuesto hacer un trato,
esta vida esta magdalena
con la muerte le ha pagado.

Lleva el mejor vestido para la ocasión,
su bolso y pintalabios su mayor fortuna,
la calle solitaria y el viejo farol,
la noche la llamaba hija de la luna,
el brillo de sus ojos te hacían sentir,
que no hay hogar más dulce
que el sillón de un coche
con un pintalabios y un triste carmín
seria tu Cenicienta reina de la noche.

Ia Ie Ia Ie Sana Turantu tu raina
Ia Ie Ia Ie Sana Turantu tu raina

Dígame, que hago yo en estas puertas del cielo,
soy un alma infeliz que nunca dijo te quiero,
me entregue al infiel solamente por dinero,
nunca fui esa mujer que se muere por un beso,
dígame que hago aquí en estas puertas del cielo

La noche va terminando
cuando va despuntando el día,
por el cielo va caminado
de la soledad la compañía

Y en el silencio de aquella calle resuena aun sus tacón lejano, 
y en la pensión de la Calle Pinto yacen sus trajes en un armario, 
una oración para la que peca, ya que el infierno la esta esperando 
 y este puto reino para el inocente que siempre la utiliza y lava sus manos.

Quien tiene las llaves,
las puertas del cielo,
quien es el que juzga a
los malos y a los buenos

El barrio


Señores míos, con diecisiete años
llegué al mercado del amor
y mucho he aprendido.
Malo hubo mucho,
pero ése era el juego.
Aunque hubo Cosas que sí me molestaron
(al fin y al cabo también yo soy persona).
Gracias a Dios todo pasa deprisa,
la pena incluso; también el amor.
¿Dónde están las lágrimas de anoche?
¿Dónde la nieve del año pasado?

Claro que con los años una va
más ligera al mercado del amor
y los abraza por rebaños.
Pero los sentimientos
se vuelven sorprendentemente fríos
si se escatiman tanto
(al fin y al cabo no hay provisión que no se acabe).
Gracias a Dios todo pasa deprisa,
la pena incluso; también el amor.
¿Dónde están las lágrimas de anoche?
¿Dónde la nieve del año pasado?

Y aunque aprendas bien el trato
en la feria del amor,
transformar el placer en calderilla
nunca resulta fácil.
Pero, bien, se consigue.
Aunque también envejeces mientras tanto
(al fin y al cabo no siempre se tienen diecisiete.)
Gracias a Dios todo pasa deprisa,
la pena incluso; también el amor.
¿Dónde están las lágrimas de anoche?
¿Dónde la nieve del año pasado?

Bertolt Brecht

Las prostitutas
Ángeles de la Guarda
de las tímidas vírgenes;
ellas detienen la embestida
de los demonios y sobre el burdel
se levantan las casas de cristal
donde sueñan las niñas...


José Juan Tablada 


Santoral del sábado: Bety, Lola, Margot, vírgenes perpetuas, reconstruidas, mártires provisorias llenas de gracia, manantiales de generosidad.

Das el placer, oh puta redentora del mundo, y nada pides a cambio sino unas monedas miserables. No exiges ser amada, respetada, atendida, ni imitas a las esposas con los lloriqueos, las reconvenciones y los celos. No obligas a nadie a la despedida ni a la reconciliación; no chupas la sangre ni el tiempo; eres limpia de culpa; recibes en tu seno a los pecadores, escuchas las palabras y los sueños, sonríes y besas. Eres paciente, experta, atribulada, sabia, sin rencor.

No engañas a nadie, eres honesta, íntegra, perfecta; anticipas tu precio, te enseñas; no discriminas a los viejos, a los criminales, a los tontos, a los de otro color; soportas las agresiones del orgullo, las acechanzas de los enfermos; alivias a los impotentes, estimulas a los tímidos, complaces a los hartos, encuentras la fórmula de los desencantados. Eres la confidente del borracho, el refugio del perseguido, el lecho del que no tiene reposo.

Has educado tu boca y tus manos, tus músculos y tu piel, tus vísceras y tu alma. Sabes vestir y desvestirte, acostarte, moverte. Eres precisa en el ritmo, exacta en el gemido, dócil a las maneras del amor.

Eres la libertad y el equilibrio; no sujetas ni detienes a nadie; no sometes a los recuerdos ni a la espera. Eres pura presencia, fluidez, perpetuidad.

En el lugar en que oficias a la verdad y a la belleza de la vida, ya sea el burdel elegante, la casa discreta o el camastro de la pobreza, eres lo mismo que una lámpara y un vaso de agua y un pan.

Oh puta amiga, amante, amada, recodo de este día de siempre, te reconozco, te canonizo a un lado de los hipócritas y los perversos, te doy todo mi dinero, te corono con hojas de yerba y me dispongo a aprender de tí todo el tiempo.

 Jaime Sabines


Si amo a la bella y sírvola ¿os asusto?
¿me juzgáis vil y tonto y mentecato?
Tiene ella bienes para todo gusto.
Por su amor ciño daga, escudo y mato.
Cuando alguien viene tomo pronto un vaso
y de la pieza escúrrome callando.
Después le traigo queso y pan, lo abrazo,
si paga bien le digo: "¿Vuelve? ¿Cuándo?
Cuando esté en celo, amigo, lo esperamos
en el burdel en donde el pan ganamos".

Mas si amanece y no aportó dinero
¡ay de Margot! entonces enfurezco,
no puedo verla, degollarla quiero.
Tomo sus atavíos, salgo al fresco
y con que iré a venderlos la amenazo.
Ella se planta como el Anticristo
y de matarla ahí mismo sería el caso
pues por la muerte júrame de Cristo
que no lo haré. Y así peleamos
en el burdel en donde el pan ganamos.

Pero vuelve la paz, se tira un pedo
más criminal que de un cañón la bala,
riendo me da un golpe, luego, quedo,
"¡súbete! " dice, en tanto que se instala.
Dormimos como un zueco, ambos beodos.
Si despierta y su vientre aún reclama

se alza y me monta, tales son sus modos.
"¡Nos aplasta!" gemimos yo y la cama,
"¡Por tu lujuria nos desvencijamos!"
en el burdel en donde el pan ganamos.

Que llueva o truene, tengo el pan seguro.
Soy vicioso y halléme una viciosa.
No sé cuál de los dos lo es más, lo juro.
Y la basura nos parece hermosa
y el honor nos repugna y lo ahuyentamos
en el burdel en donde el pan ganamos.

Autor: François Villon ( Paris, 1431- ¿1463?)

BALLADE DE LA GROSSE MARGOT

Se j'ayme et sers la belle de bon het,
M'en devez vous tenir ne vil ne sot?
Elle a en soy des biens affin soubzhet;
Pour son amour seins boucler et passot.
Quant viennent gens, je cours et happe ung pot,
Au vin m'en voys, sans demener grant bruyt;
Je leur tens eaue, froumaige, pain et fruyt.
S'ilz paient bien, je leur diz: "Bene stat,
Retournez cy, quant vous serez en ruyt,
En ce bordeau ou tenons nostre estat."

Mais adoncques, il y a grant deshet,
Quant sans argent s'en vient coucher Mergot;
Voir ne la puis, mon cueur a mort la het.
Sa robe prens, demy seint et seurcot,
Sy luy jure qu'il tendra pour l'escot.
Par les costez se prent, c'est Antecrist,
Crye et jure, par la mort Jhesucrist
Que non fera. Lors empoingne ung esclat,
Dessus son nez lui en faiz ung escript,
En ce bordeau ou tenons nostre estat.

Puis paix se fait, et me fait ung groz pet,
Plus enffle qu'un velimeux escarbot.
Riant, m'assiet son poing sur mon sommet,
Gogo me dit, et me fiert le jambot;
Tous deux yvres dormons comme ung sabot.
Et au resveil, quant le ventre lui bruyt,
Monte sur moy, que ne gaste son fruyt,
Soubz elle geins, plus qu'un aiz me fait plat;
De paillarder tout elle me destruyt,
En ce bordeau ou tenons nostre estat.

Vente, gresle, gesle, j'ay mon pain cuyt.
Je suis paillart, la paillarde me suyt.
Lequel vault mieulx? Chascun bien s'entressuyt,
L'un vault l'autre, c'est a mau rat mau chat.
Ordure aimons, ordure nous affuyt;
Nous deffuyons honneur, il nous deffuyt,
En ce bordeau ou tenons nostre estat.




Pasan tres coches cargados
con carne de seis muchachas,
que se venden en la esquina
levantándose las faldas
a los puteros nocturnos
que compran con amenazas,
tanta carne dolorida
con ausencias de esperanzas.

Esas muchachas tan viejas,
esas con caras pintadas
con los pantys ajustados
en las esquinas paradas,
como tenderas del sexo
ofreciendo descaradas
los placeres que se compran
por un puñado de guita.

Esas mujeres anónimas,
sin ni siquiera una casa
donde ejercer su negocio,
a todo el hombre que pasa
les miran con un descaro
le ofrecen una mamada
con el mismo desparpajo
que una bolsa de patatas.

Esas muchachas tan viejas
esas viejas tan muchachas
son el ejemplo mas claro
de que esta vida fracasa
y que se sigue comprando
carne de pobres muchachas.
Unos tacones de agujas
la falda roja y estrecha,
la camiseta pegada
sobre las enormes tetas,
pregonan su mercancía
por las oscuras callejas.

Resuenan lentos los pasos
en las maltrechas aceras,
los coches pasan despacio
con los faros las acechan,
van comprobando la carne
se paran, mientras conversan
ajustan, tasan, rebajan
los servicios que ellas prestan.

Estas mujeres molidas
por el fango y por la pena,
de ser placer mercenario
y alimento del que espera
chuleándole una copa,
mientras se abren de piernas.

Este comercio mezquino
no rebaja a quien lo presta,
sino que hunde en el fango
al que solicito espera
sentir los turbios placeres,
por una cuantas monedas.

No desprecio a la que llega
hasta una esquina cualquiera
para ganarse el sustento
con las dos piernas abiertas.

Desprecio al que comercia
casi siempre por la fuerza
macarras de sus vidas,
y al que en los coches de lujo
les compran unas vivencias,
de vicios y de placeres
y que después se confiesan
el domingo con el cura
para lavar sus conciencias.

Jeús



Se llama lola y tiene historia, 
aunque mas que historia sea un poema. 
su vida entera pasó buscando 
noches de gloria como alma en pena. 

Detras de su manto de fría dama 
tenía escondidas tremendas armas, 
para las batallas del cara a cara 
que con ventaja muy bien libraba. 
le fue muy mal de mano en mano, 
de boca en boca, de cama en cama, 
como una muñeca que se desgasta, 
se queda vieja y la pena arrastra. 

Oyeme mi lola, mi tierna lola, 
tu triste vida es tu triste historia. 
Pero que manera de caminar, 
mira que soberbia en su mirar.

Oyeme mi lola, mi tierna lola, 
tu triste vida es tu triste historia. 
Pero que manera de caminar, 
mira que soberbia en su mirar. 
Oyeme mi lola mi tierna lola, 
tu triste vida es tu triste historia

Fue mujer serena hasta en el instante 
de entregarse presta a sus amantes 
es tiempo de llanto, es tiempo de duda, 
de nostalgia y de su locura.

Tienes el consuelo de saberte llena 
de cariño limpio y amor sincero, 
por que nadie supo robar de tus besos 
eso que hoy te sobra y que nadie añora

Oyeme mi lola, mi tierna lola, 
tu triste vida es tu triste historia. 
Pero que manera de caminar, 
mira que soberbia en su mirar. 
Oyeme mi lola mi tierna lola, 
tu triste vida es tu triste historia
Pero que manera de caminar, 
mira que soberbia en su mirar.
Oyeme mi lola, mi tierna lola, 
tu triste vida es tu triste historia.

Es el tiempo de la arruga que no perdona, 
es el tiempo de la fruta y de la pintura.



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